Subdirector de Bibliotecas cuestiona estudio de Cultura

Gonzalo Oyarzún califica de "curiosa" la caída de visitas a bibliotecas, contra la inversión de $ 20 mil millones en el área.




La tendencia es a la baja y sin espacio para dudas. Según la Encuesta Nacional de Consumo y Participación Cultural dada a conocer el martes por el Consejo de la Cultura, desde el 2005 hasta hoy, ha caído en cinco puntos la asistencia de chilenos a bibliotecas. En 2012 había visitado una, ya sea pública, universitaria, privada o la que fuera, sólo un 18,2% de la población. El dato lo supo ayer en la mañana el subdirector de Bibliotecas Públicas, Gonzalo Oyarzún, y lo sorprendió. Algo no le cuadró: ¿acaso los cerca de 20 mil millones de pesos invertidos en la última década por tres gobiernos en construir más de 14 bibliotecas y fortalecer las ya existentes sólo sirvió para ahuyentar al público?

"Es llamativo", dice Oyarzún. "Curioso", agrega, cauteloso. Asegura que no quiere "cuestionar" la encuesta, porque "aún no he leído sus bases metodológicas", pero tiene dudas que hacen tambalear la cifra: "Creando la Biblioteca de Santiago, que tiene más de un millón de visitas; creando las más de 14 bibliotecas impulsadas por la Presidenta Bachelet; aumentado en un 320% el presupuesto de compra de libros; incrementando en millones de personas las visitas virtuales de la Biblioteca Nacional, duplicando las sedes de Bibliometros… ¿Todo eso lo único que ha hecho ha sido hundir el número de asistentes a las bibliotecas? ¿La inversión ha jugado en contra?", pregunta.

El subdirector de Bibliotecas Públicas dice que no manejan los datos de los asistentes a la red, pero están en un proceso de automatización del conteo de préstamos que les permite decir que han "ido en crecimiento". Desde ahí se desprende otro dato que contrasta con el estudio del Consejo de la Cultura. "Según esta encuesta, Chile sería el único país en que la proporción de asistentes de mujeres y hombres es igual en bibliotecas. Pero en cualquier parte del mundo, y también acá según nuestras estadísticas, la proporción de mujeres es mayor siempre. En nuestro caso es por más de 10 puntos", dice.

A Oyarzún le surge otra duda que cruza el dato de la caída de asistentes a bibliotecas con otro de la encuesta: el alza, de 2005 a 2012, de 25 puntos de chilenos que leyeron al menos un libro en el último año. "Ya que las bibliotecas no fueron las responsables, las librerías deben estar en llamas. Tengo la impresión de que no es así. La realidad de las librerías es variable: algunas han cerrado, incluso hay regiones que no tienen. Si no son las librerías y tampoco son las bibliotecas, quién ha hecho que más chilenos lean", dice. "Quién es el gran promotor invisible de la lectura que está haciendo la diferencia "¿La publicidad? ¿Los malls? ¿Quién?", añade.

Para Oyarzún, el informe entregado el martes por el Consejo de la Cultura plantea, indirectamente, que "tres gobiernos tuvieron políticas equivocadas respecto de las bibliotecas públicas y la promoción de la lectura".

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