Derbi español: La calma de Bravo y la angustia de Iker

Indiscutido en Liga, el chileno enfrenta su primer clásico en casa, mientras que su colega no lo pasa tan bien.




El primer clásico de la temporada, meses atrás en el estadio Santiago Bernabeu, derribó la imbatibilidad de Claudio Bravo, afianzado en el Barcelona con una titularidad; un tema que, sin embargo, aún divide al entorno del Real Madrid respecto a su propio portero y capitán, Iker Casillas. 

Fue el 25 de octubre del 2014 cuando sucedió el primer duelo del curso entre los dos gigantes de la Liga. Entonces el cuadro catalán irrumpió en el recinto blanco invicto. Líder absoluto de la competición. Sin haber encajado gol alguno durante las ocho primeras jornadas de Liga y con el meta nacional asentado como dueño de la portería del equipo de Luis Enrique.

El Real Madrid, aquella tarde, fijó la caducidad de la marca de Bravo con un penal transformado por Cristiano Ronaldo en el minuto 35 de partido. El capitán de la Roja estuvo 754 minutos imbatido como meta azulgrana. Al final del partido encajó tres. 

Ese sábado, Iker Casillas recuperó la condición de salvador. Una parada imposible, de las de antaño, sostuvo al conjunto de Carlo Ancelotti, que perdía por 0-1 en el momento en el que Leo Messi se topó con el meta internacional español.

Meses después el torneo ha estado plagado de vaivenes para ambos. También la situación del golero español, que a raíz de aquél encuentro ante los blaugrana obtuvo cierta calma y la tregua de esa parte de la fanaticada que le cuestiona al mínimo error desde hace más de un año.

Iker Casillas, reafirmado por su entrenador, saltará al Camp Nou como el meta titular del Real Madrid, dejando de lado la angustia a la que le vuelve a someter el Bernabeu después de algunas actuaciones vacilantes. El capitán de los merengues jugará en el recinto culé tras más de dos años de ausencia. No se sitúa bajo los palos del Camp Nou desde un 7 de octubre del 2012, donde su equipo empató a dos goles.

El internacional hispano asume que el estadio barcelonista es tierra hostil para él y para su equipo. Y encontrará una animadversión natural. Asumida. Nada que ver con el ambiente enrarecido que cada quince días padece en su propia casa. Afrontará el clásico con 22 goles encajados en los 24 partidos de Liga que ha disputado. Por debajo claramente de las cifras que presume el chileno.

El ex Colo Colo, inamovible en esta competición aunque relegado en los otros dos torneos, ha jugado todos los choques ligueros. 27 encuentros y solo 16 tantos padecidos. Es, claramente, el meta menos batido de toda la Primera División. 

No ha sido la portería un asunto a tratar en el equipo azulgrana. Luis Enrique pronto estableció las bases. Al modo que ocurrió el pasado año en el Real Madrid, uno juega la Liga, Bravo. Y otro, también adquisición al inicio del curso, el alemán Marc Andre Ter Stegen. Ambos han cumplido las expectativas y no han dado motivos para cambiar.

El técnico aprovechó la lesión del germano poco antes del arranque del curso para definir el papel de cada uno. Y no le ha ido mal. Bravo ha dado muestras claras de solvencia. Se ha adaptado a la perfección a los requisitos del juego de su equipo y no se le recuerda error de bulto, sonoro, en lo que va de ejercicio. 

Tal y como requiere el juego del Barcelona, el chileno ha presumido de una notable destreza con los pies. Y eso le ha revalorizado en Barcelona. Ha tenido actuaciones decisivas para su equipo en momentos puntuales. Ha sumado. Y nadie pone en cuestión su condición de titular para la Liga

Claudio Bravo disfrutará de su primer clásico como local. El que jugó como visitante puso fin a un trayecto impecable. Una cuenta pendiente que afronta el chileno, que pretende, como su equipo, asentar el liderazgo y el dominio en la competición desde el próximo domingo.

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