Reacción mixta al diálogo de paz en Medio Oriente

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, concluyeron la primera ronda de negociaciones directas de paz para Medio Oriente en dos años, ante la presencia de la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton.




Aunque este primer encuentro en Washington fue en gran medida ceremonial, se abordaron varios temas relevantes con suficiente detalle tanto para entusiasmar a quienes apoyan el proceso como para enardecer a quienes lo rechazan.

Ambos líderes acordaron reunirse en una segunda ronda de diálogo dentro de dos semanas.

Aunque el enviado especial de Estados Unidos para el Medio Oriente, George Mitchell, declaró que las primeras conversaciones fueron "constructivas", lo cierto es que ni Netanyahu ni Abbas han podido consolidar un respaldo político definitivos en sus bases.

La bancada derechista de la coalición de gobierno en Israel se opone a cualquier concesión sobre la construcción de asentamientos judíos, mientras que el grupo radical palestino Hamas -que controla la Franja de Gaza- no participa en las negociaciones y ha continuado con sus ataques armados contra objetivos israelíes.

PROCESO DIFICIL
En el inicio de las conversaciones, Clinton reiteró su apoyo completo al proceso, asegurando que Washington será un socio activo y constante, si bien no impondría una solución.

"Señor primer ministro, señor presidente, ustedes tiene la oportunidad de terminar este conflicto y las décadas de enemistad entre sus pueblos de una vez por todas", dijo la secretaria de Estado.

"Los temas centrales de estas negociaciones -territorio, seguridad, Jerusalén, refugiados y asentamientos, entre otros- no se volverán más fáciles si esperamos, ni se van a resolver por sí solos", advirtió.

Netanyahu coincidió respondiendo que no será fácil: "La paz verdadera, duradera, sólo se podrá lograr a través de mutuas y dolorosas concesiones de ambas partes".

Por su parte, Abbas afirmó: "Sabemos lo difíciles que son los obstáculos que enfrentamos en estas negociaciones que, dentro de un año, deberían resultar en un acuerdo que nos traiga la paz".

Ambos líderes también abordaron los asuntos medulares de las conversaciones: seguridad para Israel y las colonias judías en los territorios palestinos ocupados.

"Hacemos un llamado al gobierno israelí para que avance en su compromiso de frenar toda la actividad relacionada con los asentamientos y levante completamente el embargo contra la Franja de Gaza", pidió Abbas.

Netanyahu contestó: "Una paz genuina debe considerar los requisitos de seguridad de Israel". Asimismo, el primer ministro reiteró la exigencia que los palestinos reconozcan a Israel como Estado judío.

Más allá de las declaraciones públicas, Abbas y Netanyahu conversaron a puerta cerrada en un tono "cordial, positivo y constructivo", según Mitchell.

ENTUSIASMO Y RECHAZO

Según el corresponsal de la BBC en Jerusalén, Wyre Davis, las reacciones en Medio Oriente oscilaron entre el entusiasmo y el rechazo.

En Israel, la derecha fustigó a Netanyahu por llamar a los palestinos sus "socios en la paz". Incluso algunos miembros de su gobierno de coalición expresaron que las negociaciones no llegarían a ninguna parte porque Israel no puede comprometerse en el tema de los asentamientos, añadió Davis.

La opinión entre los palestinos también está dividida. Algunos analistas manifestaron que la realidad de un Estado autónomo y soberano está mucho más cerca. Pero grupos radicales, incluyendo Hamas, criticaron a Abbas por hacer demasiadas concesiones ante los israelíes y han amenazado con intensificar sus ataques contra objetivos en Israel.

Antes de la reunión en Washington, Hamas se atribuyó dos ataques en Cisjordania en los que cuatro israelíes murieron y dos más resultaron heridos.

Además, el jueves una niña israelí de 12 años sufrió heridas leves cuando el automóvil en el que viajaba fue atacado con piedras también en Cisjordania.

Los palestinos están enfrascados en una lucha interna entre Hamas y el más moderado partido Fatah, al que pertenece Abbas.

Ahmed Yousef, un alto funcionario de Hamas, dijo en una rueda de prensa que "Abbas no es quién decide el destino de los palestinos".

El grupo radical, que ganó en elecciones parlamentarias en 2006 pero está excluido de las negociaciones de paz, exige una participación en la toma de decisiones.

La próxima ronda de negociaciones entre Netanyahu y Abbas tendrá lugar en Medio Oriente en menos de dos semanas.

Para entonces habrá más detalles de los temas que están sobre la mesa y sobre las difíciles decisiones que ambos líderes deberán tomar.

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