El corazón líquido de la Carretera Austral

lago general carrera
El lago General Carrera tiene más de 800 metros de profundidad y colores parecidos a los mares caribeños. Foto: Jorge López Orozco

#ESPECIALVIAJESNATURALEZA. Para llegar al lago más grande de Chile, hay que recorrer un trecho que se termina agradeciendo. En medio de una naturaleza aún bien conservada, con bosques, glaciares, fauna silvestre y pequeños pueblos en que la cordialidad sigue siendo una marca registrada, el General Carrera se vuelve un imán.


Media decena de autos se encuentran estacionados con las luces de emergencia prendidas a un costado de la Carretera Austral. Las personas se agrupan y las cámaras registran imágenes inusuales para el común de las personas. Un grupo de tres huemules pastan y caminan, sin miedo, a un costado de la ruta más emblemática de la Región de Aysén.

En dominios del Parque Nacional Cerro Castillo, nombrado como tal en 2017, un macho con grandes cuernos cruza tranquilamente la carretera y se pierde en medio del follaje boscoso. Parece una alucinación, pero en esta zona todo lo parece. Sensación que se agudiza cuando, pocos kilómetros más adelante, surge el relieve del Cerro Castillo (2.138 m.s.n.m).

Toda esta zona, vecina al lago General Carrera, está casi deshabitada. Pequeños poblados como la villa Cerro Castillo ofrecen una pausa y enormes sándwiches, antes de seguir el camino que une a Coyhaique con la cuenca lacustre más grande de Chile. Aunque la Carretera Austral en este sector ya está pavimentada, la velocidad del viaje no supera los 50 km/h.

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Uno de los huemules que se suelen ver deambulando por la zona. Foto: Jorge López Orozco

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Tranquilo y las catedrales

En menos de una hora desde Castillo, las primeras panorámicas del lago General Carrera aparecen sorprendentes. Desde la zona de Puerto Murta, en el norte de la cuenca, se logra dimensionar su inmensa superficie de 1.850 km2, entre montañas nevadas y un viento permanente. Los tehuelches, habitantes originarios de estas latitudes, lo llamaban "Chelenko" o lago de las tempestades.

De origen glaciar y con más de 800 metros de profundidad, este lago binacional –por el lado argentino se llama Buenos Aires- tiene colores que se asemejan más a los mares caribeños. A medida que la carretera avanza rumbo al sur, sus tonalidades van variando. "Tiene tres colores", indica Rody Álvarez, guía local que ceba mates mientras dirige la camioneta rumbo a Puerto Río Tranquilo, a 216 kilómetros de Coyhaique.

En los veranos, a Tranquilo le queda solo el nombre. Los campings y hoteles se llenan, dejando en pausa la apacible vida anual de sus 300 habitantes. La causa es la vecindad de las catedrales de mármol, uno de los atractivos más famosos del lago y a las que se puede acceder en una ventosa navegación de 40 minutos. Las aguas turquesas bautizan a los visitantes como pago por la peregrinación a estas catedrales líticas.

Varios islotes de diversas dimensiones se transforman en excepcionales formaciones naturales esculpidas por la erosión, por donde las embarcaciones cruzan como si fuera un queso roquefort de piedra. Las más pequeñas son las capillas. La "catedral" es más grande y está cubierta de vegetación en la cima. Estar dentro asemeja a una casa acuática de ventanas semicirculares con vista a las montañas nevadas. Perfecto.

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Foto: Jorge López Orozco

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Exploradores y Leones

Desde Tranquilo hacia el oeste, por una ruta sin internet ni gasolineras, se penetra al valle Exploradores. Tras dos horas de camino entre curiosos cementerios, el lago Tranquilo, cascadas, glaciares colgantes y la mejor vista al monte San Valentín –que con 4.058 m es el más alto de la Patagonia- se llega a la portería del Parque Exploradores.

Esta área privada protegida, conserva y educa en torno al paisaje patagónico desde hace más de una década. Tiene un gran mirador al albo glaciar Exploradores, sobre el cual se pueden hacer caminatas guiadas. También hay canopy entre mañíos y coigues o se puede remar en kayak por el lago Bayo. Acá todo es aventura.

De vuelta en Tranquilo y rumbo a Puerto Guadal, en el extremo sur del lago General Carrera, aparece otro valle antológico: Leones. Rody, el guía del mate, vive acá y ha visto el aumento de los caminantes que van rumbo al lago Leones. En unas siete horas totales, se consigue llegar a su ribera que se transforma en la puerta de las expediciones a Campos de Hielo Norte. El lago es de un color lechoso y el viento glacial curte el rostro. En la desembocadura del Leones, el río homónimo se junta con el río Fiero: un cauce es de tonalidad mármol y el otro azulísimo.

Guadal y Chile Chico

Puerto Guadal es pequeño. Sin embargo, concentra varios lodges de aventuras que permiten despertar con los pies casi en las frías aguas del General Carrera. Esta villa se transforma en el campo base a otras exploraciones de trekking vecinas a la ribera austral del "Chelenko": hacia la cascada del río Maqui, el glaciar Fuentes, los Fósiles, lago Meliquina, al lago Bertrand o al nuevo Parque Nacional Patagonia.

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Uno de los paisajes de Cerro Castillo. Foto: Jorge López Orozco

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Bosques y glaciares se pierden de vista al iniciar el espectacular ascenso hacia Chile Chico. Si no se ha tenido adrenalina suficiente, los angostos 100 km de ruta de tierra que la separan de Guadal prometen grandes precipicios sobre el General Carrera y varios kilómetros de curvas con punto ciego. El paso Las Llaves se llama este sector en el que la estepa y la sequedad patagónica andina se hacen presentes entre el vértigo del camino.

Unos 25 km antes de llegar al tibio microclima de Chile Chico se puede caminar hacia la Cueva de las Manos, caverna donde hace 10 mil años atrás los nativos estamparon sus palmas. Chile Chico y su playa parecen salidos de postal. Casi trasandina, la "Ciudad del Sol" como es llamada está a un río de distancia de Los Antiguos, en Argentina. Y a un ferry de Puerto Ibáñez.

Navegar el General Carrera es posible. La barcaza Tehuelche zarpa todos los días y en poco más de dos horas, llega a la ribera norte llevando camiones, autos, ciclistas y a peatones. Es la única oportunidad de surcar las aguas del mayor lago de Chile.

Datos prácticos

* Llegar: Desde Coyhaique o el aeropuerto de Balmaceda. Se puede arrendar auto o solicitar un tour guiado. Hay buses que cubren la ruta Coyhaique-Cochrane, diariamente: www.busessaopaulo.cl

* Dormir: En Puerto Tranquilo, el Puesto Hostal www.elpuesto.cl. En Guadal, Terra Luna Lodge www.terraluna.cl

* Comer: En Cerro Castillo, el restaurante Villarrica con sándwiches gigantes. En Tranquilo, El Truco.

* Guía: Rody Álvarez +56 9 42382729

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