Robert Trujillo, bajista de Metallica: "Chile se ha transformado en un lugar muy especial"

<p>Tras su paso por Rock in Rio, el músico habla del disco que hicieron junto a Lou Reed. </p>




Atrás. Bien atrás quedaron los tiempos en que Metallica viajaba por las carreteras de California, en buses de segunda mano, para tocar en bares de mala muerte. Hoy, 30 años después, se han convertido en una corporación que factura más de 50 millones de dólares anuales sólo por concepto de giras. Y ese estatus se refleja en cada uno de los movimientos que la banda dio en Brasil, para participar en el cierre de la tercera jornada de Rock in Rio, la madrugada del lunes pasado: un auto blindado para cada músico, el inquebrantable cerco de seguridad en torno a ellos y el cierre de todos los caminos laterales, como si se tratara de una visita presidencial. Y es que, de alguna manera, los californianos presiden la actual escena del rock.

Es en toda esa vorágine en que Robert Trujillo, el bajista que se unió a la banda en 2003, luego de la abrupta salida de Jason Newsted, aprovecha de hablar con La Tercera del momento que Metallica vive por estos días.

Hace poco tocaron en el estadio de los Yankees y ahora en Rock in Rio. ¿Qué sentimientos despierta en usted este tipo de shows?

Cada experiencia es distinta para mí. Uno no viene a Río muy seguido. Hay mucha magia y pasión. Es tremendo ver cómo los sudamericanos y fanáticos de todo el mundo viven esta pasión. Es difícil de describir. Tienes el océano, el poder del mar que indudablemente es especial. Lo de Nueva York también fue muy especial, sobre todo por el hecho de que haya sido el estadio de los Yankees. Es una ciudad muy poderosa, que tiene cualidades únicas.

Hablando de su conexión con el mar, ¿ha podido hacer surf en Chile?

No en Chile. Me gustaría poder surfear allá. Tengo amigos que tienen casa y me cuentan lo maravilloso que es el océano. Sueño con poder hacerlo algún día en tu país.

¿Qué recuerdos tiene del show que Metallica ofreció en el Club Hípico en enero de 2010?

Recuerdo que el concierto fue muy especial. Bien poderoso y con bastante energía. Chile se ha transformado en un lugar muy especial. Estuve hablando con mi buen amigo Mike Bordin, de Faith No More, y me confirma lo que te digo. Ustedes son un público maravilloso. Esperamos volver muy pronto. Sobre todo ahora, que se viene un nuevo disco. Estoy seguro de que eso pasará muy pronto.

A pesar de los 30 años de vida, la banda sigue teniendo nuevos desafíos. Ahora planean su primer show en los Emiratos Arabes y también van a estar en la India. ¿Cómo lo enfrentan?

Siempre es algo motivante. Para nosotros es un misterio interesante. Tengo la sensación de que puede ser muy parecido a tocar en Sudáfrica, donde lo pasamos muy bien. En este último tour tuvimos la oportunidad de estar en lugares donde nunca antes habíamos puesto un pie. India va a ser una especie de aventura para nosotros.

De alguna forma, cuando usted llegó a Metallica comenzó una nueva era para la banda. Sacaron material nuevo, su sonido también tuvo un giro. ¿Siente lo mismo?

Sí. Siento que en cada situación, cuando trabajas con gente nueva, traes otro tipo de energía, sin dejar atrás el pasado. Lo mejor para mí es que cuando entré a Metallica, la banda estaba lista para explorar el material más antiguo, con canciones como Orion o The call of Ktulu. Pero a la vez es intimidante. Death magnetic (su último disco de estudio, publicado en 2008) fue otra frontera cruzada para Metallica, una nueva experiencia para crear energía. Pasábamos días enteros haciendo improvisaciones, y eso al final se transformó en una buena terapia para componer y mirar hacia el futuro.

En diciembre van a festejar sus tres décadas con cuatro shows en el Fillmore de San Francisco. ¿Qué planes tienen para esos shows?

Será divertido. Los conciertos ahí siempre son entretenidos. Será una gran fiesta. Vamos a tocar mucho material histórico que no hemos explorado en mucho tiempo, tendremos invitados especiales y una que otra sorpresa. Queremos que sea lo más especial posible pero, por otro lado, no sabemos exactamente qué va a pasar. Es algo armado especialmente para los fans y poner una sonrisa en sus caras.

La alianza esperada

Este 31 de octubre se pone a la venta Lulu, uno de los trabajos más impredecibles que la historia del rock tenga memoria. Por un lado, la brutalidad de Metallica y, por el otro, la cerebral y desgarrante oscuridad de Lou Reed, todo para recrear las obras El espíritu de la tierra y La caja de Pandora, escritas por el autor expresionista alemán Frank Wedekind.

Tomando en cuenta las probadas capacidades de cada parte en cuestión, ¿cómo fue el proceso para componer y grabar este nuevo disco?

Para nosotros fue una experiencia única. Tuvo mucho de improvisación. Escribir la música en torno a las letras. Obviamente, Lou Reed es un genio. Una especie de poeta moderno del rock and roll. Pero más allá del privilegio, fue una aventura. Abrió nuestras mentes y nos llevó a explorarnos como banda. Yo ya lo había hecho con mis proyectos anteriores, como Infectious Grooves, pero nunca con Metallica. James y yo lo pasamos muy bien junto a Lou. Ojalá la gente lo acepte.

Usted siempre ha sido un hombre muy espiritual y ligado a la religión. ¿Cómo influye eso en Lulu?

Sólo trato de ser una buena persona en todos los aspectos, y la música es uno de ellos. Trabajar duro, disfrutar la naturaleza. Todo se trata de una experiencia religiosa, y Lulu fue una de ellas.

En este trabajo hay mucha experimentación. Canciones como Branderburg Gate, por ejemplo, llevan a la banda por rutas antes inexploradas...

Esto fue una especie de viaje para nosotros. Es como si te llevaran a surfear a un lugar nuevo, sin conocer el mar ni las olas. No sabes lo que va a ocurrir, pero de todas maneras te paras en la tabla y sacas lo mejor de ti.

Lo interesante con Lulu es que no teníamos reglas. Podíamos experimentar con afinaciones, sonidos, canciones. Tenemos arreglos de cuerdas, mucho teclado que trajo Lou. Además, él es un gran guitarrista. No es el típico que hace acordes y notas. Es muy dinámico en su forma de enfrentar el instrumento. Es como un cuadro en blanco que debimos pintar como mejor nos pareciera. Es una combinación de energías diferentes. ¿Y sabes? Lo que más me gusta de Lulu es que podemos disfrutarlo y aun así seguir siendo una banda de metal. La diferencia en este disco es que el metal es mucho más emocional.

Usted es un gran admirador de la obra de Jaco Pastorius y lo inspiró para transformarse en músico...

Sí, de hecho estoy preparando un documental sobre su vida. Flea, de los Red Hot Chili Peppers, me ha ayudado mucho con eso. También ha sido muy importante en su ADN musical.

Tiene una conexión con su familia, usted recuperó un bajo muy apreciado por ellos luego de su muerte.

Sí, eso pasó hace un par de años. Los ayudé en una disputa legal. Básicamente, no podían recuperarlo por culpa de un tipo que lo compró en una subasta y quería hacer mucho dinero con él, sin importar lo valioso que era emocionalmente para su gente.

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