Construirán edificio de 23 pisos en terrenos del histórico Palacio Pereira

Consejo de Monumentos Nacionales aprobó el anteproyecto, que permitirá su restauración, y el levantamiento de una torre para oficinas.




Se dice que es el símbolo del anti monumento en Chile. Abandonado en los últimos 24 años, tras el terremoto de 1985, el histórico Palacio Pereira -ubicado en la intersección de las calles Huérfanos y San Martín- dejará atrás su deteriorada estructura y será restaurado. Pero, además, en su parte trasera se incorporará un nuevo edificio de 23 pisos, que pretende cambiarle la cara al inmueble en el centro de la ciudad.

Ello, luego que el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) aprobara el anteproyecto para la restauración del antiguo edificio, que el senador Luis Pereira mandó a construir en 1872 al arquitecto Lucien Hénault (el mismo del Teatro Municipal), y que en 1981 fue declarado monumento nacional.

Gonzalo Martínez, arquitecto a cargo del proyecto, dijo que la restauración del edificio consistirá en reforzar la fachada con un coeficiente antisísmico, además de reparar la entrada principal y un sector del recinto conocido como "crucero", debido a que "es un edificio que en cualquier minuto se puede caer si es que no se hace algo", aseguró.

Por eso se espera que los trabajos se inicien en abril, luego que la Municipalidad de Santiago apruebe los permisos de edificación.

Pero lo que más llama la atención será la construcción de una torre destinada a oficinas, y que contempla la creación de volúmenes separados con dos patios exteriores.

Según el arquitecto, todo ello se verá contrastado con normas sustentables de última generación, además de la construcción de seis subterráneos destinados a estacionamientos y salones de recepción en el palacio.

La idea, según Martínez, es que se levante un edificio "que tome la parte histórica y la incorpore a la arquitectura contemporánea", sin que su fachada sea intervenida.

El secretario ejecutivo del CMN, Oscar Acuña, manifestó que con la aprobación del anteproyecto "se pone fin a un problema histórico de un rincón de Santiago, respecto de un edificio que durante años ha sido el símbolo del deterioro".

El edificio, actualmente, es propiedad de la empresa inmobiliaria Raúl del Río y Compañía.

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