El destino hoy es México

claritat 45 al revelat
claritat 45 al revelat

Cada vez son más las madres solteras, menores de edad solos, y hasta adultos mayores que huyen de la violencia de Centroamérica para buscar asilo en México. Así lo revelan las cifras y también los activistas de derechos humanos que cuentan cómo en los últimos 10 años ha cambiado el perfil del indocumentado que llega a suelo azteca.




-¡Mamá ya nos vamos!

Al otro lado del auricular, Anita Zelaya respiró profundo tras escuchar el último reporte de su hijo Rafael antes de partir a Estados Unidos.

Fue una tarde de mayo del 2002, cuando el joven de 23 años la llamó desde una ciudad mexicana fronteriza con Hidalgo, Texas. Aquí, aguardaba en la casa del coyote que lo llevaría hasta suelo norteamericano, donde lo esperaban su padre y su novia.

Catorce años después de esa conversación, Anita aún no sabe qué pasó con Rafael. Nunca llegó a su destino y hoy engrosa la indeterminada lista de migrantes desaparecidos en México.

Sólo durante 2015, las organizaciones de derechos humanos estiman que se les perdió el rastro a unas 7.000 personas, pero no existen cifras oficiales.

"Yo lo despedí con vida y lo quiero encontrar con vida", cuenta a La Tercera esta madre salvadoreña, quien hoy recorre varias ciudades de México para dar con alguna pista de su hijo.

En este viaje no está sola. Anita avanza con otras 39 personas, entre madres y padres centroamericanos, que al igual que ella exigen respuestas sobre el paradero de sus familiares desaparecidos que no alcanzaron el "sueño americano".

Juntos conforman la "XII Caravana de madres de migrantes desaparecidos", que entre el 15 de noviembre y el 3 de febrero visita albergues, cárceles y poblaciones de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Hidalgo, San Luís Potosí, Guanajuato, Querétaro, la Ciudad de México, Tlaxcala y Puebla por donde, suponen, "han pasado sus hijos en ruta hacia el norte", explican.

Es viernes y desde un bus que la traslada a ella y a sus compañeras hasta Veracruz, Anita conversa con La Tercera.

Cuenta que no ha escatimado esfuerzos por encontrar a su hijo. Cuando no tuvo más noticias de él, partió hasta las casas de los dos coyotes que organizaron el viaje y a los que se les pagó por este "servicio". No los encontró, y tampoco obtuvo alguna información relevante.

Como esto no fue suficiente, en 2006 fundó el Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos de El Salvador.

*

Rafael Rollin Zelaya, el hijo de Anita, dejó El Salvador para encontrar un empleo en Estados Unidos que le permitiera mejorar las condiciones de vida de su familia.

El sueño americano era el anhelo que impulsó a Rafael y a otros miles de centroamericanos que hace 20 ó 30 años emprendieron el viaje hacia Estados Unidos.

Pero en la última década, tanto el perfil del migrante como los motivos de su desplazamiento han cambiado.

El hombre de entre 18 y 50 años que quería llegar a toda costa hasta Estados Unidos ha sido reemplazado por madres solteras con hijos, menores de edad solos y adultos mayores, quienes dejan Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, producto de la creciente violencia que afecta a la zona, con México como destino.

Así lo confirman las cifras de la ONU: Entre 2012 y 2016 se incrementó en un 286% el flujo de migración centroamericana a este país. Y entre 2014 y 2015 aumentaron en un 60% las peticiones de asilo.

*

Indocumentados que vienen con los bolsillos vacíos y que lucen los pies llenos de ampollas de tanto caminar son recibidos en la "La 72", refugio de la congregación franciscana ubicado en Tenosique, en el estado de Tabasco, ciudad fronteriza con Guatemala.

"México es ahora el destino donde buscan restablecer sus vidas", cuenta a La Tercera Ramón Márquez, director del albergue en el que mensualmente viven hasta 1.200 personas, y cuyo nombre homenajea a los 72 migrantes brutalmente asesinados en 2010 en San Fernando, Tamaulipas.

"Quienes llegan ya no son sólo hombres. Hay familias completas, mujeres, adolescentes, menores de edad y el denominador común entre ellos es que el 15% y el 20% escapan porque su vida corre peligro de parte de las pandillas y los maras", agrega Márquez.

"La 72" es un centro totalmente gratuito donde las personas migrantes –insiste en llamarles así para recordar que se trata de seres humanos- pueden reponerse del peligroso viaje que ya emprendieron desde sus países de origen. "El infierno comienza en Tenosique", dice el director de "La 72".

En el albergue no sólo comen, descansan y curan sus heridas. También son escuchados y consolados, reciben atención médica y orientación judicial. "Por este refugio pasa un 20% de las personas que luego solicita asilo en México", explica Márquez.

A lo largo del país se registran más de 80 albergues, según cifras de la ONG "Red de DH Migrantes". "Si no existieran los refugios el país sería un caos", se aventura a decir el director de la "La 72", quien además, revela otro dato: al menos en su hogar las personas permanecen hasta 5 meses mientras intentan regularizar su situación.

"El destino hoy es México", coincide Marta Sánchez, activista de derechos humanos y coordinadora de la ONG "Movimiento Migrante Mesoamericano", quien acompaña a la caravana de madres que este año esperan cerrar su ruta con una nueva pista o respuesta sobre qué pasó con sus familiares.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.