Daniela Pardo contra Daniela Zamora: “Es ahora o nunca”

Daniela Pardo (de negro) es una de las jugadoras más importantes del Chago, con cuatro campañas en el equipo de Paula Navarro. Foto: Santiago Morning / Lisandra Jung.

La final del Campeonato Nacional de fútbol femenino llegó y enfrentará a Santiago Morning y la U. de Chile, las dos escuadras superlativas del torneo. Daniela Pardo y Daniela Zamora comentan cómo ha sido el camino en un torneo que año a año toma más forma.



Daniela Pardo (32 años), una de las volantes estelares de la selección nacional femenina, dice que espera tranquila la final que hoy disputará junto a su equipo, Santiago Morning. Es una de las referentes del bicampeón chileno y de las que más tiempo lleva en el plantel. Con las bohemias ha gozado de la gloria de las últimas dos temporadas, pero también debió resignarse cuando las cosas no resultaron como ella quería.

Hoy, junto a sus compañeras, vivirán en el estadio Sausalito (17.15 horas) su séptima final del torneo nacional frente a Universidad de Chile, soñando con estirar aún más la jerarquía microbusera. Fueron cuatro finales las que perdieron, sinsabores marcados a fuego, pero que terminaron forjando el carácter del equipo que comanda Paula Navarro, la única DT mujer de la Primera División criolla. Ahora, ya más maduras y cohesionadas, son una fábrica de goles y abrazos. Fueron el equipo más goleador de todos en la fase regular, con un promedio de 6,1 conquistas por partido; 43 en apenas siete fechas, y solo cinco goles en contra. Una locura que en el fútbol femenino es patente, por el desnivel en las condiciones en que cada equipo se prepara.

“Las diferencias se dan por el trabajo que se hace en cada club. El apoyo se ve reflejado en los resultados, porque es distinto que una jugadora se dedique solo a entrenar y jugar a que tenga que trabajar todo el día y después ir a los entrenamientos. Si los clubes invirtieran, claramente serían más poderosos”, reconoce la mundialista. Y es que el Chago fue el primer equipo que se atrevió a apostar en serio por el fútbol de damas. Es el único club en el que todas sus jugadoras adultas tienen contrato y que en cada temporada destacan por la calidad de sus refuerzos.

Por eso, no es casualidad que sean las azules sus rivales en esta final. Dirigidas por Carlos Véliz, la institución laica también comenzó a creer en el proyecto del fútbol de mujeres, y aunque aún no todas cuentan con contrato, poseen varias de las condiciones para prepararse que también tienen los varones. “Ha sido un gran crecimiento, gigante. Las condiciones de antes no son comparables a lo que ahora tenemos. Hemos ido creciendo, pero aún falta mucho. Antes el fútbol en general era solo por la Selección, y en las giras que hacíamos viajábamos en clase económica, dormíamos en colegios, ahora todo eso cambió”, dice Daniela Zamora (30 años), la gran goleadora y capitana universitaria.

Daniela Zamora es la goleadora de la U y, por ende, aspira a ser campeona con las azules. Foto: Comunicaciones U. de Chile

Y es que en los números, las chunchas fueron las únicas que pudieron compararse con las actuales monarcas: ganaron todos los partidos de su grupo, sumando 42 goles a favor y seis en contra. Por eso, la autora del agónico tanto de la semifinal ante Palestino no esconde la satisfacción por lo conseguido en esta temporada de transición: “Estoy súper orgullosa de lo que hemos crecido este año, del trabajo y la responsabilidad con que tomamos el proyecto. Conseguimos cosas impensadas, estoy muy feliz y agradecida por el trabajo de cada una”.

La delantera llegó incluso a retirarse durante cuatro años del fútbol, para dedicarse completamente a su otra profesión. Es ingeniera en información y gestión de la Universidad de Chile, donde también defendió a la casa de estudios y a su facultad, siempre destacando. Estaba trabajando cuando la posibilidad de disputar el Mundial de Francia le devolvió la ilusión de soñar con el fútbol con que todas sueñan.

Era ahora o nunca. Volví y seguí entrenando desde ese momento. Luego me ofrecieron contrato en la U y este año renuncié a mi trabajo”, confiesa. Pese a que gana considerablemente menos de salario, vivir fútbol diariamente es su mejor recompensa, la misma con que se conforman todas las jugadoras del torneo nacional.

Aunque el fútbol femenino chileno no es profesional aún, todas se lo toman muy en serio. Prueba de ello es que no hubo un solo contagio por Covid-19 durante todo el torneo, algo completamente distinto al escenario que vive el torneo nacional masculino, que ha debido modificar considerablemente su programación por los constantes contagios y brotes. “Nos coordinamos para que las que tengan auto no se vayan en transporte público, además, todas nos cuidamos muchísimo en ese aspecto”, asegura Pardo.

Con esa dedicación y seriedad sobre la mesa, ambas referentes de la Roja y sus clubes adelantan un duelo áspero, reñido, pero entretenido, en el que los errores serán determinantes. “Nunca habíamos estado en una final dos rivales tan equilibradas. Va a ser un lindo partido. Los detalles darán la diferencia”, asume Pardo. Zamora, en cambio, se afirma en sus compañeras. “Santiago Morning tiene muy buenas jugadoras, pero nosotras tenemos la confianza y la convicción de que haciendo nuestro juego y poniendo la garra del partido anterior podemos sí o sí ganar”.

Se han preparado bajo estilos diferentes. Paula Navarro, por ejemplo, destaca por la sintonía y confianza que ha generado en sus jugadoras. “Es que una mujer no te da órdenes, te da consejos, te da opciones, soluciona los problemas, no ahonda en ellos. Ella se preocupa del detalle más mínimo, como si te pasa algo en la casa o si tienes zapatos para jugar”, asegura Pardo. Carlos Véliz, en cambio, resalta por ser un aplicado. “La experiencia ha sido muy buena con él. Nos pide cambios de ritmo, es muy estudioso, nos muestra videos de las rivales, nos transmite experiencia y eso ayuda mucho”, dice Zamora.

El fútbol femenino conocerá esta tarde a su nueva monarca. Lo hará con toda la atención puesta, pues la televisión abierta y la de pago transmitirán la final. “Nos pone felices el interés. Que los canales y las marcas se interesen hace crecer al fútbol femenino. Los clubes se darán cuenta que no se pueden quedar fuera de este proyecto porque cada vez hay más gente que nos sigue”, se contenta la artillera del cuadro que este año fue llamado el Ballet Azul femenino. “La gente que no quiera creer que no despertamos interés, debe saber que es mentira. Esto sigue creciendo y la gente está muy interesada”, asegura la bohemia.

Como escribió en sus versos Gabriela Mistral, hoy en Viña todas llegarán al mar, y aunque sueñen todas con ser reinas, solo una escuadra lo conseguirá.

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