Sindicatos argentinos llaman a paro nacional en contra de ajustes de Cristina "K"

Según los convocantes, la jornada de huelga programada para el 10 de abril, será "sin movilización y sin acto central" y afectará al transporte, la educación y la salud, entre otros sectores.




Los principales sindicatos opositores argentinos anunciaron hoy la convocatoria de una huelga nacional para el próximo 10 de abril, en contra de la política económica y los ajustes llevados a cabo por el gobierno de Cristina Fernández.

El paro, que afectará al transporte, la educación y la salud, entre otros sectores, fue anunciado en una rueda de prensa por los representantes gremiales Juan Carlos Schmid y Gerónimo Venegas, tras una reunión entre dos de las facciones que conforman la Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina.

La jornada de protesta será "sin movilización y sin acto central", según señalaron los sindicalistas, y a ella se sumará también la facción opositora de la Central Trabajadores de Argentina (CTA), la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) y el gremio de conductores de tren La Fraternidad.
 
En una conferencia de prensa, el jefe de gabinete del gobierno argentino, Jorge Capitanich, afirmó que la convocatoria de paro es una medida "de carácter político en apoyo a un candidato", en referencia al líder del opositor Frente Renovador (FR), Sergio Massa, aspirante presidencial en 2015.

Este martes el titular de un ala de la CGT Luis Barrionuevo, anunció la próxima creación de la mesa nacional sindical "Massa Presidente"", que englobaría al grupo de gremios que apoyan la candidatura del líder del FR.

"Massa es la frescura, la inteligencia, la capacidad, la fuerza. Creo que está en condiciones de ser presidente", señaló Barrionuevo a los medios de comunicación.

"En ese contexto -aseguró Capitanich-, estos actores, que pretenden establecer una estrategia de oposición al gobierno, promueven un paro. En consecuencia, es una medida de carácter político".

La última huelga general celebrada en Argentina, en noviembre de 2012, tuvo un alto seguimiento y paralizó gran parte del país.

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