Francesco Boezi, autor de Ratzinger, la revolución interrumpida: "Algunos van a ver a Benedicto XVI para lamentarse de la situación actual"

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Según el periodista italiano, el libro nació tras percibir "cierta nostalgia" de Joseph Ratzinger en algunos sectores. Si bien rechaza hablar de falta de continuidad entre el anterior y el actual pontificado, reconoce que algunas prioridades cambiaron. "El tiempo dedicado a temas filosófico-culturales o a la bioética es menor", dice.


A poco más de cinco años de la renuncia de Benedicto XVI que sorprendió al mundo y enfrentó a la Iglesia Católica a tener que convivir por primera vez en más de siete siglos con un Papa emérito y un Papa en funciones, el periodista italiano Francesco Boezi decidió publicar Ratzinger, la revolución interrumpida. Una obra que recoge 16 entrevistas a expertos, amigos e incluso al expresidente del llamado Banco del Vaticano y cercano a Ratzinger, que buscan rescatar la figura del Pontífice alemán. Según el autor, el libro nació tras percibir, según él, una suerte de nostalgia de Benedicto XVI en algunos sectores.

El libro se titula la "revolución interrumpida". ¿En qué consistió esa revolución?

La revolución consistió en una actitud anticonformista. El mundo va hacia un matrimonio consensuado con el relativismo absoluto. Ratzinger promovió la necesidad de oponerse a esta tendencia cultural y antropológica. No se trata de habladurías, sino del desarrollo de una ideología que tiene efectos prácticos sobre la realidad. Usando las palabras de un gran cantautor italiano se diría que Ratzinger fue "en dirección obstinada y contraria".

¿Cuáles son los contrastes que ve entre el Papa emérito y el Papa Francisco?

El objetivo del libro no es el de contraponer al Papa emérito con el Papa reinante. Solo quisimos contar algo sobre Benedicto XVI. La "revolución" es considerada interrumpida a causa de la renuncia. Bergoglio, en contraste con Benedicto XVI, como dicen muchos comentaristas, tiene un gran carisma. Un Pontífice distinto por estilo y comunicación. No me corresponde a mí, sin embargo, suponer la existencia de una falta de "continuidad doctrinal". Sé que se comenta, pero yo no soy un teólogo. Lo que puedo decir es que en relación a los temas promovidos durante los dos pontificados, hoy hay una mayor atención al ambiente, a los problemas derivados de la mala gestión de la globalización, a los migrantes y al diálogo interreligioso. Menor parece, sin embargo, el tiempo dedicado a la bioética y a las cuestiones filosófico-culturales. Sobre la lucha a la pedofilia, sobre la transparencia en materia de finanzas, sobre la crítica al capitalismo desenfrenado y sobre otros macrotemas me parece que Bergoglio se mueve en absoluta continuidad con Ratzinger.

¿Cuál cree usted que fue la razón de la renuncia de Benedicto XVI?

Creo en Benedicto XVI y lo que ha dicho sobre la renuncia. Creo que no tenía más fuerzas físicas para gobernar una institución tan compleja como la Iglesia Católica. Parece que el médico le había prohibido participar en la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil. ¿Cómo puede un Papa renunciar a la JMJ? Creo que prefirió dimitir en lugar de renunciar a viajar por el mundo. Una actividad que en un escenario multipolar y multicultural como el que estamos viviendo es cada vez más necesaria.

En el libro usted recuerda el cónclave de 2005 y los votos obtenidos por Ratzinger. ¿Cree que durante su pontificado enfrentó una oposición al interior de la Curia?

El famoso diario de un cardenal que ha permanecido hasta ahora anónimo evidenció cómo Ratzinger obtuvo menos votos que sus predecesores. Sí, considero que Benedicto XVI fue víctima de una campaña difamatoria de parte de un cierto tipo de prensa liberal. Para decirlo con las palabras de uno de los entrevistados, ciertos poderes "olfatearon" que Ratzinger era un adversario de las instancias progresistas incluso antes de que se asomara en la Plaza San Pedro. En relación a la Santa Sede, no sé decir si Ratzinger tuvo adversarios internos. Es conocido, como él mismo lo ha recordado recientemente, que algunos teólogos progresistas atacaron la autoridad del magisterio papal durante su pontificado. Sobre "lobos" en el libro también habla algún importante vaticanista.

Usted dice que no quiere alimentar la oposición entre Benedicto y Francisco, pero evidentemente son muy distintos. ¿Cuáles cree que son las principales diferencias?

En parte ya lo comenté antes, pero existe un fuerte enfrentamiento doctrinal entre un alma progresista y una conservadora. La progresista parece estar cada vez más empeñada en la revalorización de Martín Lutero, en el acercamiento con las confesiones protestantes y en la construcción de una pluralidad de sensibilidades nacionales. La Iglesia alemana, como sabe, es muy distinta de la polaca y de la americana. Todo esto es confrontado por algunos cardenales tradicionalistas. Considero, sin embargo, que esta dialéctica de oposición tenga poco que ver con Ratzinger. Supongo que, bajo el pontificado de Benedicto XVI, algunos cambios doctrinales habrían pasado con más dificultad. Me refiero, por ejemplo, a la comunión para las parejas mixtas y la propuesta de solución para bendecir a las parejas homosexuales. No nos olvidemos, sin embargo, que el mismo Benedicto XVI fue el artífice de un diálogo profundo y continuado con la confesión protestante.

¿Cuál es la relación que existe entre el Papa emérito y su sucesor?

Le cuento una anécdota que me la contó alguien que conoce la respuesta a su pregunta. Parece que algunos hombres de la Iglesia, incluso algunos grupos, van a ver algunas veces a Benedicto XVI para lamentarse de la actual situación. El Papa emérito, según lo que me cuentan, acostumbrar hacer callar a su interlocutor con estas palabras: "Y ahora recemos". No sé cuál es el pensamiento de Ratzinger sobre Bergoglio. Sé que no le gustaría que su nombre fuera instrumentalizado con el fin de dividir la Iglesia.

¿Cómo cree que será recordado Benedicto XVI?

Algunos podrían atribuir a Ratzinger la calificación de magno o doctor de la Iglesia.

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