Alvaro Longoria, productor y director de cine español: “No es sólo un asunto de osos polares, es de nosotros mismos”

El hombre tras Che de Steven Soderbergh estrena en el Festival de Cine Sanfic Santuario, documental donde Javier Bardem acompaña una expedición que busca crear una reserva protegida en los mares antárticos. La cinta se puede ver gratis en la plataforma junto a una oferta sobre los 80 títulos.


Después de un trayecto sereno y sin novedades, la lancha en que viaja Javier Bardem hacia la Antártica deja de funcionar. Está sólo a metros de la isla Rey Jorge, su primera parada en el continente blanco, pero el motor no quiere continuar, Todos los tripulantes de la embarcación, menos tal vez Bardem, saben lo que pasó. Es lo que menos querían pensar: un pedazo de plástico atascado.

Logran caminar con el agua al pecho y llegar a tierra firme, pero la advertencia sigue ahí: la Antártica siempre está en peligro de algo, desde los desechos derivados del hombre a la amenaza a especies.

Aquella vulnerabilidad será el hilo conductor del documental Santuario, la película dirigida por el español Alvaro Longoria (1968) que se puede ver en el Festival de Cine Sanfic hasta el domingo 23. Estrenada en el Festival de Toronto 2019, la película es parte de las más de 80 producciones que este año se pueden ver en la plataforma del festival. En el encuentro, organizado por Fundación CorpArtes y producido por Storyboard Media, cada película tiene un tope de 600 visualizaciones, a excepción de las de la sección Sanfic educa, con 1200 cupos.

Durante una hora y 15 minutos, el filme muestra la vida doméstica y las reuniones públicas de los hombres y mujeres de Greenpeace que buscan la aprobación de un tratado para crear un santuario en el Mar de Weddell, en las costas de la Antártica. Junto a ellos, los hermanos actores Javier y Carlos Bardem los acompañan en en sus viajes al continente antártico y en sus encuentros con políticos y autoridades de algunos de los países más poderosos de la Tierra.

La cinta es uno de los proyectos más personales de Alvaro Longoria, productor de películas como Che de Steven Soderbergh y Comandante de Oliver Stone. En Santuario, Javier Bardem es además el narrador. Desde España, Longoria conversa con La Tercera.

¿Cómo surgió la idea de hacer Santuario?

Yo ya había hecho el corto documental Esperanza en el año 2016, que era sobre la vida al interior de la embarcación de Greenpeace, Esperanza, en su viaje al Artico. En este caso, apenas me enteré de que habían llamado a Javier para una campaña me puse manos a la obra otra vez.

¿Qué es lo que más le sorprendió al llegar a la Antártica?

La armonía y al mismo tiempo la fragilidad de todo. Esa sensación de que si perturbas mínimamente algo, echas a perder todo. Era importante plasmar aquella sensación

¿Javier Bardem comenzó a utilizar redes sociales por esta iniciativa?

Sí. Javier representa un poco al ciudadano común y corriente, al hombre promedio que no es activista de Greenpeace y que antes de esta campaña no sabe mucho. Y cuando llega a la Antártica y observa que todo camina como un reloj, queda anonadado y sorprendido. No quisimos hacer una película didáctica, majadera y aburrida con frases del tipo: “No usen bolsas plásticas” o “No tiren desechos al mar”. Más bien quisimos mostrar que es lo que perderemos si no tomamos conciencia. Procuramos exhibir que con acciones concretas se pueden lograr cosas: Javier, por ejemplo, sacó redes sociales para persuadir sobre la contaminación en la Antártica.

Existe la sensación de que tras la pandemia, la ecología no ocupa la atención que tuvo en el 2019.

Me parece que la pandemia, que antes que nada es un desastre, al menos nos da la posibilidad de comprender que vivimos en relación con la naturaleza. Pero eso no sirve si los gobernantes no se dan cuenta de que hay ahora una oportunidad de impulsar el cuidado al medioambiente. No se trata de caer en el reduccionismo de pensar que vamos a acabar con los osos polares. No. Más bien vamos a acabar con los osos polares y, de paso, con nosotros.

Usted ha producido dos series en la pandemia, Diarios de la cuarentena y Con-fin-a-dos, ¿Cómo armó todo tan rápido?

Todo partió un poco fijándome en mi madre, que se la pasaba todo el día viendo noticias tristes de los muertos y los enfermos. Comprendí que había que crear algo para subir el ánimo de la gente y echando mano a alguna experiencia que tenía de dirigir a distancia, me puse en contacto con actores y escritores. Hicimos los guiones, les pasamos las historias a los actores y actrices, todos en confinamiento, y ellos se grababan a sí mismos. Nosotros les dirigíamos desde el computador. Son sitcoms, situaciones cotidianas. Como aprendimos bien, al final hicimos dos series. Siempre en casa, sin salir.

¿Cambiará mucho el cine y la televisión a raíz de la pandemia?

Definitivamente. Es muy difícil que siga igual. Creo que el cine en salas continuará, pero tal vez nunca más con la fuerza que poseía antes. La gente se ha acostumbrado a las plataformas en todo este período y, en realidad, era un cambio que ya venía desarrollándose desde hace un tiempo. Lo otro que sufrirá evidentes modificaciones es la manera de rodar películas y series. Ahora mismo, tengo una serie y dos películas financiadas, con actores, pero no puedo empezar pues no están dadas las condiciones sanitarias. La serie es con el director Julio Medem (Lucía y el sexo) y es la historia de Aspasia, la amante de Pericles, con Ursula Corberó (La casa de papel). Una de las películas es Poliamor para principiantes, de Fernando Colomo, y la otra es En los márgenes, que protagonizará Penélope Cruz. Pero ahí estamos, sin poder empezar. Si llegas a tener un contagio de coronavirus en un rodaje, los seguros no te lo cubren y el daño económico es brutal. Como decía Churchill, “soy optimista porque es la mejor opción”, pero el tema de los rodajes está complejo. La gente quiere más contenidos, pero esos contenidos hay que producirlos primero.

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