Cristina Paz Orellana, la conectada decé detrás de la caída de Silber

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Lejos de ser considerada "la mujer de", la esposa del diputado que perdió en la puerta del horno la presidencia de la Cámara es una ingeniero civil industrial que goza de amplio reconocimiento en las filas del partido.


"Mira, conociéndola, ella nunca en la vida se habría dejado golpear. Es que ni habría dejado que le levantaran ni siquiera la mano.

¡Ni la voz!".

Frases así -como la que transmite un militante decé que la conoce hace años- son las que salen al paso cuando se pregunta, dentro y fuera del partido, quién es Cristina Paz Orellana Quezada, la ingeniero civil industrial que se casó en noviembre del 2012 con el diputado Gabriel Silber Romo y que esta semana terminó mencionada en la trama que quemó, en la puerta del horno, la llegada de él a la presidencia de la Cámara de Diputados.

Las denuncias anónimas que la apuntaban como víctima de un supuesto episodio de violencia intrafamiliar -que no figura en una denuncia policial ni ante las instancias internas del partido- han sorprendido a quienes la han tratado de cerca. Por eso la frase de más arriba.

Una cosa, dicen, es que esté fuera de duda que el matrimonio de ambos pasaba por problemas, tal como lo contó ayer, en Radio Duna, el presidente DC Fuad Chahín: "Le pregunté a Cristina, y lo que me dijo que es que sí había una situación de crisis matrimonial, que puede tener cualquier familia". Pero otra, dicen sus relaciones, es que haya habido golpes.

Su carácter, estilo y trayectoria, recalcan, lo hace al menos dudoso. "Ella es fuerte, fuertísima, con una personalidad bien marcada e inteligente. Si tomamos a Gabriel  y a ella como una sociedad política, ella era la fuerte", enumera un amigo suyo y del diputado, quien es tres años menor que ella. Según algunos, en algo se debe a la profesión que eligió, en un ambiente masculinizado y décadas antes de que a alguien se le ocurriera hablar de paridad de género.

Su perfil relativamente desconocido para el público en general contrasta con una activa vida partidaria, con cargos en el aparato público, y vínculos con empresa y organismos. Es cercana -por ejemplo- a Esperanza Cueto, directora de Comunidad Mujer.

Fuera del partido también se le atribuye amistad con la ministra vocera de Gobierno, Cecilia Pérez, y con el conductor de televisión Francisco Saavedra. Eso es lo que explicaría, según algunos de quienes conocen recovecos íntimos de la trama, que este último haya posteado en Twitter un mensaje que alimentó la tensión antes de que se hiciera pública la denuncia anónima contra Silber: "Un mensaje a las mujeres : atrévanse a denunciar, no tengan miedo, frente a hechos de violencia, no teman #YoTeCreo @cporellanaq @PamJiles @ceciperez1".

Con la portavoz de Palacio, en tanto, el nexo habría sido posible gracias al abogado penalista Gabriel Zaliasnik, amigo de Silber y quien lo patrocinó en su denuncia ante la PDI por los correos anóniomos.

En la DC cuentan que fue el ex presidente del partido, Ignacio Walker Prieto, uno de los que confió en ella durante su gestión (2010-2015). Orellana tenía manejo con los números, y el entonces jefe falangista la eligió como su encargada de administración y finanzas. Lejos de tener quejas, recuerdan que fue altamente eficiente.

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02/8/2017

Reunion de directiva de la democracia cristiana, realizada en la sede central de la DC, comuna de santiago

En la foto, (izq - der)  Matias Walker, Myriam Verdugo, Cristina Orellana, Osvaldo Badenier

Foto: Mario Téllez / La Tercera[/caption]

Además fue secretaria ejecutiva del Centro Democracia y Comunidad (CDC), entidad ligada al mismo partido. Dejó el cargo para ir a presidir el Sistema de Empresas Públicas (SEP) durante el segundo mandato de Michelle Bachelet.

También ocupó una de las vicepresidencias durante la gestión de la senadora Carolina Goic. Antes de que ésta emprendiera su infructuosa aventura presidencial, el 2017, Orellana no tuvo problemas para recomendarle por los diarios que solo se dedicara a la campaña y dejara la testera. Cuando esto ocurrió, la ingeniero siguió acompañando a la presidenta provisoria, Myriam Verdugo.

La senadora Goic no pudo ser ubicada para esta nota, pero Verdugo dice que "la respeto por su capacidad", y que es "una mujer a carta cabal, en la directiva defendía sus posiciones, pero no tiene actitudes agresivas". Agrega que "no sé si el ser ingeniero ha moldeado su carácter, pero el suyo es fuerte y tiene muchas redes".

La dirigenta recalca que sus nexos incluyen, además del ex canciller Walker y a otros ex ministros como Jorge Burgos. "Es una mujer ejecutiva, eficiente, buena gerenta. La conocí hace unos diez años; le tengo cariño y respeto su rigor profesional", asevera este último.

Orellana se ha mantenido en "mute" frente al episodio que le costó la presidencia a su marido. Hoy en la mañana su celular sonaba apagado. Pero como quiera que sea, recalca otro militante que trabajó con ella, "mi impresión es que no era el caso de 'la mujer de' o 'la esposa de', ella siempre ha tenido su propia identidad".

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