Una familia que sigue dividida entre Venezuela y Chile

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Imagen referencial: Agenciauno

Mujer venezolana presentó la solicitud para visa de responsabilidad democrática junto a su esposo y sus dos hijos. Solo la mitad de la familia obtuvo el permiso y viajó. La otra mitad, aún espera.


Fue el 27 de abril, apenas 11 días después de que comenzó a regir la visa de responsabilidad democrática creada por el gobierno de Sebastián Piñera. Ese día, una mujer venezolana de 40 años, quien prefiere no decir su nombre, presentó la solicitud en Caracas junto a su esposo, su hija de 18 años y su otro hijo de seis.

Asegura que los documentos de los cuatro integrantes del grupo familiar fueron aprobados en mayo, en una etapa inicial, pero en ese momento no terminaba el proceso.

Dos meses más tarde, solo fueron llamadas ella y su hija al consulado en la capital venezolana. Llevaron los papeles solicitados, dejaron el pasaporte y en dos semanas les entregaron la visa. No obstante, en ese momento quedó en evidencia un problema: ella tenía solo tres meses de plazo para salir del país con su hija, pero las visas de su esposo y su hijo menor no mostraban avances en su postulación.

Antes de salir de Venezuela, relata, concurría dos veces a la semana al consulado chileno, después de un viaje de dos horas desde Maracay. Como no obtenía respuesta, debió emprender viaje por tierra a Chile, el 1 de octubre, dejando a la mitad de su familia atrás. Demoró nueve días en arribar a Santiago.

"Estoy desesperada, ya que de las personas rezagadas de abril no hay información por ninguna parte", se lamenta. También cuenta que su esposo se acerca todas las semanas al consulado en Caracas, solo para recibir siempre la misma respuesta: "Tiene que esperar".

"Mi hijo ya está demasiado inquieto y dice que quiere verme", añade la migrante venezolana, quien si bien ha conseguido trabajos esporádicos en Chile, no cuenta con dinero suficiente como para enviar a su país de origen con el fin de ayudar a su familia, ya que su esposo quedó cesante.

"Entre abril y mayo, al parecer, hubo una caída del sistema (de postulación online) y se enviaron correos que nunca llegaron", asegura. Otro problema, describe, es la falta de personal en la delegación diplomática chilena. "Es poco el personal. Caracas es la ciudad que tiene más demanda de visa, no tanto como Puerto Ordaz, y por eso hubo tantos inconvenientes", recalca.

Del mismo modo, reclama que la aprobación de las solicitudes no parece seguir el orden con que fueron presentadas, ya que algunos que postularon después obtuvieron primero la visa.

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