“Quería que el filme fuera catártico”: el documental de Anthony Bourdain gana aplausos y abre polémicas

Dirigido por un ganador del Oscar, Roadrunner: A film about Anthony Bourdain recoge el vacío que dejó su partida en junio de 2018, con testimonios de su círculo íntimo y un viaje por sus años de mayor fama. Aunque acaparó elogios y logró sólidos números en su estreno en EE.UU., ha recibido críticas por haber utilizado inteligencia artificial para simular la voz del chef en algunas partes de la película.


El título alude a su mote de trotamundos, de figura incansable que se asomó a los rincones del orbe para probarlo y comentarlo todo desde su mirada curiosa y mordaz. El fondo del relato, sin embargo, se orientaría a capturar el enorme vacío que generó su muerte en junio de 2018. “Quería honrar el cráter que dejó atrás”, definió a Rolling Stone el director Morgan Neville.

Roadrunner: A film about Anthony Bourdain sería efectiva en dar una idea sobre el duelo extendido entre sus amigos y seguidores por su partida, de acuerdo a las favorables críticas que ha obtenido la cinta en la prensa norteamericana, que destacan que el documental “hace el trabajo, rindiendo un duro y exasperante tributo al inefable genio de Bourdain y las trágicas inclinaciones que provinieron de este”, describe IndieWire.

Anthony Bourdain stars in Morgan Neville's documentary, ROADRUNNER, a Focus Features release. Credit Courtesy of CNN / Focus Features

Originado en 2019, un año después de su muerte por suicidio en Francia, el proyecto reúne al círculo íntimo del chef, escritor y conductor, al tiempo que muestra su auge a partir de la publicación de Confesiones de un chef (2000) y su posterior salto a recorrer el mundo como hombre ancla de espacios como A cook’s tour, Sin reservas y Parts unknown.

La misma cadena detrás de este último programa, CNN, es la que impulsó el documental y la que fichó como director a Neville, un cineasta que ha despachado filmes sobre Johnny Cash, Keith Richards, Orson Wells y Fred Rogers, además de ganar el Oscar por 20 Feet from stardom (2013), y que contaba con algo que les pareció una ventaja: pese a que lo admiraba, nunca conoció en persona al protagonista de la cinta.

“Quería que el filme fuera catártico, de alguna manera. Que no tuviera respuestas amables, sino que ayudara a las personas a procesar sus sentimientos”, planteó el realizador sobre su perspectiva. “Porque lo que vi, sentado y hablando con tanta gente que fue parte de su vida, es que es jodidamente difícil procesar la pérdida de alguien así”.

La buena recepción generalizada a la producción no han inhibido las críticas, en particular tras la revelación que Neville le dio a The New Yorker en una entrevista. Consultado por un momento del filme en que el artista David Choe está leyendo un correo que le envió el chef neoyorquino y que a la mitad cambia de voz y adopta la de Bourdain, detalló un truco que el largometraje no explicita: como necesitaba tres citas de él que no existían (pese a que extrae testimonios suyos de programas, podcasts y audiolibros), el realizador optó por contactar a una compañía de software, a la que le proporcionó una docena de horas de grabaciones. El resultado es que, con la ayuda de la tecnología, el filme tiene al conductor relatando algo que nunca dijo pero que sí escribió.

“Si observas la película, aparte de esa cita que mencionaste, probablemente no sepas cuáles son las otras que fueron habladas a través de inteligencia artificial, y no lo vas a saber”, le dijo el cineasta al medio norteamericano. Y luego lanzó una línea que irritó incluso más: “Podemos tener un panel de ética documental al respecto más tarde”.

Los dardos hacia su figura se multiplicaron cuando Ottavia Busia-Bourdain, su viuda y madre de su única hija, refutó que esa maniobra hubiera contado con su aprobación, después de que el realizador le afirmara a la revista GQ que había recibido el respaldo de ella y de su albacea literario. El dilema ético se ha instalado tanto para quienes admiraban a Bourdain como para los documentalistas y el público en general.

Algo más tenues, pero también presentes, están las preguntas que apuntan hacia por qué Neville evitó entrevistar a Asia Argento, la última novia que tuvo el chef antes de morir. Con ella, incluso, fue a grabar un episodio a Hong Kong en los meses previos a su deceso. Mediante la opinión de terceros, el retrato que termina realizando el filme en torno a la actriz italiana es poco amable y, a la larga, es la razón que esgrime el director para haberla excluido de la historia.

“Me di cuenta de que sería un montón de ella y ellos (los cercanos de Bourdain) diciendo: ‘Esto sucedió’, ‘no, eso sucedió’. Ese no es el filme que quería hacer. Alguien más puede hacer una película sobre su última relación, el último año de su vida”, explicó el cineasta.

Con críticas a cuestas, la película engrosó sus números en taquilla en su fin de semana de estreno en Norteamérica: US$ 1,9 millones recaudados en 927 cines, el mejor debut de un documental o de una cinta independiente en todo este año. Tanto CNN como HBO Max, coproductores del largometraje, lo exhibirán en Estados Unidos en un momento a definir, aunque por ahora no se ha anunciado su lanzamiento en Latinoamérica.

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