Investigación confirma importante daño medioambiental provocado por la actividad humana en Quintero durante los últimos 100 años

Arqueólogo en terreno.

Trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Chile y la Universidad Austral, junto a un Núcleo Milenio, determinó la presencia de ciertos metales pesados como Cromo, Vanadio, Zirconio e Itrio en su bahía, a unos 5 kilómetros de la fundición Ventanas, tras el análisis de sedimentos marinos.


Aparte de las grandes transformaciones naturales como el cambio climático natural y las variaciones del nivel del mar, la acción antrópica -la huella de la actividad humana- sobre el paisaje en el último período se ve bien reflejada por la presencia de materiales pesados presumiblemente relacionados con las actividades de fundición de metales y uso de plantas alimentadas con combustible de carbón.

Estos elementos, y la importancia del paisaje temprano sumergido de Quintero y su investigación, es destacada por una reciente publicación que analiza los paleopaisajes sumergidos del hemisferio sur donde participan investigadores del Núcleo Milenio Océano, Patrimonio y Cultura (OHC), los que pertenecen a diferentes universidades del país, entre ellas, la Universidad de Chile y la Universidad Austral.

Todo ello refleja grandes cambios en el paisaje, evidencias significativas del cambio climático provocado por la intervención humana en el sector de Quintero, donde ya es sabido existe una polémica por los estudios de contaminación ambiental.

Un nuevo aporte a la evidencia de contaminación, ya encontrada en la zona de Quintero, significa este estudio realizado por un grupo de investigadores chilenos, que devela el profundo impacto de la acción del hombre para los últimos 100 o 150 años, lo que representa la transformación de un paisaje temprano sumergido del período Pleistoceno Final, desde hace unos 29 mil años.

El yacimiento sumergido en el denominado GNL Quintero 1 (GNLQ1) -el único que se conoce para Sudamérica- se caracteriza por contener depósitos de una alta diversidad de restos de animales terrestres extintos, el que ha sido estudiado por un equipo multidisciplinario desde hace unos quince años.

Basado en análisis estratigráficos, sedimentológicos y geoquímicos de testigos de sedimento marino, la investigación da cuenta de las grandes transformaciones del paisaje como la transgresión marina que inundó progresivamente estos espacios debido al alzamiento general del nivel del mar.

La imagen muestra cómo ha sido la evolución de la bahía de Quintero, desde hace unos 29 mil años hasta el presente. La zona antes era un ambiente continental y hoy es marino costero donde se destaca la presencia de metales pesados. Crédito: Valentina Flores.

Si bien el foco inicial de la investigación era reconstruir el paisaje sumergido, se encontraron resultados como el impacto del hombre en la zona y la contaminación a través de determinados metales. “La huella de la actividad humana en el paisaje queda bien reflejada por la presencia de metales pesados identificados (Cromo, Vanadio, Zirconio, Itrio) en la sección más reciente de la secuencia ambiental. Esto puede relacionarse con las actividades de fundición de metales y el uso de plantas alimentadas con combustible de carbón”, destaca la investigadora del Núcleo Milenio Océano, Patrimonio y Cultura (OHC), Dra. Valentina Flores, quien lideró el artículo publicado en Quaternary International en 2021.

Adicionalmente, el estudio también revela la desecación reciente de dos grandes lagunas costeras que dominaban el paisaje de la bahía. “Esto ocurre fundamentalmente como consecuencia de actividades industriales, agrícolas y la expansión urbana, siendo la laguna Campiche -que llegó a tener una superficie de 4,5 km²- una de las más afectadas”, comenta el también investigador de OHC, Diego Carabias. Actualmente las lagunas costeras ocupan menos de un 5% de esa superficie.

Respecto a la investigación, Flores menciona la importancia de los cambios observados en el testigo de sedimentos. “A través de ellos se puede hacer una diferenciación entre los cambios ocurridos en el paisaje provocados por el cambio climático natural y las variaciones en el nivel del mar, y el efecto antrópico (del ser humano) provocado por la contaminación ambiental y el cambio en el uso del suelo. Sin duda estos datos podrían ayudar a complementar estudios de contaminación reciente, ya que entregan una perspectiva histórica/prehistórica de la zona”, explica.

La zona ha estado en "el ojo del huracán" durante las últimas semanas. FOTO: LEONARDO RUBILAR CHANDIA/AGENCIAUNO

La relevancia del paisaje temprano sumergido de Quintero y la contribución de su investigación fue destacada recientemente por una publicación en World Archaeology que analiza a nivel global el estado del arte sobre paleopaisajes sumergidos del hemisferio sur, artículo liderado por la Dra. Ingrid Ward, investigadora OHC y donde participaron otros investigadores del Núcleo en conjunto con colegas de Australia, Reino Unido, Sudáfrica y Brasil.

Las investigaciones del Núcleo Milenio OHC, en la bahía Quintero, comenzarán una nueva etapa a fines de este año, a partir de las cuales se espera obtener una visión más amplia de los paisajes sumergidos, y cómo éstos evolucionaron en el tiempo, verificar nuevos sectores de potencial interés mediante la aplicación de métodos de sensoramiento remoto, muestreos del fondo marino y operaciones de buceo arqueológico.

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