Karla Rubilar: La promesa pendiente

La vocera ha priorizado las comunicaciones internas del gobierno y un trabajo directo con la ciudadanía, una estrategia que ha generado molestia en el oficialismo. Algunos parlamentarios de Chile Vamos le enrostran una supuesta incapacidad para responderle a la oposición y apoyar con más energía la agenda del gobierno.


"¿Quién lleva las relaciones con RN?", preguntó el Presidente Sebastián Piñera a su comité político. Por esos días -los primeros de enero- las relaciones en Chile Vamos no eran las mejores. La aprobación de la paridad de género en la Cámara, con votos de RN y Evópoli, había causado tal indignación en la UDI, que su directiva decidió congelar su participación en el bloque. Mientras tanto, sus socios no hacían más que acusar al gremialismo de estar generando una pelea artificial.

La situación era compleja y la solución, apremiante.

"Yo", respondió el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, "y también juega un rol importante Cristián Monckeberg (ministro de Vivienda)", agregó.

Fue entonces cuando el Mandatario miró a su vocera de gobierno, Karla Rubilar. "¿Por qué usted no se empieza a relacionar más con RN?", le señaló.

En La Moneda aseguran que esa fue la primera vez que la ministra de la Segegob recibió como mandato tomar un rol con el que había sido su expartido. En la colectividad de Antonio Varas, en tanto, hace tiempo que resentían no tener representación e influencia en el comité político. Una situación que para muchos era -y sigue siendo- inquietante. "Lo que ha pasado es que quizás a algunos en Renovación Nacional les gustaría tener un militante dentro del comité político y yo no lo soy", reconoció Rubilar el jueves 23 en una entrevista en La Tercera TV.

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Sin embargo, desde que recibió el mandato presidencial, la vocera se ha preocupado de reforzar sus contactos con RN. El miércoles 15 almorzó con la bancada de diputados, donde dijo "ser de la casa", y hace pocos días tuvo una larga conversación con el timonel del partido, Mario Desbordes, quien le aseguró que contaba con el respaldo de la colectividad. Él mismo, de hecho, se preocupó de hablar con el Presidente Sebastián Piñera y le aseguró que la exintendenta metropolitana estaba completamente validada como interlocutora de RN.

Altas expectativas

Considerada hasta hace poco la carta favorita para ganar la gobernación metropolitana en las próximas elecciones regionales, Rubilar optó por no ir a los próximos comicios tras el estallido social. En su papel de intendenta de la Región Metropolitana, destacó por sus salidas a terreno, empatía, sencillez, cercanía con la gente y sus oportunas vocerías, que incluso refutaron al mismo Mandatario, cuando este dijo que el país estaba en "guerra contra un enemigo poderoso".

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Foto: Agencia Uno.[/caption]

"Yo creo que la palabra hoy día es que estamos en reconstrucción", afirmó ella al ser consultada.

Se trataba de cualidades que la convirtieron en la gran promesa y opción segura para la Segegob. Sin embargo, a tres meses de su nombramiento, en el oficialismo reconocen que la ministra -sexta entre las figuras mejor evaluadas de la centroderecha, según la última encuesta CEP- no ha logrado traspasar sus atributos al gobierno y menos al Presidente Piñera, que anotó la peor evaluación desde el retorno a la democracia, con un 6% de aprobación en la CEP, todo un récord a nivel sudamericano.

La cifra encendió las alarmas en el oficialismo, que apuntó directamente al comité político, al que acusan de ser "débil", de tener escasa coordinación y capacidad de influir en Chile Vamos y poca experiencia política para sacar al gobierno de la crisis. Según explican en el oficialismo, estas supuestas falencias han dificultado la labor de la ministra vocera, quien no ha podido cumplir con las altas expectativas que pesaban sobre ella.

Por el contrario, acusan que se le ve poco, no refuerza los anuncios del gobierno e incluso, tal como señalan le pasó a la exvocera de gobierno Cecilia Pérez, ha perdido espontaneidad.

Pero quienes conocen a Karla Rubilar la defienden y aseguran que buena parte de las críticas simplemente responden a un diseño que ella misma creó.

Nuevo estilo

Llegó a la Segegob y supo que quería hacer algo distinto. Parte de su diagnóstico, que compartió con el Presidente Piñera, apuntaba a la necesidad de fortalecer la casi nula coordinación interna a nivel comunicacional y lo que ella ha calificado como una inexistente relación con la ciudadanía.

Por eso, quienes trabajan con Rubilar aseguran que el trabajo de la vocera se volcó fuera de las cámaras y buscó que no todo se concentrara en la Segegob. Definió hacer solo dos vocerías a la semana -los lunes y jueves- y, con el fin de mostrar un gobierno más diverso, propuso que los grandes temas quedaran a cargo de sus respectivos ministerios. Para reforzar las relaciones internas creó un chat de WhatsApp con las autoridades de cada región y puso énfasis en sus salidas a terreno a través de giras regionales que la han llevado a Valparaíso, O'Higgins y Magallanes. Esta estrategia la mantiene más tiempo afuera que adentro de La Moneda.

La exintendenta Rubilar buscó también mejorar la relación con alcaldes, seremis y directores regionales. "Esto es crisis de confianza y se debe mejorar desde las bases", suele decir. Por eso desde su llegada, el 28 de octubre, ha optado por aparecer en medios regionales.

Sin embargo, las definiciones de la vocera no han sido del gusto de todos en el oficialismo y muchos apuntan a que no están en el tono de las necesidades actuales del país.

Dentro de los argumentos, en Chile Vamos comentan que la situación actual amerita una vocería más política y más presente, que esté apoyando los grandes anuncios del gobierno, como por ejemplo en materia de pensiones o salud, áreas donde han cuestionado su falta de protagonismo.

Además, le enrostran la poca fuerza con la que responde a la oposición, sin hacer una defensa férrea al gobierno en momentos donde más se necesita.

Se trata de críticas que la ministra conoce y de las que ha se ha hecho cargo públicamente.

"Este ministerio tiene dos partes: una parte comunicacional (...) y una parte que siempre ha estado muy descuidada, que es la parte social; recordemos que el ministerio se relaciona con todas las organizaciones sociales, el Observatorio Ciudadano. Yo diría que mi prioridad -es la conversación que tuvimos con el Presidente- es poder reforzar esta parte que ha sido una debilidad de varios gobiernos. Muchos gobiernos le han dedicado corazón a la parte política partidista de la vocería y han dejado de lado y desvirtuado esta área, y es muy probable que esta debilidad de la relación de la política y de la sociedad civil haya sido una de las causas del estallido social que nos terminó impactando a todos", señaló a La Tercera TV.

Sus palabras, no obstante, no convencen del todo al oficialismo, que exige una figura más potente a nivel político. Aun cuando desde su nombramiento como Segegon ha realizado cerca de 53 entrevistas.

Presión y confianza

Más allá de su convicción, cercanos a Rubilar reconocen que la ministra ha pasado por momentos incómodos. Uno de esos episodios lo vivió durante los primeros días de su nombramiento.

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El Presidente Sebastián Piñera, llegando a La Moneda este lunes.[/caption]

Recién llegada a la Segegob, la exintendenta tuvo que hacerse cargo de varias vocerías en materia de seguridad, área que no era de su responsabilidad. Y en La Moneda se comenta que ella misma había pedido no abordar más esos asuntos.

Aún más complicado le resultó salir a dar la cara por el polémico informe Big Data, un documento que Interior entregó al Ministerio Público y al cual ella nunca tuvo acceso. También resintió hace algunos días la filtración de un texto que el ministro Blumel le presentó al Presidente Piñera. En ese proyecto, el jefe de gabinete propone una completa reestructuración del comité político, incluyendo la fusión de la Segegob y de la Segpres. Desde el equipo de Rubilar reconocen su absoluta sorpresa con esa propuesta.

A estos episodios se suman las presiones que están ejerciendo algunos dirigentes de Chile Vamos, como el senador de Renovación Nacional Andrés Allamand, quien ha cuestionado públicamente el funcionamiento del comité político. Su llamado es compartido por otros miembros del conglomerado, que piden figuras más potentes dentro de La Moneda, con más vínculos con los partidos.

Pese a todo, en el gobierno aseguran que la ministra -que siempre se ha declarado "piñerista"- cuenta con toda la confianza del Presidente, quien valora que la exintendenta haya estado dispuesta a asumir los costos de uno de los cargos más complejos del Ejecutivo. Por eso, señalan que la escucha, valora su opinión y pretende seguir contando con ella dentro del gobierno.

Sin embargo, en el oficialismo dan un dato por seguro: de aquí a marzo el cambio de gabinete es inminente y todas las miradas, sin duda, estarán puestas en el comité político. Solo entonces se sabrá si el tono de la vocera, que tanto molesta a parte de su sector, se adapta a las expectativas del Mandatario. D

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