Gabriela Hernández, actriz: "No nací feminista, pero sí con una idea de igualdad"

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Gabriela Hernández será Nora Elizalde en Casa de muñecos.

La intérprete de 79 años protagoniza la nueva teleserie nocturna de Mega, Casa de muñecos.


Pese a no tener uno de los personajes protagónicos en Pituca sin lucas, Gabriela Hernández confiesa que luego de interpretar en 2014 a Lita Amunátegui en la exitosa teleserie de Mega, su vida cambió en 180 grados. Tanto, que dejó de frecuentar ciertos lugares, como el Persa Biobío. "Todos me saludan. La gente es muy amable conmigo y nunca antes había recibido tanto cariño", relata la actriz.

Cuatro años después Hernández sigue en la señal de Bethia, aunque esta vez sí tiene a su cargo el papel principal de una ficción, porque será ella quien lleve la historia de Casa de muñecos, la telenovela que sucederá a Perdona nuestros pecados en el bloque nocturno.

Allí, la actriz de 79 años será Nora Elizalde, quien luego de ser diagnosticada de Alzheimer decide dejar a su marido, que siempre la postergó y le fue infiel. "Decide liberarse de todas sus cadenas y vivir su vida como ella quiere el poco tiempo que le quede con la cabeza sana", explica.

¿Lita y Nora son similares?

Nora tiene ciertos rasgos parecidos a Lita, como el humor, pero nada más. Nora es una mujer fuerte y valiente, le hace frente a la vida y es más garabatera y menos convencional. Tiene mucho dinero pero no es de familia de apellidos, no es pituca.

Usted es una de las pocas actrices de su edad que puede decir que tiene trabajo estable en televisión. ¿Por qué cree que es así?

Yo, lo que siempre digo, es que tengo la suerte de tener buena salud. Me quebré una cadera hace poco y ya me repuse. Todo esto de la tercera edad depende de la salud, porque el que no tiene salud o dinero para buenos tratamientos no se le puede pedir que esté feliz en la tercera edad. Yo nunca he experimentado lo de sentirme excluida. Al contrario, de mayor me llamaron para Pituca sin lucas y creo que nadie se imaginó el exitazo en el que se convertiría mi personaje.

¿Teme que dejen de llamarla?

No es que le tema. Si sucede, lo encuentro normal. Pero yo todavía estoy vigente. De partida, yo necesito trabajar. Mi sueldo no es ni la sombra de lo que pueden ser otros sueldos de este mismo canal y de otros. A mí lo que me gusta es trabajar y ganar un buen sueldo para mantenerme a mí, ayudar a mi hija y a algún pariente, y poder viajar. Lo demás no me interesa.

¿Siente que tiene algo de Nora?

No nací feminista, pero sí con una idea absoluta de la igualdad que tiene que haber entre hombre y mujer. Me eduqué en el Manuel de Salas, un colegio mixto, y mi padre, un español, nos crió a mí y a mis hermanas para que fuéramos mujeres independientes, universitarias, para que jamás dependiéramos de un hombre. Yo nunca fui Nora en la vida real y eso fue por crianza y por personalidad.

Casa de muñecos tendrá mucha presencia femenina, partiendo por usted. ¿Qué le parece la ola feminista que se tomó la contingencia?

Me parece fantástico, y qué bueno que por fin llegó. Aquí el feminismo llegó tarde. O más bien, creo que hay un resurgimiento del movimiento feminista de los 60, que fue heavy y en todos lados. Tienen todo mi apoyo, porque para mí esto es normal, es lo lógico. Incluso, creo que aquí es tardío. Y no hablemos de feminismo, hablemos de una cosa natural de la que tenemos que darnos cuenta.

¿Cuál es su postura frente a las denuncias de acoso y abuso contra directores de cine y televisión?

Es bueno que se norme al respecto y que las madres no críen tan machistas a sus hijos. Eso es lo principal. Después, que las madres no críen a sus niñas como princesitas, y que les den las herramientas para defenderse con inteligencia, hacerlas más fuertes. Que les enseñen que nadie puede pasarles por encima. Muchas veces me enfrenté a situaciones de abuso en la vida, pero si me metía sola en las patas de los caballos, tenía las herramientas para salir. Y si un jefe pretendía algo más, me iba y me quedaba sin trabajo, pero no importa. Hay que enseñarles a las niñas a saber reaccionar y saber elegir.

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