Los ánimos de la moda 2010

<img alt="" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200911/586904.jpg" style="padding: 0pt; margin: 0pt;" width="50" border="0" height="15"> Cuando el mundo está cargado de agresividad, el diseño provee tenidas decoradas con tachas y guiños punk. En cambio, si imperan las ansias de paz, las pasarelas y las tiendas se llenan de estampados florales.




La palabra tendencia es, quizás, la más manoseada en el mundo de la moda. Se usa para referirse a los conceptos centrales que cruzan las propuestas de los diseñadores, pero también para aludir a lo que ofrece el retail masivo. Las tendencias están en la cúspide de la moda por una temporada, aunque a veces permanecen por uno o dos años, renovándose a sí mismas en forma sutil. 

Su llegada no es gratuita. Los acontecimientos y grandes preguntas que se dan a lo largo de la historia influencian la moda, tal como lo hacen en la plástica o la literatura. Las tendencias son la manera en que la moda recoge y aterriza en propuestas concretas las inquietudes que afectan a la humanidad. El luto por la caída de las Torres Gemelas llenó las pasarelas de ropa negra; la crisis económica de 2008 acortó los vestidos y las mangas porque se necesitaba usar menos tela; el calentamiento global dio auge a la moda eco.

Pero, ¿cómo saben las empresas de moda, que trabajan en una colección con dos años de anticipación, si deben proponer encajes o líneas rectas y colores neutros? Para ello existen consultoras, como la francesa Promostyl o la norteamericana WGSN, que observan lo que está ocurriendo en la calle y en las elites intelectuales, con el fin de captar hacia dónde va lo que llaman 'ánimo' o 'actitud' de los consumidores. Su función es descubrir las grandes filosofías que servirán como marco para el surgimiento de diferentes tendencias.

Martha Calad, directora de los informes de Inexmoda (Instituto para la Exportación de la Moda, de Colombia), explica que hoy hay dos grandes ideas en moda: el hedonismo y la preocupación ecológica. "Con estos  elementos conviven diferentes actitudes que predominarán este 2010. Los consumidores  van con libertad de un ánimo a otro". Según Calad, las actitudes que llevan el pandero este año son cinco. ¿Qué proponen y cuáles son sus referentes?

ANIMO ANCESTRAL
Capitales como Londres y Nueva York tienen cada vez menos habitantes de su propio país. Además, gracias a internet, el planeta es una aldea global, sin fronteras. Por eso, cada vez más personas buscan signos de su identidad en elementos que provienen de los pueblos originarios, que los vinculen con sus raíces y así los conviertan en individuos que tienen un lugar de pertenencia en la masa cosmopolita.

Mientras el mundo habla de Charles Darwin -el año pasado hubo en Chile al menos cuatro seminarios sobre el autor de El Origen de las Especies-, la moda busca referentes en personas que rescatan sus raíces y las difunden. La figura de la cantante sudafricana Miriam Makeba (1932-2008), conocida por sus atuendos típicos e instrumentos étnicos, se convirtió en objeto de culto. Su recuerdo impulsó la aparición de túnicas en las pasarelas: un buen ejemplo es el  vestido-búho que Neón presentó en febrero en el Sao Paulo Fashion Week. Además, promovió  diseños en tonos tostados, de líneas fluidas y con mucho uso de grafías.

Paralelamente, lo indígena cobra cada vez más valor. Y la tradicional trenza de los andinos se deja ver en desfiles como el que la chilena Chantal Bernsau presentó el congreso Ixelmoda, en Cartagena de Indias.

LOS EXCENTRICOS
Desde Salvador Dalí hasta Björk o Tim Burton la sociedad siempre ha tenido un espacio para quienes abrazan la estética de la locura como bandera de lucha contra el anonimato. Hoy, la necesidad de ser diferente, de notarse y tener esos 15 minutos de fama que predicaba Andy Warhol es potenciada por la globalización, que unifica al aceptar la diversidad. Y, además, por la existencia de tecnologías que permiten ver y ser visto. Gracias a los blogs de moda callejera los looks más estrafalarios ganan tribuna y pueden ser observados por miles de personas en las amplias alamedas de la realidad virtual.

Los impulsores de esta tendencia -que tiene sus antecedentes en la creatividad de Vivianne Westwood, Lacroix y, cómo no, Alexander McQueen- no se concentran hoy tanto en las pasarelas como en los escenarios musicales, donde el espacio para la fantasía en el vestir es más abierto. Y la reina del momento, sin duda, es la cantante Lady Gaga, quien ha dicho que la moda es una de sus principales fuentes de inspiración a la hora de hacer música. Y se deja ver con prendas que son un cruce entre enteritos y trajes de baño, en colores chillones; con vestidos de asimetrías imposibles, con ropa tan ajustada que el público se pregunta cómo lo hace para no romperla.

ACTITUD CONSCIENTE
Rustek es el término en boga para referirse a la ropa que se hace cargo del calentamiento global: rústica, pero tecnológica. Colores neutros, líneas simples, fibras que utilizan recursos renovables y pasan por procesos altamente tecnológicos para reducir la emisión de contaminantes y la huella de carbono.

Sus adeptos se saben de memoria el documental Una Verdad Incómoda, de Al Gore; abrazan conceptos propios de la cultura Zen y admiran el trabajo de diseñadores industriales como Matthias Pliessnig, quien crea estructuras orgánicas a partir de tiras de roble moldeadas al vapor. "Hacen una crítica a la industria, pero no en forma rebelde o agresiva sino tratando de generar giros pequeños que hagan la diferencia. Estas transformaciones no se contraponen necesariamente al modelo neoliberal, sino que intentan adaptarlo a las necesidades sobre las cuales el cambio climático está encendiendo una alarma", explica Martha Calad.

Los diseñadores que se suman a esta tendencia son cada vez más. Saas Brown, directora de la sede que el Fashion Institute of Technology tiene en esa ciudad, prepara el libro EcoFashion, donde recoge el trabajo de más de 100 creadores sustentables. "Ellos no sacan del medio ambiental más de lo que devuelven", acota Saas.

FUTURISMO
Ante un presente inquietante hay dos opciones: mirar al pasado, como quienes se suman a la actitud ancestral, o hacia el futuro. Los que han tomado esta opción quieren estar vestidos hoy con lo que se usará mañana. Buscan prendas con formas que den una sensación de protección frente a lo desconocido, en texturas y materiales vanguardistas. Ahí entran en escena los acolchados, las prendas que se transforman mediante cierres o broches. Y aparecen referentes como la arquitectura de Zaha Hadid, el estudio Herzog & De Meuron, creador del impactante estadio que se inauguró en Shanghai para los Juegos Olímpicos de 2008, y la banda musical Devo. En los años 60, plena 'era espacial', muchos diseñadores e intelectuales también se preguntaron hacia dónde va la humanidad. Por eso, la moda 2010 tiene guiños que la vinculan con propuestas del modernismo: la asimetría, el blanco, negro o gris…

GRAN NOSTALGIA
Primero vino el boom de la libertad sexual. Luego, el sida. Hoy prima en el mundo una sexualidad abierta y carente de prejuicios, pero con los costos de la promiscuidad como una lección aprendida. Y ello ha hecho surgir una nueva valoración de lo femenino, lo romántico, lo ingenuo. "El mundo de la moda está añorando la imagen de la señorita clásica", explica Martha Calad, "y por eso puso sus ojos en la primera mitad del siglo XX. En las pasarelas hay referencias al lujo de los años 20, a la austeridad de los 40, al optimismo de los 50. Los diseñadores están pensando en la novela El Gran Gatsby (F. Scott Fitzgerald, 1925); en la pícara ingenuidad de Betty Page, ícono de las pin-up; en la Cuba pre-castrista". En este contexto, la cintura cobra importancia a través de vestidos que tienen grandes volúmenes de tela en su parte inferior. La chica pin-up se refina con estilizados shorts de vestir.

El desfile de Samuel Cirnansck en Sao Paulo Fashion Week, con una pasarela en capitoné y modelos luciendo vestidos de ruedos amplios, será posiblemente el ícono de esta refrescante mirada al pasado.

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