"¿Cuándo sale el avión? El confuso escenario de los 55 haitianos albergados en Estación Central

Santiago, 13 11 2018RETRATOS AL SACERDOTE JESUITA PEDRO LABRIN
Santiago, 13 11 2018 RETRATOS AL SACERDOTE JESUITA PEDRO LABRIN, JUNTO A HAITIANOS QUE ESTAN EN LA PARROQUIA LA SANTA CRUZ EN ESTACION CENTRAL. PARA LA SECCION DE PAIS DEL DIARIO A TERCERA. FOTO: JOSE LUIS MUÑOZ / LA TERCERA

En la parroquia La Santa Cruz de Estación Central, los isleños que se quedaron abajo del avión de la Fuerza Aérea rumbo a Puerto Príncipe pasan sus días en incertidumbre: sin casa y con maletas hechas.


"¿Usted sabe cuándo sale el avión?", es lo que pregunta Gostal Lapoint (60) a cada persona desconocida que ingresa a la parroquia La Santa Cruz de Estación Central. Él es uno de los 55 haitianos que el pasado miércoles se quedaron abajo del avión de la Fuerza Aérea (Fach) que el gobierno dispuso para los ciudadanos del país caribeño que quisieran volver voluntariamente a su país y no regresar en nueve años más.

Lapoint fue ese día al Gimnasio Polideportivo de Estación Central, junto con los dos primos que vivían en Chile. Ellos viajaron, y él aún no entiende por qué se quedó aquí.

"Estos días y esta semana aquí nos han dado comida y han sido buenos con nosotros, pero de verdad queremos irnos (…) he pensado en mi vida, en mi familia, pero no hay nada que pueda hacer, tenemos que esperar que el gobierno decida que nos va a dejar ir", dice.

En el patio de la parroquia La Santa Cruz de Estación Central, unos cinco haitianos juegan básquetbol. Al rato se aburren y comienzan a darse pases con una pelota de fútbol. También hay otros en una mesa con piezas de dominó, en donde el juego se acaba en menos de cinco minutos y vuelven a repartir las piezas una y otra vez.

Un carabinero, que cuida el recinto, los acompaña y juega con ellos. "Son humildes, tranquilos. Uno trata de ayudarlos, de animarlos. Es difícil este momento, no están en su casa, están esperando un viaje que quizás cuánto se va a demorar", relata.

Para el párroco del lugar, el jesuita Pedro Labrín, la situación que están viviendo los haitianos le ha recordado mucho la obra de Samuel Beckett, Esperando a Godot: "Son dos vagabundos que están a la orilla del camino a la espera de Godot. Nunca se sabe la hora, ni quién es Godot, no se sabe para qué lo esperan y nunca llega. Es una obra muy repetitiva, muy pesimista, donde el sinsentido de la espera se expresa dramáticamente, y yo creo que estas personas están viviendo la misma experiencia", dice.

Desde la parroquia, cuentan que la convivencia ha pasado por altos y bajos, que ha tenido momentos tranquilos y otros tensos: "Están molestos porque no tienen una respuesta concreta, una fecha clara de cuándo se van a ir. De a poco han ido sacando su rabia y entendiendo que nosotros los estamos ayudando", cuenta Cristina Castro, secretaria del lugar.

El momento más crítico se vivió el primer día, porque "ellos no sabían que se iban a quedar tanto tiempo. Cuando el alcalde (Rodrigo Delgado) hizo una rueda de prensa se enteraron que podían ser 10 días", cuenta Castro. En ese almuerzo afirma que no comió ninguno. Algunos tenían hambre y querían comer, pero otros les prohibían que comieran, en señal de protesta.

Además, ese día tenían una fila de haitianos con maletas afuera de la parroquia, porque se corrió la voz de que quienes iban a la parroquia tenían un asiento en el avión. Quienes estaban ahí cuentan que los gritos iban y venían, y que se tuvo que cerrar con llave la entrada. Pero se quejaron que "no eran delincuentes para estar encerrados", y desde ese día hubo que establecer horarios de entrada y salida.

Mientras, para mitigar el cansancio de la espera, desde la municipalidad hoy organizaron una visita al zoológico, y en los próximos días harán operativos de salud y actividades deportivas.

Desde el Departamento de Extranjería y Migración (DEM) explicaron que aún se están revisando los antecedentes, y que no hay una fecha para el segundo vuelo. Detallaron que de los 55, había dos que estaban aprobados y habían sido llamados, pero que el día del viaje llegaron con dos horas de atraso. Del resto había siete no inscritos, 32 que aún se estaba analizando su caso y no fueron llamados, y 14 que fueron aprobados pero que, por pertenecer a regiones que no estaban en este primer vuelo, tampoco los llamaron.

"Después de revisar estos antecedentes, de este grupo hay 15 que no cumplen los requisitos y les solicitamos que vuelvan a postular, dado que la mayoría tiene problemas con la declaración notarial", afirmó Álvaro Bellolio, jefe del DEM. Y agregó que "una persona que no cumple los requisitos o intenta subirse al avión con un pantallazo de un mensaje de texto, no será embarcado".

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