Estrellas de la astronomía

Con el descubrimiento del potencial astronómico de los cielos chilenos, creció el número general de investigadores, pero también de mujeres interesadas en el área. Cinco de ellas hablan sobre las oportunidades y los sesgos que persisten.




El Observatorio Astronómico Nacional (OAN), en Cerro Calán (Las Condes), sirvió de punto de encuentro para cuatro astrónomas chilenas: María Teresa Ruiz (68) y Mónica Rubio (59), ambas académicas de la U. de Chile, Paula Aguirre (33), directora de la licenciatura en Astronomía de la U. Andrés Bello, y Laura Pérez (30), investigadora del Observatorio Radioastronómico Nacional de EE.UU. (NRAO). Distintas generaciones que, junto a la argentina Verónica Firpo (42, ver recuadro), serán parte de una serie de charlas sobre el área (realizadas en el GAM, los miércoles, 19 horas, hasta el 10 de diciembre), y que pretenden llevar la astronomía hecha por mujeres al público general.

Laura ha pasado el último mes en Chile. Vino desde EE.UU. (donde es becaria) a participar del proceso de pruebas del radiotelescopio Alma, con el que lograron la imagen más nítida tomada por un telescopio (ver recuadro). Fue también la encargada de abrir el ciclo de charlas el miércoles, enfocada en el "humilde" origen de los planetas: los granos de polvo cósmico. En una sala repleta del centro cultural, la astrónoma explicó parte de su trabajo y con ello espera haber encantado a alguna niña para que siga sus pasos.

"En pregrado tuve clases sólo con profesores hombres, excepto por Mónica (Rubio) y cuando pensaba: ¿qué se necesita para ser exitoso en Astronomía?, ¡claramente tienes que ser hombre!, respondía, porque acá no hay mujeres. Entonces, ver a alguien del género femenino, desempeñando un cargo de manera exitosa, te hace ver que no es una locura o una cosa extraña. Es total y absolutamente posible", dice.

Unas 30 mujeres se han titulado de astrónomas en Chile, pero menos de la mitad trabaja efectivamente en el país, pues muchas aún están en el extranjero. Aun cuando el número sigue creciendo, y hasta igualan a los hombres durante su formación, los puestos como académicas para ellas no superan el 10%. "Ha mejorado mucho, pero la proporción a ese nivel todavía es súper baja", dice Mónica Rubio. Comparable con lo que pasa en EE.UU. y algunos países nórdicos, distinto de lo que ocurre en Argentina o México, con 30%, similar a  España, Francia e Italia.

María Teresa dice que ha mejorado la promesa para el futuro, porque hay más mujeres formándose y van a hacer presión en el sistema. Paula, agrega que ya debería haber una promoción tomándose esos puestos, pero no ha sucedido. El hecho de tener buenas oportunidades fuera de Chile puede ser una de las razones, agrega Laura.

DISCRIMINACIÓN

"Una vez que ingresas a la academia, el primer tiempo resulta bastante equivalente a lo que pasa con los hombres, luego se empiezan a notar los mismos problemas de las mujeres en todas las otras profesiones: es más difícil escalar posiciones", dice Mónica.

Decidir ser madres, inevitablemente merma su productividad por un tiempo y eso aún no está superado al momento de repartir cargos. "La maternidad te afecta justo en el momento en que estás siendo súper productiva y hace que en una misma carrera con un colega varón, te quedes atrás. Después de que pasa tu periodo de hijos, nuevamente logras alcanzarlos y, muchas veces, ir más rápido", agrega.

A María Teresa Ruiz, Premio Nacional de Ciencia Exactas 1997, le tocó experimentar la discriminación, tanto en Chile como en EE.UU., pero dice que no le afectó. "Hay múltiples otros episodios en los que el ser mujer ha favorecido mis relaciones de trabajo. Me siento más favorecida que perjudicada por mi condición de mujer científica y creo que la clave es no quedarse 'pegada' y que no te afecte tanto la discriminación. Muchas veces ignorarla y seguir adelante funciona. Al menos, para mí, funcionó", dice. Después del nacimiento de su hijo, asegura, su número de trabajos aumentó notablemente. "Fue bueno para el trabajo y él resultó un niño, y luego un hombre, muy sociable, de buena salud y feliz".

Paula Aguirre dice no haber sentido discriminación, pero ser madre (tiene un hijo de siete meses) la obliga a descartar algunas conferencias, observaciones o viajes de colaboración, que son importantes para su desarrollo, pero que implican alejarse de casa. "Antes aprovechaba todas las oportunidades de viajes profesionales, pero ahora trato de hacerlo lo menos posible, porque mi prioridad es pasar el mayor tiempo con mi hijo. Creo que esto aplica a cualquier campo profesional, no sólo a la ciencia".

Con todo, coinciden en que Chile es uno de los mejores lugares para desarrollar la carrera. "Ser astrónoma en Chile, donde está toda la infraestructura astronómica, yo lo encuentro ideal. No hay mejor lugar para desarrollar una profesión como esta, además es súper apasionante", dice Mónica. "Es perfectamente compatible con ser mujer, quizás más que otras actividades. El primer astrónomo en la historia de Chile que sacó un doctorado fue una mujer, Adelina Gutiérrez, teniendo cuatro hijos", cuenta.

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