Guillermo Gómez, entrenador de Tomás Barrios: “No me extrañaría verlo dentro de los 20 mejores del mundo”

El técnico del tenista nacional que esta semana destacó en Wimbledon relata el camino que ha ido trazando para forjar la carrera de su pupilo, siempre siguiendo sus propios ritmos.



Guillermo Gómez (42 años) es el responsable del éxito de Tomás Barrios. Desde Londres repasa el gran momento de su pupilo, quien esta semana, por primera vez en su carrera, alcanzó la segunda ronda de un Grand Slam y se encamina rumbo al top 100 del ranking.

A modo de biografía, el también coach de Alejandro Tabilo en la academia Alto Tenis, repasa su trayectoria. “Jugué toda la parte junior en Chile, fui número uno del país en 18 años. Por temas económicos mi carrera se derivó a los interclubes en Alemania, aunque igual sumé un par de puntos ATP. Me dediqué a estudiar y siempre dije que no iba a ser entrenador y mira dónde terminé. Nunca me imaginé llegar a este minuto y con estos logros”, relata el exitoso técnico nacional, que el año pasado llevó a Jano a ser 64 del orbe.

¿Esperaba todo lo que está viviendo con Tomás Barrios?

Siempre hemos tenido con Ale y Tomi harta confianza en esta superficie, porque siento que juegan bien; que son agresivos, con tiros bajos que incomodan. Ambos tuvieron sorteos muy complejos. Había rivales que venían jugando muy bien en pasto. Cada partido era un desafío, sobre todo en la primera ronda de la qualy, que Tomi pedía por favor ganar ese partido, porque venía mal físicamente; muy cansado después de un viaje muy largo tras la final en Poznan. Entonces, uno más que pensar en cómo le va a ir, piensa en cómo solucionar las situaciones en el minuto. No sé si me lo esperaba, pero tenía la confianza de que podía jugar bien en esta superficie.

¿Cuánto ayudan las características naturales de Barrios en césped?

Le ayuda muchísimo. El que la pelota sea más rápida en el bote, le da más tiempo a él, porque siempre está cortando los tiempos. Además, usa una cuerda (tripa) que ayuda mucho en esta superficie. La usa todo el año, a diferencia de otros que solo la ocupan en este torneo. Entonces, él se siente muy cómodo y también le ayuda que está teniendo un gran año. La confianza es mayor, sigue subiendo su nivel y las cosas se están dando a su favor. Ha mejorado en lo físico y eso le da más tranquilidad al jugar.

Queda la sensación de que el salto a un nivel superior es inminente.

Lo vemos claramente de una buena manera. El año pasado veníamos muy bien en esta misma época, pero la lesión en la rodilla truncó todo. Hoy lo vemos mucho mejor, muy bien físicamente, y expectantes porque no defiende nada hasta fin de año, y eso es una tranquilidad. Pensábamos que le iba a costar un poco más después de seis meses sin jugar, pero la verdad es que ha sido un tremendo primer semestre. Esperamos que siga así, eso es lo que hemos trabajado y estamos atentos a hacer las cosas lo mejor posible. Ya entró directo a Los Cabos, que ayuda mucho, porque nos permite prepararnos en cemento también. Entonces, hay cosas que se están dando muy bien.

¿Siente que Tomás debería haber explotado antes?

Esa es una muy buena pregunta. Yo siento que si hay algo que he hecho muy bien en este proceso es llevarlo muy lento. Era necesario por cómo venía y cómo era físicamente. Para mí era fundamental. A pesar de la presión inmensa de todo el mundo que me decía que había que apurarlo, que había que hacer las cosas más rápido o entrenarlo de otra manera, yo siempre fui muy tajante en que lo íbamos a llevar lento y creo que eso ha dado sus frutos a la larga. Si lo hubiéramos apurado años atrás, hubiera terminado muy lesionado y quizás sin jugar. Es una de las grandes cosas que me atribuyo; el haber sido un poco más cauto y haber esperado que su desarrollo fuera más normal que apurado. Hoy eso lo lleva a una seguridad distinta y a una firmeza física que va a seguir mejorando. De aquí a dos años, Tomi va a ser otro jugador, con unos cimientos distintos que si lo hubiera apurado.

¿Dónde lo ve en dos años más?

Yo creo que Tomi, con un mejor físico y desplazamiento, que es su tema a mejorar, no tiene techo. Tiene un gran nivel, muy peligroso, muy vertiginoso y no me extrañaría verlo entre los 20 mejores del mundo en cualquier minuto, y de ahí para arriba uno sabe que cualquier cosa puede pasar.

¿Cómo manejan la posibilidad concreta de ser top 100?

No lo conversamos mucho, porque a principios de año le dije que lo único que me interesaba era que no mirara el ranking los lunes; que por favor no lo mirara. Sentía que nos iba a costar un poquito al principio y hasta el día de hoy nuestro comentario es que no lo vamos a mirar, aunque claramente los dos lo miramos, pero estamos en eso; en tratar de no preocuparnos del ranking y seguir jugando. Él, semana a semana, me pregunta si puede mirar el ranking y yo le digo “todavía no, nos falta”. Es la interna que tenemos y que ojalá se vaya dando. Tomi está jugando a gran nivel y de no haber nada raro debería darse cien por ciento.

¿Cómo proyectan la competencia interna por ser número uno de Chile?

Obviamente las proyecciones de nosotros más que ser el uno, dos o tres de Chile es dar el máximo y que esté todo el ranking bien, pero creo que hay un equipo muy parejo. Se disparó el Nico Jarry en seis meses, nadie lo veía así a principio de año. Christian (Garin) venía jugando bien y por una lesión se ha ido para atrás, Ale con tantas lesiones el año pasado y a principio de este… Pero hay un condimento y es que los cuatro defienden muy pocos puntos. Quizás a final de año hay cuatro top 100. Los cuatro están a muy buen nivel y eso es una gran noticia para todos.

Tomás Barrios, festejando su paso a segunda ronda de Wimbledon. Foto: Team Chile.

¿Realmente existe esa competencia interna entre los tenistas chilenos? ¿Les incentiva que vayan avanzando?

Sí, es un incentivo hoy. Son todos jóvenes y creen que son capaces de hacer lo que hace el del lado. Eso contribuye bastante para que las expectativas sean un poquito mayores y a que uno no piense que el alto nivel está muy lejano, ya que el otro lo pudo lograr. Además, ha ayudado muchísimo entre los cuatro; se potencian, compiten como todo coterráneo, pero al final todos están queriendo tener un buen nivel porque el otro lo ha logrado, y hoy el equipo chileno es muy fuerte.

¿Cómo entrenador chileno qué le produce estar consolidando este camino de éxitos con sus pupilos?

Si me hubieras preguntado hace cinco años atrás si me imaginaba aquí, la respuesta sería que no. Pero, sin duda, hoy estoy viviendo un gran momento con ellos. Ha sido un proceso larguísimo, lleno de dificultades, porque a los dos (Barrios y Tabilo) los tomé sin ranking ATP. Eso me enorgullece, tengo un gran equipo al lado mío, que me apoya en todo y me da el soporte necesario, y a mi familia, que ha sido fundamental porque, como tú lo sabes, este trabajo implica estar fuera de la casa gran parte del año y eso la familia lo siente. Hoy estamos en un muy buen momento y los dos procesos han sido muy exitosos. Espero que sigan así.

¿Es posible dirigir a dos tenistas de élite?

Sí, ha sido posible. En los momentos más complejos, hemos sabido salir adelante. Esto no es fácil, son dos jugadores competitivos, cada uno requiere lo suyo. Siempre hemos salido adelante como el equipo que somos. Ellos lo han entendido desde el principio y eso ayuda mucho, porque al final creemos que somos un equipo y que las cosas las hacemos con las mejores intenciones para que a los dos les vaya bien. Eso se ha llevado y creo que lo vamos a seguir llevando. Uno nunca sabe hasta cuándo llega, esa conversación la hemos tenido y hasta en los momentos más complejos ellos han sido los primeros en apoyarme para seguir.

¿Cuáles son las causas que explican el bajón de Tabilo?

Es una muy buena la pregunta, porque muy poco se sabe. Yo soy un entrenador bien reservado, pero desde marzo de 2022 ha sido un calvario para Ale. Es un tema no menor para él, pasó de tener momentos de mucho éxito a tener mucha presión. Ha habido demasiadas lesiones, que yo las atribuyo al esfuerzo tan grande que hizo en algún minuto. Su cuerpo dijo “necesito un respiro”, y nos ha tocado mala suerte. Empezamos con esto del brazo, que duró cuatro meses. Después de eso, la espalda. Luego, cuando la espalda estaba relativamente bien, no pudimos hacer pretemporada para el 2023 porque teníamos que ir a Australia. Supuestamente entraba directo, porque estaba 100 del mundo y nunca un Grand Slam cierra en el 100, sino en el 105 o 106. Quedó uno afuera, tuvo que jugar qualy y tenía dolor en la espalda. Llegamos a Chile y en eso viene la Copa Davis y claramente no estaba entrenado. Ese fue un golpe duro para él. Luego, en marzo, empezó con un tema a la rodilla. Y cuando se fue recuperando, tuvo que extraerse una muela, se le infectó y estuvo 10 días parado. Recién en Cali volvimos. Ahora está entrenando distinto, está bastante bien y lo está demostrando. Esto no miente: aquí hay que estar bien preparado, si no es imposible.

¿Cuánto afectó la exhibición con Nadal?

Afectó harto, porque había una lesión en ese minuto, pero teníamos un compromiso. Hubo muchos temas médicos para que pudiera jugar, pudo hacerlo de muy buena forma; pero fue un momento complejo y tuvimos que apurar muchas situaciones para que él jugara y después tuvimos que parar mucho tiempo porque había que tener el relativo descanso para esa espalda que estaba bien dañada.

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