Gobierno de Morales insiste que tras el motín policial está la derecha "con fines golpistas"

En el quinto día de protestas, los efectivos policiales ocuparon la Plaza de Armas aledaña al palacio presidencial en La Paz. Gritaron consignas contra el mandatario y lo compararon con el ex Presidente Sánchez de Lozada.




Cerca de mil policías amotinados ocuparon la Plaza de Armas aledaña al palacio presidencial en La Paz en su quinto día de rebelión por demandas salariales, mientras el gobierno de Evo Morales insiste en que la derecha pretende usar la protesta con fines golpistas.

Los uniformados de bajo rango rechazaron la acusación y siguen atrincherados en la sede de una Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP,  antimotines), convertida estos días en su cuartel general, a media cuadra del palacio presidencial. Mientras, la sede del Ejecutivo está con las puertas cerradas y no se ha informado si Morales está en el lugar, aunque en su interior existe una nutrida vigilancia militar.

Los rebeldes han realizado varias marchas de protesta en calles aledañas con estribillos adversos al mandatario: "Evo, 'Goni' (el ex  presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, obligado a dimitir en 2003 por una  rebelión popular), la misma porquería!", "Motín, motín, motín policial!". 

Durante la segunda gestión del liberal Sánchez de Lozada (1993-97 y  2002-03), policías y militares chocaron en febrero de 2003 en la Plaza de  Armas, con un saldo de 14 muertos, tras un motín de los agentes, opuestos a la  creación de un impuesto al salario.

El motín policial por mejores salarios comenzó el jueves pasado con una huelga de  hambre y la decisión de unos 10 cuarteles de no realizar su trabajo, como  patrullajes callejeros; luego subieron a unos 20, junto a algunas comandancias  regionales, y este lunes oscilaban entre los 25 y 30.

La rebelión persiste en las principales ciudades de Bolivia: La Paz, El  Alto (oeste), Cochabamba (centro), Santa Cruz (este), Sucre (sureste), Tarija  (sur), Oruro (sur), Potosí (sureste) y Trinidad (noreste). Los uniformados son  unos 30.000 y la mayoría está amotinada o en emergencia.

"Vamos a seguir con nuestras protestas, porque son justas", afirmó en Santa  Cruz, una de las guarniciones más numerosas de Bolivia, el líder de los  rebeldes regionales, sargento Omar Huayllani.

Las bases de los policías, sargentos, cabos y tropa, rechazaron un acuerdo  firmado el domingo entre sus dirigentes y el ministro de Interior, Carlos  Romero, pues no recogía su principal demanda: salario mínimo de 2.000  bolivianos (unos 287 dólares).

Los uniformados de base ganan un sueldo promedio de 1.300 bolivianos (186  dólares) y un bono mensual equivalente a 57 dólares, mientras que el gobierno  sólo prometió un reajuste, en forma de bono mensual extra, de 220 bolivianos  (32 dólares). El salario mínimo nacional vigente es de 1.000 bolivianos (143  dólares).

GOLPISTAS
Mientras el conflicto policial sigue una curva creciente, sin aparente  solución inmediata, el presidente Morales, su vicepresidente Alvaro García y  sus ministros han afirmado por tercer día consecutivo que la derecha pretende  usar el motín policial para encarrilar un plan golpista.

"Hay fuerzas oscuras con fines golpistas", martilló este lunes nuevamente  el gobierno, por voz del vicepresidente García, quien señaló a grupos ligados con la derecha, aunque sin identificarlos.

Morales dijo el domingo en un acto público que incluso, quieren "matar" al  ministro de Interior, Carlos Romero, y "atacar con bombas molotov" a las  Fuerzas Armadas.

El vicepresidente aseguró que los afanes antidemocráticos buscan hacer  coincidir el motín policial con la marcha de indígenas que se encuentra en las  puertas de La Paz, tras partir a fines de abril una caminata en Trinidad (600  km al noreste), en rechazo a una carretera que el gobierno insiste construir  por la reserva ecológica TIPNIS.

El líder de los indígenas, Fernando Vargas, respondió que "no está en  nuestra plataforma de demandas el golpe, en nuestra plataforma de demandas está  defender nuestro territorio", dijo. "No veo, en absoluto, un escenario de golpe, no se hacen golpes con dos  carabinas (armas)" en las calles, dijo a la AFP el sociólogo y profesor  universitario, Carlos Cordero.

"El gobierno se ve desorientado, tiene una imagen desfavorable y quiere  cambiar esa imagen, tratando de sumar apoyo hacia su gestión", acotó el  investigador.

Entre tanto, el oficialismo convocó a sus bases campesinas y sindicales a  marchar sobre La Paz, en apoyo al presidente Morales, argumentando afanes  golpistas, lo que podría abrir un panorama convulso con choques con los  policías amotinados. Los militares no se han pronunciado.

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