Judd Apatow: "No puedes ser muy divertido si te olvidas de la realidad"

El renovador de la comedia americana habla de su última cinta, Bienvenido a los 40.




En su historia del cine cómico estadounidense (Another fine mess), Saul Austerlitz apunta que Judd Apatow definió los 2000 tal como Woody Allen definió los 70. Después de todo, este guionista, realizador y productor escribió y dirigió Virgen a los 40 (2005) y Ligeramente embarazada (2007), al tiempo que creó en torno a su productora una especie de factoría donde suele recalar gente como Seth Rogen, Jonah Hill, Jason Segel y Steve Carell. Se le conoce como The Comedy Wheel (algo así como el Club de la Comedia) y es responsable de cintas como Supercool, Cómo sobrevivir a mi ex y Piña express. Con ello renovó las pautas del género y se ganó el aprecio de la crítica.

Para mayor abundamiento, su esposa e hijas actúan -nuevamente- para él en Bienvenido a los 40, "especie de secuela de Ligeramente embarazada", según se lee en la promoción. La cinta ya está en salas, y en ella, Apatow se pregunta cómo le ha ido a la pareja encarnada por Leslie Mann y Paul Rudd, dueño de una disquera que se está yendo a pique. Una vez más, el cineasta ofrece personajes emocionalmente carenciados, amén de incorrectos y pusilánimes, pero de nuevo los hace creíbles y humanos. Esto tiene que ver con su aproximación a la comedia, que él mismo describe, distendido y hasta chacotero, al teléfono desde su oficina en Los Angeles: "Veo cómo las personas deciden vivir sus vidas, qué es importante para ellas, cómo manejan situaciones difíciles, cómo crían a sus hijos. Todo eso me parece fascinante, y de eso me gusta escribir".

¿Qué quiso mostrar y decir acerca del matrimonio cuando se cumplen los 40?

Quise explorar la idea de compromiso, lo que las personas hacen cuando se aman y al mismo tiempo se sacan de quicio. La gente está abrumada: tratan de hacer frente a su relación, y están los niños, el colegio, la política, los medios. De pronto, todo eso es demasiado y termina cayéndose a pedazos. Me pareció que era divertido mostrar a una familia implosionando bajo las presiones cotidianas cuando los esposos cumplen 40.

¿Sintió necesario añadir más drama que en el pasado?

Trato de escribir estas películas como dramas y de hacerlas lo más divertidas que se pueda. Normalmente, no arranco con una premisa cómica, sino con un problema de la vida real y veo qué tan divertido me sale, pero siempre siendo fiel a lo que cuento. No puedes ser muy divertido si te desentiendes de la realidad.

Sus personajes masculinos son inmaduros y cobardes, mientras los femeninos son responsables y "tiesos". ¿Ha cambiado su óptica tras producir Damas en guerra y (la serie de HBO) Girls?

Todo depende de la circunstancia. Damas en guerra trata de una mujer inmadura que parece no poder salir adelante, y hemos visto películas como esa protagonizadas por hombres. Los roles pueden intercambiarse, dependiendo de la historia que cuentes. En mi casa, yo soy el más niño, y eso que tengo dos hijas pequeñas, y en otras casas puede serlo la mamá.

¿Ve el humor como mecanismo de autodefensa?

Me parece que la vida es ridícula y absurda, de modo que si no me río, me pongo a llorar. El humor es una de las pocas armas con las cuales hacer frente al día a día. Encuentro humor en todo, porque casi todo es ridículo: esa es la manera en que proceso las cosas que tengo que vivir. A medida que envejezco, creo a veces que es, en cierta manera, un recurso para no ser completamente honesto. Y creo que la gente lo necesita para lidiar con todo lo que tienen que lidiar.

Al describir su trabajo, habla de "nosotros".

Pienso en todos nosotros (The Comedy Wheel) como un colectivo. Hacemos muchas cosas juntos y por separado, pero tenemos siempre la intención de hacer películas divertidas y originales. La gente hace cosas fantásticas sin mí, y a veces las hace conmigo. Me encantó, por ejemplo, This is the end, la película de Seth (Rogen) y Evan (Goldberg).

En los años 30, películas como Sucedió una noche y Al servicio de las damas estuvieron en la primera línea del Oscar. Pero después la comedia perdió reconocimiento. ¿Cómo ve su estatus hoy?

Alguien me dijo una vez, "a todo el mundo le gustan las comedias, les va muy bien, la gente las ve cientos de veces… ¿Quién necesita estatus?". Creo que es más difícil hacer comedias que dramas, porque pueden trabajar en muchos más niveles. A veces, bromeo con que mis películas serían mucho más fáciles de hacer si no hubiera chistes en ellas. En fin, esto da un poco de pena. Ahora estamos haciendo Anchorman 2 y es una de las películas más divertidas que he visto. ¿Le quita eso valor frente a películas tristísimas que van a la carrera por el Oscar? Yo creo que no, pero así es como funcionan las cosas.

En TV las cosas parecen ser distintas. ¿Cómo definiría su experiencia en este formato?

La TV está apoyando la creatividad de gran vuelo. Puedes hacer un programa, tener unos pocos millones de personas viéndolo y que sea económicamente viable. Los telespectadores quieren una TV muy ambiciosa: que sea emocionalmente compleja, que sea muy original. Es sorprendente lo que está pasando y hay muchas ventanas de salida. Al menos en cuanto a drama y comedia, la TV ya no es sinónimo del mínimo común denominador.

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