Asesinatos de inocentes




Hoy, en una comisión mixta, se estará efectuando la última votación sobre legislar a favor del asesinato de inocentes en el país. Porque eso es el aborto intencionado de un individuo de la especie humana. Resulta muy evidente que una comunidad que abre las puertas para hacer legal el crimen de seres humanos, con los agravantes de la inocencia e indefensión de aquellos, habrá dado un paso gigante en su corrupción como sociedad humana. Sencillamente Chile se encuentra frente a un punto de inflexión entre reafirmar una cultura de la vida o elegir otra de la muerte. Y en ello, sin duda alguna, se juega el alma de la Patria.

Los argumentos esgrimidos por quienes postulan la necesidad de legalizar el aborto no se sustentan desde el punto de vista de la medicina (la evidencia científica al respecto es abundante y sólida), ni apuntan tampoco verdaderamente a la protección de la salud de una parte de la población. Muy por el contrario, persiguen hacer realidad una agenda ideológica que desvaloriza la vida, paradójicamente las más de las veces en nombre de los derechos humanos. El denominado "aborto terapéutico", expresión ampliamente utilizada por aquellos para referirse al asesinato que promueven es del todo insostenible, por ser intrínsecamente contradictorio. El aborto de un ser humano en gestación es siempre una interrupción de su vida, el término de la misma. La terapia, por su parte, es un tratamiento médico orientado a sanar una enfermedad o, mínimamente, a mitigar sus malos efectos en el paciente. Es decir, no puede existir un aborto procurado que sea terapéutico. Lo único que sí queda al descubierto en el uso de tal concepto es que el tipo de muerte al feto que se propone será de índole voluntaria. Esto es, que se busca legalizar una forma de crimen premeditado.

Las tres causales aducidas para la promulgación de una ley de aborto limitado en Chile, no se mantienen en pie. En caso de peligro grave para la salud de la madre la normativa actual -y la praxis médica- permiten salvar a ella teniendo como efecto secundario no deseado la muerte del niño por nacer. En la situación de la llamada "inviabilidad" del feto, correspondiente a una malformación física o psíquica grave, aparte de que a la medicina no le compete matar, sino sanar o tratar, se abre la posibilidad de abortar indiscriminadamente, ya que se consideraría una malformación psíquica cualquier condición que los padres piensen que pueda tener una consecuencia psicológica para su hijo en el futuro. Frente a un embarazo por violación no es comprensible, ni justo, tratar el dolor causado a la madre, aunque éste sea enorme, eliminando a un inocente involucrado (sí corresponde el castigo efectivo del victimario). Existe, además, en tales casos la alternativa de la entrega en adopción junto a las terapias de acompañamiento a la madre.

En fin, nadie que se precie de valorar la dignidad de la persona humana debiera estar al margen de lo que este día se fragua para la Patria, menos sus legisladores. Por lo demás, malamente se podrán defender mañana con éxito otras buenas causas, si no se ha sido capaz de luchar por la fundamental: la de la vida.

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