Aborto en Argentina: ¿Qué viene ahora?

1. Incluir la despenalización en la reforma al Código Penal

Tan pronto la balanza comenzó a inclinarse hacia el "no", anoche desde el gobierno del Presidente Mauricio Macri anunciaron la posible inclusión de la despenalización de la mujer en la interrupción voluntaria del embarazo en el proyecto de reforma al Código Penal de ese país, que se presentará este mes al Congreso. La idea del Ejecutivo es dar continuidad al tratamiento desde un camino considerado menos polémico y que una embarazada que se practique un aborto no vaya detenida.

Sin embargo, la prestación de asistencia médica por parte del Estado para este tipo de prácticas seguirá quedando limitada exclusivamente a las causales de peligro de vida de la mujer y violación. Aun así, este escenario también podría despertar controversias desde el ámbito político, ya que el debate deberá ser avalado por un juez.

2. Presentar nuevamente el proyecto el próximo año legislativo

Con el fin de no perder la capitalización del avance de un debate considerado histórico en Argentina, "los verdes" podrán presentar nuevamente y por octava vez, el proyecto por la despenalización voluntaria del embarazo hasta la 14 semana de gestación a partir del 1 de marzo de 2019. Es decir, hasta el próximo año legislativo para su votación.

Desde las mismas organizaciones que impulsaron la iniciativa podrán aplicar modificaciones a la última iniciativa o incluso, agregar otros aspectos al texto. De todas formas, sectores feministas insisten en la realización de una consulta popular para respaldar una nueva presentación legislativa. Lo anterior, fue rápidamente descartado por la Casa Rosada.

3. Morir en el deseo de convertirse en ley

Si bien la efervescencia social y los movimientos pro aborto están en uno de sus momentos más activos en Argentina, la espera de siete meses más para volver al tratamiento podría impactar en el desmembramiento de la fuerza verde. Sumado a esto, 2019 será un año de elecciones presidenciales en el país trasandino, y el debate podría perderse en la agenda política y no solo eso, también podría no cuajar con las prioridades de los poderes gobernantes.