Mark Mulcahy: El otro "Jefe"




Puede ser el triunfo del esnobismo o el merecido vuelco de un músico que parecía estar condenado al anonimato. Pero donde no hay dudas, y sólo abunda el consenso, es en el juicio final: este es uno de los discos más inspirados de año.

Lo mejor es que no se trata de una recomendación de especialistas, ni de "entendidos" obnubilados con el último rescate de una vieja gloria del indie norteamericano. Sino de músicos como Prince, Thom Yorke (Radiohead), Michael Stipe (R.E.M.), Frank Black (Pixies) y Jeff Tweedy (Wilco), que son viejos fans de este cantautor estadounidense, y que hablan de lo último del bueno de Mark Mulcahy como un disco de excepción. Partiendo por el título.

Dear Mark J. Mulcahy, I love you (2013, on Fire Records) es el séptimo que firma como solista el hombre al que esos ilustres ubican como el "Jefe" y el número 19 de un catálogo que también incluye registros con Miracle Legion (1983-1993) y Polaris (1993-1996). Su salida al mercado, a principios de mes, vino acompañada de entusiastas reseñas que hablan de un lirismo iluminado (como el que se escucha en The rabbit), de melodías tarareables (Everybody hustles Leo) y de una voz que nadie sabe por qué diablos no ha sido más escuchada. Y es cierto.

Este fue el cantante que atemorizaba a Stipe cuando partía al frente de R.E.M. (Miracle Legion era su competencia), el que inspiró a Yorke en los inicios de Radiohead y el que hizo que el mismísimo Prince le prestara su estudio de grabación por tres meses para que hiciera lo que quisiera.

Por eso cuando la mujer de Mulcahy murió en 2008 y lo dejó con dos gemelas de sólo tres años de edad, estas estrellas de la música, además de otras como Dinosaur Jr., Mercury Rev y The National, lanzaron un álbum benéfico de covers llamado Ciao, my shining star: The songs of Mark Mulcahy y que fue la primera alerta formal sobre el abrumador talento de este músico de culto.

Pero lo del "otro Jefe" no tiene que ver únicamente con espaldarazos de lujo: en Dear Mark J. Mulcahy, I love you hay talento y urgencia. Canciones con dinámica e historia como la enorme She makes the world turn backwards. Sencillas, nada complacientes, y con la inspiración intacta de un hombre que todavía no cree lo que está viviendo. Quizás por eso, porque esta música asoma de manera natural y sin presiones de tener que "funcionar" en el mercado, es que se han vuelto imprescindibles. Ya lo saben las estrellas de la música. Pero lo debería saber el mundo entero.

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