La crisis anímica que golpea con dureza al camarín de Católica

En el plantel asumen falta de confianza para enfrentar los partidos. Hay respaldo público a Falcioni, aunque tampoco se descarta su salida.




Frustración es la palabra que define por estos días al plantel de Universidad Católica. La derrota ante Palestino, quinto partido sin ganar, caló hondo en un plantel que ya estaba dolido.

Pese a esto, los jugadores  piensan en intentar dar vuelta la página, tarea que no será fácil. Hoy viajan rumbo a Uruguay (7.15 horas) para disputar el partido de revancha ante River Plate, por la Copa Sudamericana, e intentar avanzar a la siguiente fase. Para esto, deben superar la caída en Santiago por 1-0.

Más allá de las falencias futbolísticas, hoy lo que más afecta al elenco cruzado es la falta de confianza lo que lleva a cometer errores que terminan en derrotas.

"Nos falta confianza para poder ganar los partidos", reconoce Mauro Óbolo. Algo que comparten sus compañeros al interior del camarín.

Stefano Magnasco coincide con el delantero argentino al señalar que "el plantel está afectado. Sabemos que la situación es crítica y estamos en el ojo del huracán en este momento". Y agrega que, "pese a la poca confianza que existe, tenemos que seguir luchando hasta el final".

Esta falta de seguridad y el miedo que existe a la hora de enfrentar los próximos desafíos los achacan a la ausencia de triunfos y el bajo nivel futbolístico.

"El plantel está golpeado por la mala racha que estamos viviendo. Lo externo nos está afectando, pero cuando entramos a la cancha nos tenemos que olvidar de eso", agrega el delantero.

A la hora de tratar de entender este mal momento, el punto en común es la presión que sienten, lo que afecta el rendimiento en la cancha.

"Nos afecta lo que se está viviendo. Esto se nota en la presión que sentimos. La falta de confianza e inseguridad nos afecta. Es raro lo que está pasando", comenta Magnasco.

La críticas más fuertes apuntan a la dirigencia y al técnico Julio César Falcioni, quien manifestó que respetará su contrato hasta junio de 2015. Sin embargo, ya se escuchan voces al interior de Cruzados que señalan la idea de realizar profundos cambios.

Los jugadores, por ahora, prefieren respaldar al DT públicamente. "Hay que darle tiempo al técnico. Con su salida, no se va a solucionar lo que nos está pasando. Hay que aguantarlo", subrayó Óbolo.

De hecho, el presidente de Cruzados, Luis Larraín no descarta que una solución al problema sea la salida del entrenador.

"Contratamos un técnico que había salido campeón en Argentina dos veces en los últimos cinco años, pero esto es fútbol y nada está garantizado, y no se ha jugado bien... Hay un contrato y generalmente los respetamos, pero hay circunstancias en que, a veces, los contratos no llegan a cumplirse por diversas razones... El plantel viaja a Uruguay, y debemos hacernos cargo de los problemas. Entendemos la frustración", manifestó en entrevista con Radio Cooperativa.

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