SEÑOR DIRECTOR
En tiempos de desconfinamiento las ciudades comienzan a reactivarse y distintos espacios urbanos vuelven a abrir sus puertas con las medidas de protección sanitaria necesarias. Vemos cómo los negocios, restaurantes y bares generan condiciones de apertura bajo determinadas medidas, pero ¿qué lugares en la ciudad se habilitan para niños y niñas?
Si bien hay un número de jardines infantiles, escuelas y colegios que lo hacen o se disponen a funcionar, se evidencia que los espacios para la infancia se concentran en base al aprendizaje y la pedagogía. Sin desmerecer estas instancias, ¿qué alternativas les ofrecemos a los niños? ¿Son las ciudades espacios planificados y acondicionados para ellos? La discusión no solo refiere al diseño y la disposición de plazas y parques, sino más bien al modo en que ubicamos a los niños como sujetos de derecho a vivir en un entorno acorde a su vida. Es decir, primero disponer de espacios recreativos seguros, donde los niños puedan circular y desarrollarse y, segundo, generar condiciones colectivas para hacer de la crianza una labor de todos. Hacerse cargo de los niños no es solo labor de las familias y las instituciones educativas, la crianza es de responsabilidad comunitaria.
Franco Ramírez Salamanca
Psicólogo clínico y miembro fundador de la Casa del Encuentro
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