Roberto Baratta, de taxista a mano derecha de De Vido

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Roberto Baratta: foto EFE.

Baratta hace rato venía siendo investigado por la justicia, en relación con varios casos de corrupción. Ya había sido detenido una vez, en octubre de 2017, por una causa en la que se investiga una millonaria defraudación en la compra de barcos de gas natural licuado. Pero fue liberado por "falta de mérito en la causa".


De taxista al Ministerio de Planificación Federal. Ese fue el salto que protagonizó, Roberto Baratta, uno de los ejecutores del cobro de coimas de empresarios del sector energético y de obras públicas en Argentina, y que ayer fue detenido. Fue precisamente gracias a su chofer, quien registraba en cuadernos los recorridos y montos de estas coimas, que se logró la detención de los acusados.

Llegó en 2003 a trabajar con el entonces ministro de Planificación, Julio De Vido, durante el gobierno de Néstor Kirchner. En el cargo de subsecretario de Coordinación y Control de Gestión se mantuvo hasta 2015, durante los dos mandatos de Cristina Fernández. Desde ahí, como responsable de la gestión energética, y mano derecha de De Vido, se transformó en uno de sus principales recaudadores.

Pero su llegada al Ministerio se remonta a un café, ubicado en el barrio Recoleta en Buenos Aires. Fue ahí, cuando en el año 2000 conoció al expresidente Néstor Kirchner. Baratta era un joven taxista de 27 años y vendía boletos de lotería. Según una fuente judicial, que lo habría escuchado en Tribunales, Baratta reconoció al exmandatario, que en ese tiempo era gobernador de Santa Cruz, y le pidió trabajo. Kirchner le habría dicho que se contactara con Julio De Vido, y desde ese momento comenzó una relación profesional con el exministro que hoy tiene a ambos en la mira de la justicia argentina.

Pero los modos que tenía Baratta para tratar con los empresarios y con los funcionarios de su propia cartera, no caían bien, y se ganó numerosos adversarios. El medio argentino Perfil sostiene que "sus modos bruscos y sus insultos a ejecutivos a través de su cuenta de Gmail, eran tan habituales como sus amenazas, también recordadas por quienes lo trataron".

Sin embargo, Baratta no era conocido fuera del mundo energético, ya que siempre se movió silenciosamente. El diario La Nación asegura que por el despacho de Baratta pasó gran parte de la relación con Venezuela y toda la importación de combustibles.

Baratta hace rato venía siendo investigado por la justicia, en relación con varios casos de corrupción. Ya había sido detenido una vez, en octubre de 2017, por una causa en la que se investiga una millonaria defraudación en la compra de barcos de gas natural licuado. Pero fue liberado por "falta de mérito en la causa".

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