La segunda juventud de Macnelly

Macnelly Torres

El volante que jugó en Colo Colo brilla en Medellín y ha vuelto a ser importante en Colombia, el próximo rival de Chile. El jueves retorna a su tierra, Barranquilla, donde le odian.




En el último partido de Colombia en las Eliminatorias, ante Uruguay, una de las novedades del técnico de los cafeteros, José Néstor Pekerman, fue la inclusión en el once del mediocampista Macnelly Torres (Barranquilla, 1984). En el encuentro que acabó 2-2, el volante ocupó el lugar del lesionado James Rodríguez y cumplió una buena actuación. Ahora, cuando se avecina el duelo ante Chile, el ex jugador de Colo Colo fue el primero -junto a sus compañeros de Atlético Nacional- en reportarse a la concentración de su selección con el objetivo de mantener su puesto en la alineación.

Tras dejarle fuera del Mundial Brasil 2014, Pekerman le ha devuelto la confianza a Torres, quien ha estado en la convocatoria en los diez partidos de Colombia en el actual premundial. "Ha regresado porque siempre le dio buenas cosas al equipo cuando estuvo en el llamado. En el cuerpo técnico valoramos su juego, ha sido uno de los artífices de los éxitos de su equipo y ha hecho partidos muy buenos. Está en un buen momento", comentó el entrenador argentino a su llegada a Barranquilla para el duelo ante Chile.

Macnelly, a sus 32 años, está viviendo una segunda juventud con Nacional, con el que ha conseguido el campeonato local y la Copa Libertadores 2016, de la cual fue elegido como el jugador más valioso. En Medellín, es el cerebro organizador de un equipo que ha mostrado un gran fútbol el último año por todo el continente. "Cuando hablo de buen fútbol no es de tocar la pelota y hacer goles bonitos, con más de 20 toques. Cuando hablo de buen fútbol es que cuando el equipo debía tener la pelota la teníamos, cuando debía meter lo hacíamos, cuando había que correr, corría. Para mí eso es jugar bien, saber en qué momento se está y tomar las mejores decisiones", comentó el centrocampista tras el triunfo de su equipo en el torneo continental.

Uno de sus compañeros en el campeón de la Libertadores, el venezolano Alejandro Guerra, no duda de que Macnelly debe estar en la alineación de Colombia ante Chile, junto a referentes como James Rodríguez y Radamel Falcao: "Mac es mi socio, mi pana (amigo). En el campo nos entendemos de lo mejor y pareciera que llevamos toda la vida jugando juntos. A veces con sólo mirarnos sabemos dónde va a picar el otro o dónde quiere el pase. Jugar con él es fácil. Se merece ser el 10 de su selección".

Miguel Ángel Borja, goleador de Nacional y que fue convocado para el partido del jueves, también agradece tener a Torres en su equipo: "Muchos de los goles que he venido haciendo han sido por el talento que tiene. Tiene una visión de juego que poseen muy pocos y lee los partidos muy bien".

Sin embargo, la llegada del 10 a Nacional no estuvo exenta de polémica, lo que incluso le ha convertido en uno de los jugadores menos vitoreados de la selección colombiana en la tierra que le vio nacer. El debut de Torres en el fútbol profesional se produjo en 2001 con Junior, el equipo de sus amores. Y en 2015 volvió al equipo de Barranquilla. "Ojalá me quede aquí hasta que las piernas no me den más", decía entonces a viva voz ante los suyos.

En aquel momento, Torres tenía una disputa jurídica con Al Shabab de Arabia Saudita y llegó cedido a Junior con un permiso provisional, mientras la FIFA estudiaba el caso. La negociación entre los agentes del jugador y el club saudí se tasaron en un millón de dólares la resolución del conflicto. Fue cuando apareció el poderoso Atlético Nacional, que pagó la cantidad exigida por Al Shabab y, además, convenció al jugador con otro millón de dólares y un jugoso contrato por tres años. Macnelly firmó con el elenco de Medellín y se convirtió en el jugador mejor pagado del fútbol colombiano (125 millones de pesos mensuales, unos 40 mil dólares).

Ídolo en Medellín, villano en Barranquilla, su tierra natal, donde hasta han impreso dólares con su cara y se los lanzan cada vez que visita el estadio Metropolitano. Cuando Macnelly juega con la selección, los gritos de "traidor" bajan de intensidad, pero jamás será aplaudido como otros referentes de Colombia. "Sé que muchos hinchas no entienden en estos momentos, pero éste es el fútbol", se defendió entonces en su cuenta de Instagram; "tengo que pensar en una familia y en mi futuro deportivo, que como todos saben no es de muchos años".

Donde Torres sí fue ovacionado en varias ocasiones fue en el estadio Monumental, durante su pasantía con Colo Colo (que pagó 2,2 millones de dólares por su fichaje), con el cual ganó dos Clausura, entre 2008 y 2010, e hizo 16 goles en 95 partidos disputados. Y el volante colombiano parece no olvidar los buenos momentos vividos con el cuadro albo, ya que en septiembre pasado, con motivo del último Superclásico ante Universidad de Chile, grabó un video en el que arengaba a su antiguo equipo: "Mucha fuerza el domingo, Colo Colo es más que la U, hay que ganar, vamos que es clásico, un abrazo a todos y gracias por esos dos años y medio que pasé en Colo Colo".

Con la camiseta de Colombia, Macnelly vivió una de sus mejores tardes ante Chile, en el recordado partido que ambas selecciones disputaron el 11 de octubre de 2013 en Barranquilla, y que terminó 3-3. Tras el primer tiempo, los cafeteros perdían 0-3 ante la Roja de Sampaoli -con goles de Vidal y dos de Alexis-, pero en el segundo acto, coincidiendo con el ingreso de Torres desde el banquillo, los locales reaccionaron y lograron la igualada. El jueves se repetirá el escenario y Macnelly intentará evocar el verde que lo ha visto brillar en el pasado y no el que en alguna ocasión ha caído en forma de billetes desde las tribunas del Metropolitano.

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