Papa Francisco entra en colisión con la Iglesia Católica estadounidense: la acusa de mantener una “actitud reaccionaria muy fuerte”

El Papa Francisco dirige la oración del Ángelus desde su ventana en el Vaticano, el 27 de agosto de 2023. Foto: Reuters

Las palabras del pontífice se dieron en un encuentro que sostuvo con jesuitas en Lisboa, a inicios de agosto, pero que se conocieron recién este lunes. Su postura abierta ante temas como la inclusión de la comunidad LGTB, de la que también habló en la ocasión, serían parte de las razones de la grieta entre autoridades eclesiásticas conservadoras estadounidenses y el Papa.


Las palabras del Papa Francisco no pasaron desapercibidas este lunes, cuando se publicaron los detalles del diálogo que el líder de la Iglesia Católica sostuvo con compañeros jesuitas el 5 de agosto en Lisboa, Portugal. En el marco de su viaje al país europeo debido a la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud, el pontífice trató a los líderes conservadores de la Iglesia estadounidense de mantener una “actitud reaccionaria muy fuerte”, de buscar un “inútil regreso” y los acusó de “indietrismo”, neologismo italiano que hace referencia a mirar hacia atrás, tras ser consultado por la animosidad presente incluso entre obispos estadounidenses.

Sus palabras fueron recogidas por la revista jesuita La Civiltà Cattolica, la que publicó el lunes la transcripción del encuentro y que contó con la aprobación oficial de la Santa Sede, considerando que es revisada por la Secretaría de Estado del Vaticano. Dicha supervisión otorgó carácter institucional a las directas críticas del Papa, quien fue consultado por un franciscano acerca de lo que vio cuando estuvo en el país norteamericano, relatando que incluso algunos obispos lo señalaban llanamente.

“He comprobado que en Estados Unidos la cosa no es fácil: hay una actitud reaccionaria muy fuerte, organizada, que estructura una pertenencia incluso afectiva”, respondió Francisco. Estas instancias, la reunión con sus correligionarios jesuitas, se han convertido en una costumbre para el pontífice de 86 años, espacios en los que suele hablar libremente al ser consultado por temas, muchas veces, polémicos al interior de la Iglesia.

El Papa Francisco asiste a un encuentro con monjas de las Hermanas Discípulas de Jesús Eucarístico en el aula Pablo VI, en el Vaticano, el 25 de agosto de 2023. Foto: Reuters

El Papa Francisco también se refirió a la comunidad transexual y a los miembros homosexuales que comparten la religión católica, uno de los temas que más lo ha enemistado con los conservadores estadounidenses -y, vale decir, con los seguidores de Juan Pablo II y Benedicto XVI, muchas veces considerados como los estandartes de ese grupo al interior de la Iglesia- y que abiertamente lo critican.

“Yo creo que sobre la llamada a todos, no hay discusión. Jesús en eso es muy claro: todos. No quisieron venir a la fiesta los elegidos. Entonces él insta a salir a los cruces de los caminos e invitar a todos, todos, todos”, respondió el Papa.

En un libro recientemente publicado por el cardenal estadounidense Raymond Burke, uno de los críticos acérrimos del Papa, escribió en la introducción que la reunión de obispos planificada para octubre de este año, donde se trazarán los próximos pasos de la Iglesia, corre el riesgo de sembrar “confusión, error y división”, consignó Reuters.

Posturas encontradas

La pregunta fue directa: “El año pasado tuve un año sabático en EEUU. Una cosa que me impresionó mucho ahí, y que a veces me hizo sufrir un poco, fue ver a tantos críticos del liderazgo de la Iglesia actual, incluso obispos. Ellos acusan a los jesuitas, que normalmente son como una reserva crítica del Papa, y ahora ya no lo son. Usted, ¿siente la falta de la crítica jesuita respecto al Papa, al Magisterio, al Vaticano?”, le preguntó un jesuita a Francisco en el Colégio de São João de Brito, en Lisboa, a inicios de agosto.

La respuesta del pontífice habló del progresismo y de su propia experiencia en la Compañía de Jesús. “He comprobado que en Estados Unidos la cosa no es fácil: hay una actitud reaccionaria muy fuerte, organizada, que estructura una pertenencia incluso afectiva. A estas personas quiero recordar que el ‘indietrismo’ es inútil, y que es necesario comprender que existe una justa evolución en la comprensión de las cuestiones de fe y de moral, siempre que se sigan los tres criterios que ya indicaba Vicente de Lérins en el siglo V: que la doctrina evolucione ut annis scilicet, dilatetur tempore, sublimetur aetate” (progresa, consolidándose con los años, desarrollándose con el tiempo, profundizándose con la edad), inició.

“En otras palabras”, continuó, “la doctrina también progresa, se consolida con el tiempo, se expande y se hace más firme, pero siempre progresando. El cambio se desarrolla desde la raíz hacia arriba, creciendo con estos tres criterios”.

El Papa Francisco gesticula al salir tras la audiencia general semanal el día en que debe someterse a una operación abdominal, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el 7 de junio de 2023. Foto: Reuters

La conversación, inscrita entre estudiosos de la Iglesia Católica también tuvo espacio para lo mundano. En concreto, argumentó luego, “hoy es pecado tener bombas atómicas; la pena de muerte es pecado, no se puede practicar, y antes no era así; en cuanto a la esclavitud, algunos pontífices anteriores a mí la toleraron, pero las cosas hoy son distintas”.

Haciendo alusión directa a los sectores más conservadores de la comunidad católica estadounidense, que durante los 10 años de su pontificado lo han criticado de forma abierta por priorizar políticas como la justicia social –que le valió un cruce con el propio candidato presidencial en su natal Argentina, el libertario Javier Milei–, la inclusión LGBTQ o entregar protagonismo a las mujeres, el Papa Francisco se refirió a la “suplantación” de la fe por ideologías distintas.

“Tú has estado en Estados Unidos y dices que has experimentado un clima de cerrazón. Sí, creo que se puede experimentar este clima en algunas situaciones. Pero entonces se pierde la verdadera tradición y se acude a las ideologías en busca de un apoyo y sostén de cualquier tipo. En otras palabras, la ideología suplanta a la fe, la pertenencia a un sector de la Iglesia sustituye a la pertenencia a la Iglesia”, aseguró.

Y cerró: “Estos grupos estadounidenses de los que hablas, se van a aislar solos. Y en vez de vivir de doctrina, de la verdadera doctrina que siempre crece y da fruto, viven de ideologías. Entonces, cuando uno en la vida deja la doctrina para suplirla por una ideología, pierdes como en la guerra”.

¿Puertas abiertas?

Otra de las consultas llegó de un hombre que trabaja con jóvenes universitarios, “y entre ellos hay muchos que son muy buenos, muy comprometidos con la Iglesia, con el centro, y que son muy amigos de los jesuitas, pero que se identifican como homosexuales”, inició planteando al pontífice. Según él, son personas que se sienten parte activa de la Iglesia, pero que muchas veces no ven en la doctrina católica cómo vivir su afectividad.

“Sabiendo que en otros ámbitos de su vida viven vidas virtuosas, y que conocen la doctrina, ¿podemos decir que están todos equivocados, porque no sienten, en su conciencia, que sus relaciones son pecaminosas?”, cerró el jesuita.

El Papa Francisco respondió aseverando que la llamada de Jesús es “a todos”, y que él dice que incluye a “sanos y enfermos” y a “justos y pecadores”, señaló. “En otras palabras, abrir la puerta a todos, todos tienen lugar en la Iglesia. ¿Cómo va a vivir eso cada uno? Ayudémoslos a vivir de modo que ese lugar sea uno de madurez para ellos, para todo tipo de personas”.

El cardenal-patriarca de Lisboa, D. Manuel Clemente, con el Papa Francisco durante un encuentro con voluntarios en el último día de la Jornada Mundial de la Juventud, en Portugal. Foto: Reuters

En línea con su visión del progresismo y los cambios en los tiempos, donde “según las circunstancias históricas esto cambia”, narró dos historias: la de un sacerdote en Roma que trabaja directamente con jóvenes homosexuales y el de una monja que le pidió una audiencia para unas mujeres transexuales, a la que accedió.

“Los miércoles, en la Audiencia General, hay una monja de Charles Foucauld, la hermana Geneviève, que tiene 80 años y es capellana del Circo de Roma con otras dos monjas. Vive en una casa rodante al lado del circo. Un día las visité. Ahí tienen su capillita, la cocina, el lugar donde duermen, todo muy bien organizado. Y esta monja trabaja mucho con chicas transgénero”, inició relatando.

“Un día me dijo: ‘¿las puedo llevar a Audiencia?’. ‘Por supuesto’, le dije, ‘¿por qué no?’. Y siempre vienen grupos de chicas trans. La primera vez que vinieron, lloraban. Les pregunté por qué. Una de ellas me dijo: ‘¡no pensé que el Papa me podía recibir!’. Después de la primera sorpresa ya se acostumbraron a venir. Alguna me escribe, y yo le contesto por mail. ¡Todos están invitados! Me di cuenta de que estas personas se sienten rechazadas, y eso es realmente duro”, cerró.

La polémica con Ucrania

Los temas valóricos candentes para la Iglesia no son los únicos que le han traído más de un problema al pontífice de origen argentino. La más reciente tuvo que ver con Rusia y Ucrania, actualmente en guerra.

Fue durante el viernes pasado, en medio de una videoconferencia con jóvenes católicos de San Petersburgo, donde el Papa dijo: “Nunca olviden su herencia. Son los herederos de la gran Rusia: la gran Rusia de los santos, de los gobernantes, de la gran Rusia de Pedro el Grande, de Catalina II, de ese imperio, grande, educado, de tanta cultura y de tanta humanidad. Son herederos de la gran madre Rusia, por eso, sigan adelante”.

Las palabras no cayeron bien en tierras ucranianas, especialmente porque el propio Vladimir Putin, Presidente de Rusia, ha utilizado en sus discursos la figura de los grandes zares como Pedro el Grande para justificar su invasión, detalló El País.

El Papa Francisco estrecha la mano del Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, en el Vaticano, el 13 de mayo de 2023. Foto: Reuters

Debido a que la versión transcrita del discurso proporcionada por el Vaticano no incluía estas palabras, medios como Reuters especularon que se trató de una improvisación. Según El País, el discurso del Papa fue en español, excepto el polémico tramo final, en el que habló en italiano.

La Iglesia Greco-Católica ucraniana, a través de su máximo representante, el arzobispo Sviatoslav Shevchuk, expresó su molestia a través de una carta. “Confiamos en que las palabras del Santo Padre fueran expresadas de forma espontánea, sin ninguna voluntad de realizar análisis históricos, y menos para dar apoyo a las ambiciones imperialistas rusas. Pero compartimos el gran dolor que han provocado, no solo en nuestro episcopado, a los clérigos, monjes y fieles de nuestra Iglesia, pero también a otras organizaciones religiosas”.

Durante este martes, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, debió salir a dar explicaciones, quien planteó que “en los saludos improvisados de estos últimos días a algunos jóvenes católicos rusos, como se desprende claramente del contexto en el que los pronunció, el Papa quiso animar a los jóvenes a preservar y promover todo lo positivo en el gran mundo cultural y la espiritualidad rusa, y ciertamente no para exaltar la lógica imperialista y las personalidades gubernamentales citadas para indicar algunos períodos históricos de referencia”.

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