Brandon Cortés le da una mano a la U cuando más lo necesitaba

Los azules, ahora dirigidos por Esteban Valencia, tuvieron que esperar 86 minutos para vencer a San Luis con un gol que nace en un control irregular.



Parecía un desafío fácil para Universidad de Chile. Los azules, locales en El Teniente de Rancagua por la imposibilidad de utilizar el Estadio Nacional, enfrentaban a San Luis , de la Primera B, que había clasificado a los octavos de final de la Copa Chile por una cuestión reglamentaria. La utilización irregular de un jugador por parte de Recoleta, le permitió a los quillotanos estar en esta instancia. Sin embargo, como ha sido la tónica para la escuadra laica, nada fue fácil. Como en la época de Rafael Dudamel, la escuadra que dirige interinamente Esteban Valencia fue incapaz de sentar superioridad ante un rival inferior. Y solo sobre el final, en una acción polémica que incluyó un control con la mano, se impuso con gol de Brandon Cortés. El gol es doblemente especial. Es el primero del delantero formado en Boca Juniors en los estudiantiles. Y también el primero como futbolista profesional.

Es cierto que en el comienzo se notó una mayor tendencia de la U a dominar el duelo. Esperable, por cierto, en función de la diferencia de jerarquía entre un equipo y otro. También, que en el comienzo, la U tuvo algunas llegadas. Sin embargo, a medida de que pasaban los minutos, San Luis también se fue atreviendo. Sobre la media hora, de hecho, el meta azul Cristóbal Campos evitó en dos ocasiones la caída de su pórtico, con acertadas y vistosas intervenciones. Igualmente, Larrivey pudo desequilibrar el marcador en favor del equipo de Valencia.

Dominio estéril

La segunda parte mantuvo la tónica de un partido dominado por la escuadra estudiantil, aunque sin la profundidad para marcar diferencias. San Luis apostó por mantener controlado a Cañete y sin el argentino en su nivel, la generación de juego de los azules decae considerablemente. Eso, naturalmente, se tradujo en que Heredia no tuviera intervenciones particularmente complejas.

En el otro sector, Rodrigo González se transformó permanentemente en un problema sin resolver para la defensa estudiantil. Sin embargo, cada vez que logró vulnerar a la zaga, apareció la solvencia de Campos para mantener la tranquilidad y el arco en cero.

En el cierre del encuentro, la U se adueñó del balón, pero, otra vez, como en la época de Dudamel, careció de ideas. La escuadra de Bozán, en cambio, se encerró en su sector y dispuso un muro infranqueable. La tarea la tenía más que realizada. La responsabilidad de ser protagonista no era suya.

Sin embargo, tras un largo envío Cortés le ganó el duelo a Claudio Meneses y sacó un derechazo imparable para el arquero Pablo Heredia. Lo suficiente como para que los universitarios salvaran la noche.

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