La paridad no es un capricho



SEÑOR DIRECTOR:

El debate en la Comisión Experta acerca de la paridad en una posible propuesta constitucional parece pasar por alto que no se trata de una medida caprichosa, sino de un principio democrático que va más allá de la simple presencia de mujeres.

Chile lideró la adopción de la paridad en un órgano constitucional a nivel mundial y la aceptación social de la paridad llevó a que el actual proceso incluya paridad en todos sus órganos. Sin embargo, el debate sobre este tema no toma en cuenta los factores que nos han llevado hasta aquí y los efectos en el fortalecimiento de la democracia y el progreso de las sociedades.

La ley 20.840 (reemplazo del sistema binominal) que estableció la ley de cuotas en elecciones parlamentarias hasta 2029, facilitó el aumento de mujeres en el Congreso (aún distante de lograr una composición equitativa) y la incorporación de temas relacionados con igualdad, inclusión, y desarrollo social y ambiental.

En junio de 2022, el PNUD presentó un análisis del impacto de la paridad en las votaciones de la Convención Constitucional. Según el informe, la presencia femenina no solo mejora la representación de las mujeres, sino que también incluye perspectivas, preocupaciones y preferencias que trascienden la igualdad de género y que han tenido menor presencia en el debate público o donde no se han realizado reformas profundas.

Incluir mujeres enriquece la discusión al aportar diversas perspectivas, mejorando el debate, la representación y las políticas públicas. Por lo tanto, debatir sobre paridad implica considerar estos impactos y reconocer la paridad como lo que es, un principio democrático que enriquece a nuestra sociedad que no puede quedar fuera de una nueva Constitución.

Danitza Pérez Cáceres

Directora ejecutiva de Abofem

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