Ceo de encuestadora Ibope por elecciones en Brasil: "El elector decide su voto cada vez más tarde"

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Simpatizantes del petista Fernando Haddad, el miércoles en Sao Paulo.

En entrevista con La Tercera, Márcia Cavallari plantea que es difícil un cambio de tendencia de cara al balotaje.


Hace más de tres décadas que Márcia Cavallari trabaja en Ibope, una de las encuestadoras más prestigiosas de Brasil. Licenciada en Estadísticas de la U. de Sao Paulo y máster en Ciencias Políticas de la Universidad de Connecticut, fue la responsable de la muestra nacional para las elecciones presidenciales de 1989, las primeras ocurridas tras el retorno de la democracia. Desde 2010 es CEO de Ibope Inteligência, la división encargada de estudios de opinión y comportamiento. En esta entrevista con La Tercera, Cavallari detalla las claves de la recta final del balotaje entre Jair Bolsonaro y Fernando Haddad.

¿Cómo se explica que Bolsonaro haya reducido la diferencia en segmentos que en la primera vuelta fueron más favorables a Haddad como las mujeres, por ejemplo?

En la segunda vuelta tenemos a los electores que votaron por los demás candidatos y hacen sus elecciones entre los dos que se disputan ahora y con eso, los electores se posicionan, de forma que disminuye el gap de voto en algunos segmentos. Por ejemplo, en la última encuesta, divulgada el martes, el 51% de los electores de Ciro Gomes (PDT) declara votar por Haddad. En contrapartida, los electores de Geraldo Alckmin (PSDB) y de los demás candidatos declaran votar en mayor proporción por Bolsonaro. Con estos movimientos, disminuye el gap en algunos segmentos, aunque el perfil de elector de cada candidato está preservado.

¿En qué segmentos Haddad necesita concentrarse? ¿En cuáles tiene opciones?

El perfil de elector de los dos candidatos es muy antagónico. Bolsonaro tiene más fuerza entre hombres, electores con escolaridad y renta más elevada, entrevistados que se autodeclaran blancos, personas que siguen religión con denominaciones evangélicas, residentes de la región sur del país y habitantes de las capitales de los estados. Haddad tiene más fuerza entre las mujeres, personas con escolaridad y renta familiar más bajas, que siguen la religión católica, que se declaran negros y mestizos, residentes de la región nordeste y moradores de municipios pequeños. Haddad tiene que intentar convertir a los que declaran que votarán blanco o nulo, convencer a los indecisos, recuperar a antiguos electores del PT y ampliar su fuerza en sus segmentos específicos.

¿Cuánto ha influido el fenómeno de las fake news por WhatsApp en la decisión del voto en estas elecciones?

La gran mayoría de los votantes no recibió contenido con críticas o ataques a algún candidato por WhatsApp. Entre los electores que recibieron ese tipo de contenido, cuando se les preguntó si eso ayudó o no en la decisión de voto, el 75% dijo que no ayudó.

Desde 2002, nunca hubo una diferencia tan grande en la intención de voto entre los candidatos que disputan el balotaje. ¿A qué factores atribuye este fenómeno?

Es bueno recordar que Lula fue elegido en 2002 con el 61% de los votos válidos y fue reelegido en 2006 con el mismo porcentaje, ambas en segunda vuelta. Dilma fue elegida por primera vez en 2010 con el 56% de los votos válidos de la segunda vuelta y reelegida en 2014 con el 52%. Nuestra última encuesta, muestra a Jair Bolsonaro con el 57% de los votos válidos, por lo tanto, no es la mayor diferencia, por lo menos, por ahora.

Las estadísticas en Brasil muestran que en los últimos años quien vence la primera vuelta generalmente se impone en la segunda vuelta. ¿Qué probabilidad hay de que esta tendencia pueda revertirse esta vez?

La diferencia de los dos candidatos es bastante significativa (14 puntos porcentuales), por eso es poco probable que haya un gran cambio. Pero es importante recordar que la opinión pública es dinámica y que responde a los estímulos que recibe de las campañas, por lo que un cambio en la tendencia dependerá mucho de lo que ocurra en los últimos días antes de la elección. Sabemos que el elector decide su voto cada vez más tarde, espera hasta el final y si hay algún hecho significativo e impactante puede haber un cambio. Es importante reforzar que la encuesta diagnostica un momento de la campaña y no prevé el futuro.

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