El silencioso fenómeno de Ismael Serrano en Chile

El cantautor tiene casi agotadas las entradas para su show en el Movistar Arena. "Tenemos que encontrar nuestra propia voz", dice.




Todo comenzó con visitas promocionales a fines de los años 90 y pequeñas actuaciones en universidades, ante algunos estudiantes que habían conseguido o traído sus discos desde España. Por ese entonces, Ismael Serrano comenzaba a hacerse un nombre en el país, al tiempo que se iba empapando de la cultura chilena, de las caminatas por la Alameda y de los "carretes" capitalinos, como bien resume Vine del norte, la emotiva balada de 1998 dedicada a Santiago, que finaliza con un premonitorio  "me muero por volver".

Desde entonces, el cantautor madrileño no sólo ha cumplido con regresar, sino que además ha ido ampliando progresivamente su arrastre entre el público chileno. El mismo que tiene prácticamente agotadas las entradas -con menos de mil tickets disponibles- para su presentación de este 8 de mayo en el Movistar Arena, lugar en el que actuará por segunda ocasión. El show abrirá el tramo latinoamericano de su actual gira, y pasará por otras cuatro ciudades del país antes de llegar a Argentina y México.

"Ahora rezo a mis santos paganos para que el volcán nos de una tregua y nos deje viajar", dice al teléfono desde España el trovador de 41 años, cuyo más reciente disco, La llamada, lo ha consolidado como un nuevo referente de la canción de autor, con temas de observación social y ritmos latinoamericanos -desde la bachata hasta el reggaeton- que trascienden los límites del cantautor más tradicional.

"Con la edad vas perdiendo prejuicios. Yo, al menos,  siempre he tenido tanto miedo a que se desvirtúe mi mensaje que me he revestido de una solemnidad que en ocasiones no me ha permitido aprender. La edad te va despojando de ese rigor implacable y te hace entender que sacando prejuicios ganas en libertad", explica el músico, quien en medio de esta constante búsqueda ha logrado además volverse un autor transversal, capaz de cruzar generaciones.

El show que trae esta vez, más ambicioso en lo visual y con una banda más numerosa, es también una muestra de los horizontes a los que apunta el español, que en sus palabras "tienen que ver con el carácter teatral que siempre he querido darle a los conciertos, que los entiendo como algo más que una sucesión de canciones".

Voz de una generación

La nueva visita a Chile de Serrano se enmarca dentro de una temporada especialmente activa para la trova y la canción social: dos semanas antes del show de Silvio Rodríguez y sólo días después de la reciente presentación de Joan Manuel Serrat, ambas también en el Movistar Arena. Y aunque no son pocos quienes ven en Serrano a una suerte de heredero del catalán, éste reconoce su influencia "ineludible" pero se desmarca de cualquier legado directo.

"A lo mejor a veces emulamos tanto a nuestros ídolos que repetimos los mismos errores. No sé qué errores son... quizás ese empeño por revestirse de una solemnidad, un rigor y un dogmatismo que creo no corresponde a estos tiempos", dice.

En ese sentido, el autor de Recuerdo destaca la figura de Víctor Jara como "ejemplo clarísimo de una relación muy natural con el arte, pero al mismo tiempo un tipo cercano. A veces los cantautores perdemos esa perspectiva, esa amabilidad, esa relación con el oficio y hasta con el público".

Finalmente, Serrano apela a la búsqueda "como generación de nuestra propia voz. No sé hasta qué punto los cantautores más jóvenes hemos sabido construir un relato propio, en eso estamos yo creo".

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