Rusia asegura corredor entre Crimea y el Donbás tras rendición de Mariupol

Azovstal envuelta en humo, la acería de Mariupol sitiada durante 82 días y que hoy finalmente fue tomada por las fuerzas rusas. Foto: AP/Alexei Alexandrov

La rendición de 250 combatientes que defendían la acería de la ciudad portuaria de Mariupol cierra un importante capítulo de la invasión rusa a Ucrania, convirtiéndose en la principal victoria del Kremlin hasta el momento.


Pasaron 82 días desde el inicio del asedio más cruento en la guerra declarada por Rusia para que cayera uno de los símbolos de la invasión: Azovstal, la acería de Mariupol. El acuerdo entre ambas partes del conflicto cerró un hito que, probablemente, tendrá repercusiones geopolíticas y militares, pues tanto Rusia como Ucrania ven un “éxito en la operación”.

Fueron 264 los combatientes que, durante la noche del lunes, depusieron las armas. Según cifras ucranianas, 53 presentan heridas graves. Corresponsales de Reuters aseguraron que cinco buses fueron escoltados por un convoy blindado ruso para ser atendidos, siendo reubicados a Novoazovsk, ciudad controlada por separatistas pro Moscú.

Bus evacuando a los combatientes rendidos que se mantenían dentro de Azovstal, quienes fueron trasladados a una prisión en Olenivka, territorio en control ruso. Foto: AP

Vladimir Putin, Presidente de Rusia, garantizó que se respetarán los tratados y acuerdos internacionales relacionados a los presos de guerra. Sin embargo, el diputado ruso Leonid Slutski pidió que se aplicara pena de muerte si se probaba la existencia de crímenes de guerra por parte del Regimiento Azov, milicia de combatientes voluntarios que resistió en Azovstal. Esta es parte esencial de la retórica pro invasión, pues el regimiento es sindicado por Moscú como una “banda de neonazis que odian a Rusia”.

Otros siete buses, reportó Reuters, fueron enviados a Olenivka, ciudad bajo control ruso, donde se mantendrán recluidos en la antigua colonia penal del lugar. Sin embargo, tanto Ucrania como Rusia declaran el resultado final del asedio como un éxito.

Completar la captura de Mariupol era una victoria buscada desde hace mucho tiempo por Rusia, que ha luchado para lograr sus objetivos contra las Fuerzas Armadas de Ucrania desde que lanzó su invasión el 24 de febrero. Pero la victoria tuvo un alto costo. Al resistir durante semanas en bolsas cada vez más pequeñas, los defensores ucranianos inmovilizaron a un gran número de tropas rusas, impidiendo su despliegue en otros lugares, indicó el diario The Wall Street Journal.

La victoria rusa es principalmente simbólica, dijo a The Associated Press Phillips O’Brien, profesor de estudios estratégicos en la Universidad de St. Andrews, en Escocia. “No creo que suponga una diferencia significativa, porque los rusos ya han retirado la mayor parte de sus fuerzas”, dijo O’Brien. “Así que tal vez sea un momento simbólico, pero no creo que haga ninguna diferencia para la resistencia ucraniana”.

El botín de Mariupol

Para el Kremlin, esta victoria significa tomar el control completo de la costa del Mar de Azov, creando una ruta terrestre que une a la Península de Crimea –territorio anexado por Moscú durante 2014– con Rusia continental y las áreas del este de Ucrania que están bajo el control de separatistas pro rusos.

También permitirá sacar del ojo público occidental a un asedio devastador que poco ayudó a la desgastada imagen del país euroasiático, además de declarar una victoria en la tambaleante y errática invasión, considerando los catastróficos resultados que han obtenido al este del país.

El dañado territorio de Mariupol, ciudad destruida por los bombardeos rusos y que ahora quedó bajo control del Kremlin. Foto: AP/Alexei Alexandrov.

En la contraparte ucraniana, el Presidente Volodimir Zelenski afirmó que ya no hay negociaciones con Rusia y que “necesitamos héroes vivos”. Las autoridades no han utilizado la palabra “rendición” hasta el momento, pues ven en su acción una victoria estratégica. “Debido a que Mariupol atrajo a las fuerzas de la Federación Rusa durante 82 días, la operación para apoderarse del este y el sur (de Ucrania) se detuvo. Cambió el curso de la guerra”, aseguró el asesor presidencial Mykhailo Podolyak.

El futuro del conflicto bélico

La incertidumbre por el desarrollo de la guerra continúa, pues las negociaciones entre Rusia y Ucrania parecen más estancadas que nunca. Los primeros insisten en mantener el control de las ciudades controladas por las fuerzas rusas y pro rusas, mientras que el pueblo ucraniano se ha visto envalentonado por las sucesivas victorias, el retroceso del Ejército invasor en su capital, Kiev, y la continua aparición de atrocidades cometidas por soldados rusos.

Mientras, en uno de los principales programas televisivos de Rusia, el programa 60 Minutos, surgió una crítica al estado actual de la invasión. Pese a que el espacio sigue una línea editorial muy similar a la del Kremlin, el excoronel del Ejército ruso y analista militar Mikhail Khodarenok afirmó durante la emisión del lunes por la noche que “la situación (rusa) claramente empeorará”.

Previamente, el excoronel había deslizado críticas a la invasión, pero en esta ocasión argumentó sobre el continuo aislamiento político en plena televisión estatal. “La situación no puede considerarse normal cuando hay una coalición de 42 países contra nosotros y nuestros recursos, político-militares y técnico-militares, son limitados”, aseveró el analista. Lo concreto es que, pese a las victorias bélicas o diplomáticas, la guerra todavía no parece estar cerca de un final.

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