Jarry sepulta a Ojeda y se instala en los cuartos de final de Estoril

Nicolás Jarry
Foto: Reuters.

El tenista chileno, tan superior a su rival como irregular en su juego, vence en dos mangas logrando su decimocuarta victoria del año en tierra batida



Nicolás Jarry se instaló en los cuartos de final del ATP 250 de Estoril tras deshacerse en dos mangas (6-3 y 7-6) del español Ricardo Ojeda en un encuentro que el chileno pudo resolver con mayor facilidad pero que acabó adjudicándose remontando un 5-1 adverso en el tie break del segundo set, fiel a su estilo.

Porque es Nicolás Jarry un especialista en complicarse la vida. Y en salir luego airoso de sus propios enredos. Y en la primera manga de su duelo ante el español Ricardo Ojeda (206°), un rival inferior tanto en el papel como sobre la arcilla, volvió a demostrarlo.

El arranque de la primera raqueta nacional en el partido fue tan avasallador que su adversario necesitó de nueve intercambios para lograr su primer punto en el encuentro. Fue, claro, un error no forzado del chileno. Sin mostrarse especialmente resolutivo con su primer servicio, Jarry se las ingenió para colocarse 3-0 arriba en la fría noche de Estoril. Sin llegar a pisar del todo el acelerador, pero protagonizando un inicio muy serio.

Su holgada ventaja obtenida, sin embargo, no tardó en pasarle la cuenta; y en dos games plagados de imprecisiones, especialmente con su derecha, el desmotivado Ojeda Lara resucitó, le devolvió el quiebre al Príncipe y comenzó a atreverse con un par golpes ganadores que recompusieron su minada autoestima.

Fue en ese escenario, y marchando 40-0 abajo en el sexto juego, que emergió la mejor versión del santiaguino, quien comenzó a encontrar los ángulos que antes se le resistían para lograr su segunda ruptura y encaminar el set. Tres derechas incomprensibles al limbo en el epílogo de la primera manga hicieron creer a Ojeda, pero tras desperdiciar su primera bola de set, Nico rentabilizó la segunda, cerrando el primer parcial con un engañoso 6-3 en media hora exacta de juego.

La irregularidad en el juego de Jarry marcó también el inicio del segundo set. El chileno, capaz de conectar un solo ace en toda la primera manga, no llegó a sentirse cómodo en ningún momento con su servicio y terminó por entregar su saque a las primeras de cambio tras encadenar una seguidilla de errores no forzados. Pero su reacción, como casi siempre, sabiéndose de nuevo en problemas, fue casi instantánea.

A la devolución del quiebre siguieron momentos de relativa fiabilidad con su derecha y eso, sumado a la inconsistencia de su rival desde el fondo de la pista, terminó por marcar diferencias.

Con 5-3 en el tanteador, sin embargo, y la certeza de tener ya el boleto para cuartos de final en el bolsillo, el chileno volvió a confiarse, encomendándose a su servicio para cerrar el partido, pero su adversario logró alargar el suspenso quebrando su saque y haciendo bueno después el break ante un Jarry que, además de marchar a remolque, no terminaba de encontrar esos golpes ganadores que su estilo demanda y necesita.

Fue así como la segunda manga terminó marchándose a la muerte súbita. Y ahí, en la ruleta rusa del tie break, se impuso Jarry haciendo gala de su mejor repertorio tenístico y consiguiendo dar vuelta a un 5-1 adverso para terminar llevándose el partido y certificando su presencia entre los ocho mejores del torneo.

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