Herederos de Llaitul: cómo la detención del líder de la CAM radicalizó a otros grupos

Foto Richard Ulloa / La Tercera.

Luego de su arresto, en agosto del 2022, otras organizaciones radicales tomaron protagonismo, como Weichan Auka Mapu (WAM), Resistencia Mapuche Malleco (RMM) y Liberación Nacional Mapuche (LMN). Si bien sus nombres no son nuevos, sí comenzaron a adquirir un rol cada vez más preponderante en la Macrozona Sur.


El 24 de agosto del 2022, la PDI detuvo a Héctor Llaitul Carrillanca (55) en la comuna de Cañete, en la Región del Biobío, luego de que se autorizara su arresto por su presunta participación en delitos de hurto de madera, usurpación y atentado contra la autoridad. En este se invocó la Ley de Seguridad del Estado.

Su detención fue un golpe para la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), pues Llaitul es el principal estandarte de la organización. A partir de eso, la influencia del grupo en la Macrozona Sur si bien no disminuyó sobremanera, dio espacio para el posicionamientos de otras orgánicas radicales que han protagonizados los últimos atentados entre las regiones del Biobío, La Araucanía y Los Ríos.

Fuentes policiales aseguran que el panorama en cuanto a los grupos que tienen presencia en la zona no varió, sino que se mantuvieron los que operan desde antes -2016 en adelante-, como Weichan Auka Mapu (WAM), Resistencia Mapuche Malleco (RMM) y Liberación Nacional Mapuche (LMN).

Sin embargo, autoridades y fuentes del Ministerio Público consultadas coinciden en que estos grupos han asumido un mayor protagonismo en la zona.

La WAM

Es sabido entre quienes indagan este tipo de casos que la CAM y la WAM responden a motivaciones distintas. La primera tiene un componente ideológico en que , aseguran, la violencia es sólo un eslabón en sus pretensiones por reivindicar la lucha de tierras.

Y la WAM, en cambio, es sindicada como un grupo que responde a la “paramilitarización” de la zona, que no tiene una intención de influir en la población, sino sólo posicionar la recuperación territorial. Además, según fuentes de inteligencia, no cuentan con una orgánica estructurada, aunque distintos informes policiales asocian su conducción al machi Fidel Tranamil. Su origen, en tanto, está vinculado a personeros que decidieron descolgarse de la CAM y dar un giro más violento y radical.

Su primera aparición se remonta al 2016, cuando publicaron un comunicado reivindicando 30 atentados registrados desde 2013 a ese año. “Somos una expresión de alianza orgánica, con principios e ideales apegados al pensamiento y práctica que ejercieron nuestros antepasados en su proceso de convivencia, como también en una estrategia de resistencia digna frente al enemigo usurpador y opresor”, escribieron en esa época.

Luego del arresto de Llaitul, la WAM protagonizó una serie de atentados en la zona. El primero se registró en octubre del 2022 en Padre Las Casas, en La Araucanía, donde ingresaron a un predio para quemar distintas máquinas agrícolas.

A las pocas semanas, atacaron las instalaciones de un fundo en Ñuble, siendo el primer atentado de este tipo en la región. En el lugar dejaron un lienzo que decía: “WAM, Yordan Llempi presente”, en alusión a un comunero que murió luego de recibir un disparo de personal de la Armada en 2020.

Su última aparición fue la madrugada de este viernes 28 de abril, cuando ingresaron a un terreno en Padre Las Casas y procedieron a incendiar seis máquinas agrícolas. En el lugar, de acuerdo con los reportes, dejaron un lienzo donde se manifestaron contra las “inversiones capitalistas en el territorio mapuche”.

RMM: atentados con cartas de presentación

Otro grupo que tiene un origen y motivaciones similares a la WAM es la Resistencia Mapuche Malleco. “La denominación fue detectada por primera vez el 30 de diciembre de 2011, en un lienzo adjudicatario encontrado tras el ataque de un helicóptero de la empresa forestal Masisa, en la comuna de Victoria”, se lee en uno de los análisis de Inteligencia que manejan en Carabineros.

Lo que más llamó la atención de los policías, más allá de la cantidad de atentados que ha protagonizado en la zona, es cuándo decidió reaparecer: tras el arresto de Llaitul.

“Fue una especie de carta de presentación en grande”, reconocen agentes policiales destinados en La Araucanía. Y, claro, tiene sentido, tomando en cuenta que el 11 de noviembre del 2022, a horas de que el Presidente Gabriel Boric iniciara su visita por la zona, protagonizaron cortes de ruta, quema de una iglesia y de una escuela.

Fueron los mismos que, en marzo del año pasado, impidieron el paso de la comitiva de la exministra del Interior Izkia Siches hacia la Comunidad Temucuicui.

Una de sus últimas apariciones públicas ocurrió el 13 de marzo, cuando quemaron cinco máquinas, una escuela y una capilla en Ercilla, en La Araucanía. “Aquí comienza la justicia, las balas que disparan se devolverán, Temucuicui resiste wewain”, dejaron escrito en un lienzo.

Como pudo constatar La Tercera Sábado, sólo en La Araucanía, RMM ha protagonizado 65 ataques los últimos tres años, nueve en 2021, 37 en 2022 y 19 en los primeros cuatro meses del 2023.

Los ataques coordinados de la LNM

Para el 2021, esta era la definición que un informe de Inteligencia de Carabineros hacía del grupo Liberación Nacional Mapuche: “En Lautaro, y asociada principalmente a la comunidad Autónoma Mateo Ñirripil y algunas del Lof Muco, podría nacer LNM que como símbolo utiliza una estrella de ocho puntas y un fusil. Este grupo de comuneros jóvenes han sido integrantes de la CAM y de la WAM”.

A dos años de esa definición, este grupo ya cuenta con una formación robusta. El 13 de octubre protagonizaron un ataque incendiario al interior del fundo Calatayud, en Perquenco, Región de La Araucanía, y que es propiedad de la exconsejera regional Carmen Phillips.

Y antes, en junio de ese año, llamaron la atención por atentar en contra del fundo del empresario Juan Sutil.

Su última irrupción, en tanto, ocurrió durante la madrugada del 25 de abril, cuando protagonizaron dos atentados en menos de cinco horas, entre La Araucanía y Los Ríos. En suma, quemaron una casa patronal, un galpón, 29 máquinas agrícolas, 50 kilos de avena y 10 mil kilos de trigo.

Entre las autoridades hay certeza de que con la detención de Llaitul la violencia rural no terminó. Es más, aunque los casos de atentados han ido a la baja -registrándose una disminución de un 8%, en relación al 2023-, los investigadores creen que a medida que los casos se sigan judicializando, los ataques aumentarán en intensidad.

Además, como menciona el delegado presidencial de La Araucanía, José Montalva, la mayor persecución penal que se ha hecho el último año respecto de las fuentes de financiamiento de estas agrupaciones también ha incidido en que, cada cierto tiempo, repliquen sus ataques. “Se les está apretando mucho y se están viendo complicados”, comentó.

Por lo mismo, el fiscal regional de la zona, Roberto Garrido, insistió en que mantendrán la estrategia con miras a desarticularlos por completo.

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