Los amenazadores números que explican por qué todos desean evitar a Brasil

Neymar y Everton celebran ante Perú. Foto: Reuters.

Nadie quiere enfrentar a la selección dirigida por Tite y acaudillada por Neymar, la gran estrella mundial. Sin embargo, hace un par de años esto no era así, sobre todo cuando la Canarinha pasaba por sus peores momentos futbolísticos en décadas. ¿Cómo los pentacampeones del mundo dejaron atrás la humillación sufrida en 2014 y volvieron a convertirse en un equipo invencible?



“Es relativo el puesto en el que vamos a terminar en el grupo, pero tenemos que encontrar un lugar que nos permita no enfrentarnos al local, uno de los más poderosos del torneo”.

Las palabras son de Martín Lasarte durante la conferencia de prensa post partido entre Chile y Uruguay. Machete no esconde el miedo a Brasil y habla abiertamente de su deseo por evitarlo en cuartos de final. Pareciera que una llave frente a la Canarinha es sinónimo de derrota segura, de adiós a la Copa América, de fracaso con respecto al objetivo de quedar dentro de los cuatro primeros.

Lasarte no será el único DT que debe estar cruzando los dedos para que a su selección no se le empareje con el anfitrión. El pentacampeón mete miedo. Y el ser local es la menor de las razones. Los números que exhibe la selección de Tite son avasallantes, tanto en Eliminatorias como en Copa América, y si se realizara una encuesta rápida lo más probable es que nadie dudase que se quedará con el título.

En términos específicos, ¿qué convierte a Brasil en un rival tan temible? Una mirada rápida a su plantel entrega la respuesta inmediatamente. Nombres como Neymar, Firminho, Alisson Becker, Marquinhos, Militao, Casemiro... jugadores que militan en los mejores equipos del mundo, incluso en el Chelsea campeón de Europa. De acuerdo al sitio especializado Transfermarket, el plantel de Brasil tiene un valor de 1.000 millones de dólares, siendo Ney el futbolista más caro con una tasación de US$120 millones.

El jugador del PSG cuesta más que toda la selección de Ecuador. Lo mismo que con la de Perú. Diez veces el valor de Bolivia.

En términos futbolísticos, los números de Brasil son tan inmensos que hacen temblar a cualquiera. La estabilidad que han alcanzado en cuanto a rendimiento es magnífica, al punto de no perder un partido oficial desde el Mundial de Rusia 2018. Específicamente, durante los cuartos de final frente a Bélgica, el 6 de julio de aquel año. En total son 14 partidos oficiales que Brasil acumula sin perder. De esos 14 cotejos, solo registra un empate: un 0-0 ante Venezuela en el fase de grupos de la Copa América de 2019, torneo en el que terminaron consagrándose campeones.

Los de Tite son una selección totalmente diferente a la que fue humillada en Brasil 2014. En nombres, en funcionamiento, en identidad, y sobre todo, en capacidad para competir. El Brasil actual es un equipo altamente competitivo, compuesto por jugadores que luchan por ser el mejor del mundo en sus puestos. No hay puntos bajos en las líneas que componen el plantel: todas tienen a una estrella. La más sobresaliente es Neymar, la figura del PSG que disfruta de un presente notable tanto en club y en selección, y que cada día se acerca más al récord de Pelé como máximo goleador de la Verdeamarela.

Neymar tiene 68 goles. Pelé consiguió marcar 77.

Es verdad: Brasil no brilla. El jogo bonito se acabó en Corea y Japón 2002. Muy en el pasado quedaron los comerciales de Nike donde Ronaldinho, Ronaldo, Cafú y Roberto Carlos llenaban de sueños a los niños de aquella generación gracias a sus piruetas con la pelota. Se cumplirán 20 años de una transformación que ha tenido como consecuencia el nacimiento de una selección brasileña pragmática, impermeable a la críticas de la prensa y de sus hinchas, pero que cumple con el trabajo. Porque eso es lo que hace el Brasil de Tité, sin importar cómo.

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