¿Es posible prevenir el cáncer de colon y recto?

Adquirir hábitos de vida saludable se torna fundamental, pero no basta para su prevención. Las medidas más efectivas para el diagnóstico precoz son la colonoscopia y el test de hemorragias ocultas, que normalmente deben comenzar a los 50 años.


El cáncer de colon y recto ha aumentado considerablemente en nuestro país. Actualmente es el tercer cáncer más frecuente, tanto en hombres como mujeres, y se ha impuesto como el primero de tipo digestivo sobrepasando al gástrico y al de vesícula.

Según estadísticas actualizadas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al año se diagnostican 5.900 cánceres colorrectales en nuestro país y alrededor de 3.100 personas murieron el año pasado por esta causa.

Sin embargo, más que quedarnos en las cifras negativas -que sirven para comprender su real magnitud- debemos enfocarnos en la prevención y detección precoz para enfrentar esta enfermedad.

Primero hay que entender que es un tipo de cáncer más frecuente en países desarrollados y el principal factor de riesgo es la edad: más del 90% de los casos se dan en mayores de 50 años. También se asocia con el sedentarismo, obesidad, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol y una alimentación baja en frutas y verduras y alta en grasas.

Por lo anterior, adquirir hábitos de vida saludable se torna fundamental, pero no basta para su prevención. Las medidas más efectivas para el diagnóstico precoz son la colonoscopia y el test de hemorragias ocultas, que normalmente deben comenzar a los 50 años.

Sus principales síntomas – cambio en el hábito defecatorio, sangre en las heces, dolor o molestia abdominal y baja de peso sin causa aparente- suelen confundirse con otras patologías digestivas, como colon irritable, lo que hace que muchas veces los pacientes no consulten con el especialista indicado o simplemente no vayan al médico.

Aunque la palabra cáncer suele tener una fuerte connotación negativa, es importante saber que en el caso del colon ésta es una enfermedad tratable.

La especialización de los equipos tratantes, y el uso de técnicas avanzadas como la exanteración pelviana y la quimioterapia intraperitoneal, permite ofrecer un aumento en la sobrevida, incluso llegando a la curación, a pacientes que antes eran tratados solamente de forma paliativa.

El éxito del tratamiento depende tanto del expertise del equipo tratante como del compromiso del paciente. Pero vital para disminuir la tasa de mortalidad es el autocuidado. Después de todo, en la prevención está la clave para tener una buena salud.

* Cirujano Colorrectal Red de Salud UC CHRISTUS, académico Escuela de Medicina UC.

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