Conexión con la realidad

El presidente del Banco Central, Mario Marcel.

Desde Platón y Aristóteles que la realidad es un concepto difícil de precisar, la alegoría de la caverna nos muestra que el conocimiento y la verdad son más elusivos a la apreciación de nuestros sentidos de lo que quisiéramos. La realidad no siempre es lo que parece; de hecho, el conocimiento científico ha ido destruyendo mitos, interpretaciones erróneas de lo que percibimos a simple vista.

Aunque el conocimiento es limitado y ningún especialista, por más capaz que sea, puede presumir de conocer la verdad absoluta en ninguna disciplina, es indudable que el estudio especializado permite manejar de mejor manera los problemas que la realidad nos presenta; porque, como dice Santos Discépolo, el mundo anda mal si creemos que es “lo mismo un burro que un gran profesor”.

En la semana acudió a la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados el presidente del Banco Central, Mario Marcel, un economista serio, de reconocida formación y experiencia, además de pública afinidad con el Partido Socialista. En su comparecencia expresó la opinión negativa del órgano que preside respecto de un cuarto retiro de ahorros previsionales, anticipó los desastrosos efectos que, para nuestra economía, es decir para las condiciones materiales de vida de las personas, tendría esta medida si se materializa.

El diputado Ilabaca, militante socialista y presidente de la comisión, respondió públicamente a estas opiniones señalando que ellas “demuestran el alto nivel de desconexión de la élite económica con lo que viven y sufren todos los chilenos”. El tema en disputa, entonces, es quién tiene una apreciación más certera de la realidad económica, el diputado o el economista, a quién debiera seguir una sociedad razonable, qué les conviene realmente a las personas, más allá de lo que perciban en el corto plazo.

Es obvio que la razón la tiene Marcel, que nadie sensato enfrentado a una decisión personal de naturaleza económica seguiría al diputado en contra del parecer del presidente del Banco Central, pero es incierto qué decidirá el Congreso y lo es por una razón muy clara: hace rato que en la política chilena no se toman decisiones sensatas. La descalificación del conocimiento profesional, como si fuera mera expresión de teorías de libro que no coinciden con la “realidad práctica”, no es otra cosa que la rebelión de la ignorancia contra la ciencia, es la involución que significa el predominio del poder por sobre la autoridad.

Cuando una persona se enferma no le pregunta “a la gente”, consulta al médico, ni tampoco pretende imponerle al doctor “lo que siente”, para que éste defina el tratamiento. Para que los países funcionen los políticos deben colocar objetivos, priorizar el uso de los recursos, pero son los especialistas quienes diseñan las políticas públicas para alcanzar esos fines, porque el conocimiento es la correcta conexión de la percepción con la realidad.

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