La noche de los celulares

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A oscuras y obsesionados con cargar los teléfonos con un generador improvisado, los jugadores sortearon el terremoto de Japón. Rueda fue el más asustado y la ANFP incluso gestionó un plan de rescate de emergencia con la Fuerza Aérea de Chile. Anecdotario de un gran susto.



Sapporo. Jueves 5 de septiembre. 15.07 de Japón. Un terremoto de magnitud 6,6 en la escala de Richter azota fuertemente a la ciudad donde se encuentra concentrada la selección chilena, que se prepara para disputar un partido amistoso con el combinado del sol naciente.

El movimiento es fuerte y la inquietud empieza a reinar en el Sapporo Park Hotel, donde se hospeda la Roja. Una vez que termina el temblor, los futbolistas comienzan a salir de sus habitaciones. La mayoría se queda sentado en el pasillo y evita bajar al vestíbulo, ya que es pequeño y no hay mucho espacio para estar cómodos. Todo está oscuro.

La directiva, encabezada por Andrés Fazio, primer vicepresidente de la ANFP, desciende hasta el lobby por las escaleras de emergencia, porque los ascensores no funcionan. No hay electricidad. Tampoco agua potable. Iluminan el camino con sus celulares y se encuentran con una sorpresa cuando están a pocos pisos de llegar a la recepción: hay cajas por todos lados que complican el paso. Hay que caminar con cuidado.

Así fueron los primeros minutos de las horas de tensión que vivió el conjunto nacional en Sapporo. Lo que pudo ser una tragedia, finalmente hoy es recordado como un episodio lleno de anécdotas y que sirvió para compenetrar al grupo. Casi como una aventura.

Fazio revive esos momentos para La Tercera. "Fue un período que se hizo muy largo. Pasaron muchas horas entre que ocurrió el terremoto y el poder saber cuándo podíamos salir. Estábamos sin energía eléctrica y en pisos altos. La falta de información era el problema principal. Nos demoramos 12 horas en comunicarnos con los japoneses. Además, era complicado, porque se hacía muy difícil que cada uno pudiera hacer su actividad individual normal. El movimiento fue fuerte, pero nadie salió corriendo ni nada. El grupo se mantuvo tranquilo. Al principio se quedaron en los pasillos, ya que después vinieron dos horas de varias réplicas. Además, abajo tampoco había muy buenas condiciones para estar. Era un lobby con pocos espacios para estar sentado", recuerda el directivo.

Los más aterrados eran Reinaldo Rueda y sus colaboradores, ya que no están acostumbrados a los movimientos telúricos.

Mientras el plantel se mantenía sentado en los corredores, Fazio, mano derecha del presidente Arturo Salah, quien se encontraba en Zúrich, Suiza, se dirigía al primer piso para evaluar la situación y el futuro del duelo con Japón. "Cuando bajamos por las escaleras, los últimos dos pisos parecían verdaderas bodegas. Estaban llenos de cajas y estábamos totalmente a oscuras. En ese sentido, los chilenos estamos rebién preparados para eventualidades como éstas, a todo nivel", comenta.

A esas alturas, el sismo en el país oriental era una de las principales noticias del mundo, especialmente en Chile. Las velas y las linternas pasaban de un lado a otro para iluminar. Habían transcurrido varias horas desde el terremoto y los jugadores poco a poco iban llegando al primer piso. Liderados por Arturo Vidal y Gary Medel, jugaban cartas, conversaban y aprovechaban el tiempo para conocerse los no habituales, a la espera de saber cuándo retornarían los servicios básicos y, finalmente, tener claro si se jugaría el amistoso.

"Sirvió harto para que se conocieran, para que conversaran. Fueron muchas horas juntos, porque la vida normal en una delegación no hace que se comparta tanto estando juntos. En cambio aquí era casi obligado, ya que no podían hacer nada más que conversar. Además había que cuidar la batería de los celulares", señala Fazio.

Por lo mismo, el personal del hotel consiguió un pequeño generador, con el que pudieron cargar los móviles en una mesa.

A medida que pasaban las horas, el plantel se inquietaba. "Por supuesto que en un momento empezó la inquietud. Algunos jugadores te dicen: 'Ya po' ¿Y? ¿Qué vamos a hacer?'. Es normal", sostiene el ex director de Cruzados.

Fazio revela las gestiones que hizo con las Fuerzas Armadas para coordinar una especie de rescate, si es que el escenario empeoraba: "Me comuniqué con Alberto Espina, ministro de Defensa, porque no sabíamos si podríamos salir de la isla ni cuándo. Él me contactó con el comandante en jefe de la Fuerza Aérea para ver algún plan alternativo, cómo nos podían ayudar. Estuvimos con los embajadores, con los agregados de defensa de Corea del Sur y con el embajador en China. Había que llamar a todos. El ministro y el comandante en jefe se portaron súper bien. Afortunadamente, después todo volvió a la normalidad".

Un día después del suceso, se intentó buscar un nuevo hotel, pero el estado de las autopistas lo impidió. Sí se pudo encontrar un nuevo sitio de entrenamiento.

"Como nuestra cancha de práctica se había hundido con el sismo, salimos a buscar otro. La oscuridad era total y nosotros con unas linternas chicas nos abríamos paso. No había gente en la calle, ni semáforos. Fue genial atravesar Sapporo así, era como una ciudad fantasma", cierra el directivo de la ANFP.

La Roja vivió más de dos días de incertidumbre, los que hoy, para suerte de la Selección, son sólo un anecdótico recuerdo.

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