The Beatles y la polémica “portada del carnicero”: la historia de una fotografía insólita

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En 1966 la imagen que ilustraba uno de los discos de los fab four editados en EE.UU. causó polémica debido a su crudeza. La compañía Capitol ordenó reemplazarla con otra más acorde a su interés. Pero algunos integrantes del grupo, consideraron que este trabajo visual les permitía salir de la imagen de "chicos buenos" que cultivaron en la primera parte de su carrera, justo en un momento de inquietud artística.


Cuando los ejecutivos de Capitol Records en Estados Unidos abrieron las cajas con la remesa de discos que pondrían a la venta en junio de 1966, se escandalizaron. Lejos de la imagen de chicos buenos, con que vendían a los Beatles, en la portada de Yesterday and Today estos posaban en una extraña fotografía en que se veían trozos de carne, muñecas decapitadas y batas de carnicero. Algo así como Alice Cooper, antes de Alice Cooper.

De acuerdo a los involucrados, el raro concepto de la imagen fue idea del fotógrafo a cargo, Robert Whitaker. "Él era un poco surrealista, trajo esas muñecas, las piezas de carne y los delantales de médico y consiguió meternos en la historia", recuerda John Lennon en el libro The Beatles Anthology (2000, Chronicle Books).

No era la primera vez que el profesional trabajaba con los de Liverpool, por lo que estos ya estaban familiarizados con su forma de trabajo. "Él conocía nuestra personalidad", explica Paul McCartney en el texto mencionado. "Sabía que nos gustaba el humor negro y los chistes malsanos, que en aquella época abundaban mucho. Nos dijo: 'Tengo una idea, pónganse estas batas de laboratorio'. No nos pareció demasiado ofensivo", agrega el bajista.

Whitaker, nacido en Hertfordshire, Inglaterra en 1939, vivió gran parte de su vida en Melbourne, Australia. Allí comenzó a trabajar como fotógrafo y para mediados de los 60' ya tenía un estudio. En 1964 les hizo unas fotos a los Beatles y al mánager Brian Epstein cuando estos viajaron al país oceánico como parte de en su gira mundial. Su trabajo gustó tanto, que el representante de los fab lo contrató para que hiciera retratos a todas las bandas que manejaba. Así voló a Inglaterra y de inmediato trabajó con artistas como Gerry & The Pacemakers y Cilla Black. Pero con los de "A Hard day's night" tenía una relación especial. Los acompañaba a sus giras, les seguía mientras trabajaban en el estudio y participó en el arte de algunos discos -en Revolver por ejemplo-. Por ello lo llamaron para que se hiciera cargo de la sesión de Yesterday and Today.

El artista conectó muy bien con los músicos -en especial con John Lennon-, y estos le tenían estima, pues lo consideraban talentoso y creativo. Eran los días en que los de Liverpool comenzaban a distanciarse de la imagen de melenudos simpáticos que cantaban elaboradas armonías vocales. En el disco Rubber Soul, por ejemplo, exploraron el uso de instrumentación no convencional -como el sitar en "Norwegian Wood"- y letras alejadas del clásico "Nena, te amo", en que relataban historias con puntos de vista más personal -"In my life", por ejemplo- . Por ello, les gustaba rodearse de gente que les hiciera ir más allá de los límites.

"Ya había hecho cosas parecidas en otras ocasiones", cuenta Paul McCartney. "Recuerdo que una vez trajo algo de poliestireno y nos fotografió mientras lo rompíamos. En las fotos debía parecer que lo estábamos destrozando todo, pero para nosotros no era más que una idea para una sesión", agrega el hombre de "Eleanor Rigby".

Unos traviesos chicos buenos

La sesión de fotos para Yesterday and Today, se hizo en el estudio de Whitaker en Chelsea. La idea era aprovechar la ocasión de tomar imágenes que también se usarían en el sencillo "Paperback Writer/"Rain". Tiempo después, en conversación con la revista Disc and Music Echo, el fotógrafo explicó el concepto de la polémica portada: "Quería hacer un experimento real: la gente sacaría conclusiones erróneas acerca de que estaba enfermo, pero todo se basa en la simplicidad: unir a cuatro personas muy reales con algo real. Hice que George golpeara algunas uñas en la cabeza de John, y tomé algunas salchichas para tomar otras fotos, las vestí con delantales blancos como carniceros, y este es el resultado: el uso de la cámara como un medio para crear situaciones".

El artista aclaró que en rigor, no se consiguió plasmar del todo el plan de diseño original. "La tapa [del carnicero] era un concepto inacabado. Era solo una de una serie de fotografías que habrían formado una tapa plegable", explica Whitaker en la entrevista mencionada. "Detrás de la cabeza de cada Beatle habría un halo dorado y en el halo se le habría colocado una piedra semipreciosa. Entonces el fondo habría contenido más oro, por lo que era como un icono ruso. Fue justo después de que John Lennon dijera que los Beatles eran más populares que Jesucristo. En un mundo material esa fue una declaración extremadamente verdadera".

A George Harrison, el guitarrista de los fab four, la carátula del LP no le gustó. "Me pareció de mal gusto y también una tontería.Todos hicimos estupideces pensando que era genial o interesante cuando se trataba de algo ingenuo o tonto y aquella fue una de esas veces. Pero de nuevo me encontré en una de esas situaciones en las que te ves obligado a cooperar porque formas parte de una unidad", explica en la Antología.

En cambio, a Lennon le agradó el trabajo. A su juicio permitía sacar a la banda de su imagen de "chicos adorables", que les había dado tantos réditos en la beatlemania. "No me gusta que me encasillen siempre en el mismo papel y entonces se nos consideraba una especie de ángeles. Yo quería demostrar que éramos conscientes de la vida e hice mucha presión para que saliese esa portada", explica en The Beatles Anthology.

Esa idea era compartida por otros integrantes del cuarteto. "La portada nos pareció estupenda", recuerda el baterista Ringo Starr en el mencionado volumen. "Éramos unos chicos buenos y pensamos: 'Hagamos una traversura'. Lo gracioso es que como la censuraron y la cubrieron, todo el mundo se puso a despegar el papel de encima con vapor. La convirtieron en un objeto de coleccionista muy deseado", detalla.

El grupo estaba inquieto. En esos días deseaban crear música más atrevida. Por ello, poco a poco comenzaban a experimentar en el estudio, con cintas reproducidas al revés, instrumentos poco convencionales, y doblajes en las armonías vocales. Conocida es la historia de cómo Lennon logró que el ingeniero Geoff Emerick alterase el sonido de su voz en el tema "Tomorrow Never Knows", al pedirle "sonar como el Dalai Lama en la cima de la montaña". De modo que la jugada de los fab por presentarse distintos, era parte de su búsqueda por expandir su lenguaje artístico.

Discos recortados

Una vez enviado a las tiendas, Capitol recibió quejas por parte de los minoristas a causa de la fotografía, la que consideraron inapropiada. Entonces la disquera, que editaba el material de los ingleses en EE.UU., optó por la solución más fácil: pegar una nueva carátula. Las ediciones sucesivas salieron con otra imagen en que se les ve posando junto a un baúl, con Paul McCartney adentro. Quienes gustan de las teorías conspirativas la mencionan como parte del lenguaje simbólico desarrollado por el grupo para probar que el bajista murió y fue reemplazado por otra persona muy parecida.

Los promotores en el país del norte no querían más problemas. En julio, la revista Datebook publicó una entrevista que Lennon había concedido meses atrás al London Evening. Pero decidieron titularla utilizando una frase que causó polémica: "Nosotros ahora somos más populares que Jesús". Por ello, el ambiente estaba sumamente tenso en su contra, y se temió que la popularidad de cuarteto se fuera a pique.

Yesterday and Today en rigor es un disco editado para el mercado estadounidense. No está en la lista de LP's oficiales del conjunto, pues se armó a partir de canciones que no habían sido publicadas anteriormente en ese país. La compañía acostumbraba a sacar los elepés de los Beatles con otro set de temas. Lo que hacían era tomar piezas sueltas de una placa u otra, y luego llenaban de manera aleatoria las caras del vinilo. A menudo también incluían singles -lo que no hacían en Inglaterra-, les cambiaban el nombre y portada. Por ello se generó una extraña situación; para 1966, los de Liverpool habían publicado 6 elepés en Reino Unido, mientras que en Estados Unidos, gracias al truco mencionado, ya tenían 10. Esa manera de construir su catálogo en la tierra de Elvis no le gustaba para nada a la banda, pues sentía que no se respetaba su trabajo

Pero lo que les colmó la paciencia es que Capitol se permitió añadir en esta placa tres temas inéditos que los Beatles planeaban lanzar en su próximo álbum, el célebre Revolver: "I'm Only Sleeping", "Dr. Robert" y "And you bird can sing". Por esa razón, la edición estadounidense de dicha placa no contenía esos temas. El resto eran tracks no publicados en USA de Help! y Rubber Soul, además del single doble cara A "Day Tripper"/"We can work it out". En total eran once composiciones.

"Nosotros programábamos la secuencia de los álbums -en qué orden debían sonar las canciones y eso nos suponía mucho trabajo también", recuerda John Lennon en la Antología. "No nos dejaban poner 14 temas, decía que no sé qué regla lo impedía. Así que dejó de preocuparnos lo que les pasaba a los álbumes de América (...) hasta que descubrimos [por ejemplo que] al principio de las ocho canciones habían incluido trozos fallados y frases sueltas. Ahora es interesante pero entonces nos ponía furiosos. De cada LP hacían dos".

Lo que cuenta Lennon no es una exageración. En esos días era común que las disqueras incluyeran alocuciones o chistes a modo de relleno en los LP. Por ejemplo, en Today, de los Beach Boys, al final de la cara B se puede escuchar a los músicos bromear. La razón es que a las compañías les importaba más vender los sencillos de 45 pulgadas con dos canciones. Pero gracias a su popularidad y el poder que tenían en EMI, los Beatles consiguieron que a partir de Sgt.Pepper's Lonely Hearts Club Band, los lanzamientos coincidieran en ambas riberas del Atlántico. Y de alguna manera el impulso que ellos -y otros artistas- le dieron al formato, obligó a las discográficas a poner más cuidado en las direcciones de arte. De alguna manera, se gestaba una nueva era de consumo musical.

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