Ofertas y millonaria cláusula: los obstáculos que tendrá que enfrentar la U si quiere a Gustavo Álvarez

Gustavo Álvarez, luego de la consagración acerera
Gustavo Álvarez, luego de la consagración acerera (Foto: Agenciauno)

El título que consiguió el viernes con los acereros pone al entrenador argentino en la primera línea. Los laicos le tienen hace rato como candidato para reemplazar a Mauricio Pellegrino, pero no son los únicos que quieren arrebatárselo a los acereros, con quienes el DT mantiene contrato.



Gustavo Álvarez es el técnico del momento en el fútbol chileno. Con todos los méritos. El argentino acaba de conducir a Huachipato al tercer título de su historia institucional, después de los que había conseguido en 1974 y 2012, razón más que suficiente para que todas las miradas estén puestas en su trabajo, aunque, en rigor, ese fenómeno se venía dando hace algunos meses, por la sorprendente campaña que había cumplido con los acereros.

En plena celebración de la conquista, de hecho, el estratega tuvo que referirse a su futuro. “Tengo un año más de contrato, pero depende de muchas cosas”, manifestó. Antes, había elogiado a los siderúrgicos. “Este es un club modelo. Dirigentes, empleados, staff, jugadores, la hinchada. Muy agradecido de todos”, manifestó en la transmisión televisiva de TNT Sports.

Ofertas

La salida de Mauricio Pellegrino, y los resultados que consiguió en la temporada que terminó con los siderúrgicos, transforman a Álvarez en un candidato natural a la banca de Universidad de Chile. No se trata solo de una deducción: el estratega transandino ha sido, efectivamente, sondeado por Azul Azul para conocer las condiciones del contrato que le une a los de la usina y su intención respecto de hacerse cargo de un proyecto deportivo como el universitario, que conjuga el atractivo de ponerse al frente de uno de los equipos más grandes de Chile con la presión de obtener resultados inmediatos e, incluso, con la de enmendar campañas recientes que le han alejado de la disputa de los objetivos inherentes a la categoría institucional.

La primera respuesta es la que Álvarez entregó públicamente: que su relación contractual con los acereros está activa. Hay una precisión que está establecida en el pacto que firmó a comienzos de año: que el vínculo se renovaría automáticamente si los industriales lograban la clasificación a un torneo internacional. El objetivo se cumplió con largueza. Álvarez, de hecho, se inmortalizó en la historia del club, en un sitial que solo detentaban Pedro Morales y Jorge Pellicer, los conductores de los otros procesos que terminaron en estrellas.

Gustavo Álvarez, en el duelo entre Magallanes y Huachipato
Gustavo Álvarez, en el duelo entre Magallanes y Huachipato. (Foto: Agenciauno)

No es el único acercamiento que ha recibido el entrenador. En Talcahuano aseguran que frente a la incertidumbre respecto de la continuidad de Gustavo Quinteros a cargo de Colo Colo, desde el Cacique también han sondeado al entrenador.

La eficiencia de su trabajo, además, ha actualizado el interés en un medio que conoce bien: el fútbol peruano. Antes de llegar a la usina, Álvarez trabajó en Sport Boys y Atlético Grau, dos escuadras de menor figuración. Ahora, quienes aspiran a llevárselo son los dos gigantes de ese país: Alianza Lima y Universitario.

Antes, de hecho, los ecos del rendimiento que le sacó al equipo azulinegro llegaron hasta Argentina. Independiente también le acercó interés, pero los Diablos Rojos terminaron decidiéndose por Carlos Tevez.

La cláusula

La expresión “depende de muchas cosas” que Álvarez utilizó después de la victoria sobre los floridanos para referirse a su futuro en el club es un buen reflejo de los elementos que tendrá que compatibilizar. Por un lado, por ejemplo, el técnico espera conocer el futuro institucional, considerando que ni bien consiguieron el título los propietarios del club anunciaron el proceso de venta de la entidad. Luego, independientemente de quienes sean los propietarios, el entrenador espera conocer las aspiraciones deportivas, que van de la mano de una inversión proporcional.

Esa determinación, en todo caso, no modifica el compromiso que el mismo entrenador contrajo cuando firmó: el pacto está vigente hasta fines de 2024. Romperlo unilateralmente implica, en el papel, el pago de una millonaria cláusula, que bordea los US$ 800 mil dólares. Ese costo, naturalmente, tendrá que asumirlo el club que pretenda contratarle, el que además tendrá que asumir los costos inherentes a los contratos de Álvarez y del staff que le acompaña. En Talcahuano trabajó con el ayudante técnico Nicolás Biondi y con el preparador físico Marcelo Figueroa.

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