La hora del fin

COLO COLO DELFIN GOL

Colo Colo sufre una humillante derrota ante el modesto Delfín por 0-2, que los deja colgando de la Libertadores. Los albos no ganan un partido por el certamen desde hace dos años.



Un batacazo extraordinario para Delfín. Un desastre sin nombre para Colo Colo. La derrota de los albos ante el débil cuatro ecuatoriano entra en el grupo de las derrotas más espantosas que se recuerden en el último tiempo para el vilipendiado fútbol chileno. Fue un 0-2 histórico, para mal.

Desde la lógica, el partido ponía a fuerzas completamente contrapuestas, desde la historia hasta el peso de sus plantillas. Pero aquello importa poco en el fútbol de hoy, en el cual un cuadro con pocas herramientas pero con mucho corazón puede complicar al más estelar de los adversarios.

El mismo Pablo Guede, en la previa, había dejado un concepto instalado, sobre todo para los hinchas: paciencia. "No creo que sean el más débil del grupo. Le hacen partido a todos", dijo el argentino el miércoles, previendo que tendrían que tomarse su tiempo para vulnerar al muro defensivo de los visitantes. Aquello se lo tomó muy a pecho el Cacique, porque jugó con demasiada calma durante los primeros 45 minutos, para luego ser víctima de la presión. En vez de apelar al vértigo, de salir a comerse a su rival (sobre todo por la necesidad de ganar), prefirieron una tenencia más calmada del balón.

Guede, generalmente, trata de sorprender con sus formaciones. Lo hizo esta noche, con mutaciones respecto a la victoria sobre Universidad Católica del pasado sábado. Volvió la línea de tres en el fondo, aunque con Julio Barroso como central izquierdo, dejando a Insaurralde como líbero. Pese a las dudas en la antesala, Jaime Valdés fue estelar, con lo cual Colo Colo perdió un lateral-volante por la izquierda. No tuvo pasada por esa franja en casi todo el lance.

Delfín, debutante en la Copa Libertadores, no tiene nada que perder en esta participación, considerando que es el más débil de su grupo. Por lo mismo, planteó su juego a su ritmo, sin demasiada prisa. La primera intervención de Orión llegó pasada la media hora, sacando un potente remate de Perlaza.

Los albos tuvieron dos chances claras de abrir la cuenta durante la primera parte, pero los palos lo evitaron. Un cabezazo de Paredes dio en un vertical en los 13', y cerca del epílogo un remate de Insaurralde pega en el travesaño. Pero más allá de tener un par de opciones, la famosa paciencia de la que hablaba Guede terminó por afectar a un equipo con transiciones lentas y sin sorpresa. Jorge Valdivia, en su rol de armador, estuvo particularmente impreciso durante los primeros 60 minutos.

Claramente, la paciencia no era la receta para vulnerar a un club con una estrategia básica y predecible. Eso era lo más preocupante para un elenco como el chileno, que se armó para hacer una buena Copa Libertadores (mínimo pasar a octavos de final, eso que le quita el sueño a los colocolinos) y sufre por lo contrario.

Guede, tratando de encontrar una respuesta, sacrificó a Barroso para poner a César Pinares. Así, volvió a la línea de cuatro, con Baeza de improvisado lateral por la izquierda. Pese a tener muchos jugadores de buen pie de mitad hacia arriba, no fueron capaces de someter a una defensa que, a lo lejos, no se veía demasiado pulcra.

Cuando la tan manoseada paciencia se acabó fue en los 52', con la apertura de la cuenta de los cetáceos, obra de José Fernando Arismendi, quien aprovechó un rebote de Orión ante una arremetida por el centro del área chilena. Un premio para Delfín, caído del cielo, y un castigo justo para un Cacique incapaz de mostrar jerarquía en este tipo de instancias. El golpe fue durísimo, porque la tensión se apoderó de Colo Colo. Para peor, en los descuentos, un autogol de Carmona hizo peor la noche de Macul.

Un desastre resonante, que aumenta las dudas del Cacique en la arena internacional. El cuadro popular lleva dos años sin ganar en la Libertadores. Su último festejo fue el 7 de abril de 2016, ante Melgar, en Arequipa. Jugando como hoy, la mala racha no tiene cómo terminar.

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