CNA: planteles que no cumplan con acreditación obligatoria perderían autonomía

<p class="bullet">Presidente de Comisión Nacional de Acreditación, Matko Koljatic, dice que futuro sistema será obligatorio y exigirá estándares.</p> <p class="bullet">De no lograr la certificación, el plantel debería quedar bajo la supervisión del Consejo Nacional de Educación.</p>




El ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, ya aclaró que los alumnos que gocen del beneficio de gratuidad podrán hacerlo efectivo sólo en instituciones que estén acreditadas. "La entrega de recursos estatales va a proyectos de calidad", ha esbozado en varias ocasiones el titular de la cartera.

Actualmente, la acreditación de los planteles es voluntaria y tras varios años el escenario es el siguiente: existen 162 instituciones de educación superior en el país. De ellas, 79 están acreditadas. Es decir, menos de la mitad (49%) del total de planteles.

Es por esta razón que el actual gobierno busca que la acreditación sea obligatoria tanto para las universidades, centros de formación técnica (CFT) e institutos profesionales (IP). Un escenario que viene a perfeccionar el sistema de aseguramiento de la calidad y que desde la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) lo ven con buenas expectativas. Su presidente, Matko Koljatic, quien hoy rendirá cuenta pública ante el ministerio, explica que las reformas que se anuncian harán que "tengamos una acreditación 2.0".

¿Qué le parece la opción del gobierno de pasar de una acreditación voluntaria a obligatoria?

En la comisión estamos todos de acuerdo. La única manera que tiene un estudiante de saber realmente sobre la calidad de un recinto es por medio de la acreditación, lo demás es marketing y publicidad. La acreditación es un análisis a fondo de la situación en que está el plantel y es información muy valiosa para los jóvenes y tiene que ser obligatoria. Quien postula hoy a una universidad tiene muy poca información. Y la acreditación es la única orientación.

Al haber obligatoriedad significa que todos realizarán el trámite. ¿Qué pasa si no logran acreditarse?

Si no logran acreditarse deberían tener consecuencia. Creo que una de las posibilidades es que tengan que volver al proceso de licenciamiento bajo la lupa del Consejo Nacional de Educación (CNED). Es decir, pierden la autonomía. Esto es algo que tiene que discutirse en el Congreso, porque requiere de una ley y es un tema complicado. Esto se sumaría a las consecuencias de hoy, cuando un plantel no está acreditado y no consigue financiamiento estatal.

Eso significa entonces que dicha institución no podría abrir carreras ni sedes sin consultar al Consejo...

Exacto. Lo que pasa es que es evidente que una institución que no es acreditada requiere supervisión estrecha o más estrecha. Creo que este proceso de perder la autonomía no ocurriría la primera vez que es rechazada, sino tras un segundo intento fallido, por ejemplo. Primero, le respetas su autonomía para que tome medidas de autorregulación, si no funciona debería optarse por un mayor control. Esto es una posibilidad.

¿Hay otro criterio que se agregaría a este nuevo sistema de acreditación?

Sí, también hemos conversado con el jefe de Educación Superior del Mineduc, Francisco Martínez, sobre la estandarización de las exigencias, en lo que estamos de acuerdo.

¿Qué cambiaría con los estándares?

En Estados Unidos, por ejemplo, una universidad que logra acreditarse tiene que tener un profesor full time por cada 40 alumnos. Si no lo tienes, no se certifica. Es establecer estándares mínimos. Hoy tenemos criterios que dice "las instituciones tendrá tantos docentes como sea necesario para dar una educación adecuada", entonces, pueden ser 40 o 70 académicos. Por ejemplo, la U. de las Américas contaba con cerca de 500 docentes por 35 mil alumnos (1 por 70 estudiantes). Sólo en la acreditación de posgrado contamos con estándares y ahí nos ha ido bastante bien. La norma actual para acreditación institucional es mucha más difusa, pero eso no significa que no puedas hacer excelentes procesos de acreditación usando los criterios. El tema de los estándares fue algo que como CNA se lo propusimos al gobierno anterior.

¿Con este nuevo sistema cómo sería el trabajo de acreditar a los planteles?

Es mucho más fácil establecer la autorización o el rechazo, porque tienes una pauta que fija un mínimo. Hoy, al hacerlo por criterio, es mucho más largo este proceso, el que puede demorar un año, en el caso de la acreditación institucional. Con el nuevo sistema creemos que sería una acreditación 2.0.

¿Qué le parece que el Mineduc esté pensando en entregar gratuidad en el sistema sólo en planteles acreditados?

Me parece que está bien, ya sea con la ley actual o con la reforma al sistema de aseguramiento. Con los criterios actuales se pueden hacer buenos procesos de acreditación y los hemos hecho así. Con los estándares y la obligatoriedad sería más directo, más fácil.

Otro tema: ha pasado un tiempo ya desde que se ordenó el cierre de la U. del Mar: ¿Qué conclusiones le dejó esa experiencia?

Después del cierre, nosotros empezamos a trabajar junto al CNED y al ministerio en estudiar fórmulas para ver cómo mejorar esos procesos, porque fue una situación muy traumática. Hubo tantos avances y retrocesos: querían hacerla quebrar, después no y nadie sabía muy bien qué hacer con ella. Fue una experiencia traumática también para el Mineduc, desde donde decían que no contaban con herramientas legales para actuar.

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