La marcha de los 33.000

MARATON DE SANTIAGO

Monjas, disfrazados, políticos y ex futbolistas. Brasileños, keniatas, argentinos, uruguayos, chilenos y más. Yoga, masajes y zumba. La fiesta popular del trote callejero congregó en la capital más participantes que nunca.



En Santiago aún no termina de amanecer y sus calles ya funcionan con normalidad. No con la vorágine de un lunes, pero sí con un ritmo más acelerado para ser domingo. Más considerando que faltan minutos para que recién sean las siete de la mañana. Un inédito horario de apertura del metro en fin de semana acerca a los miles que, de zapatillas y pantalones cortos, se arriman a la estación La Moneda. Otros se bajan en Universidad de Chile, pero todos tienen el mismo destino: el punto de partida del Maratón, que inundará la capital, frente a la casa de gobierno.

Desde temprano aparecen personajes. Un hombre vestido de spiderman sale del metro. Cientos de viseras y botellas de agua acompañan a la masa que luego se dividirá según la distancia a correr. Más disfraces. Uno llega como Deadpool, una de la Mujer Maravilla y otro de Flash. Una pareja de dinosaurios. Es una fiesta y así se lo toman. Lo mismo con las dos monjas franciscanas invitadas a correr en los 10 kilómetros.

Muchos acentos dan música al evento que se llena de vida minutos antes de su largada. Un uruguayo abraza a su familia antes de ir a la salida de los 42 kilómetros; más cerca de la Plaza de la Ciudadanía tres hombres con la camiseta de Venezuela se organizan y establecen un punto de encuentro para después. Nacionalidades por montones. Desde la ganadora delegación keniata al masivo grupo brasileño, la más grande legión presente en Santiago (3.024). Los chilenos ganan, obvio (17.578).

Las calles cerradas todavía confunden a quienes no se enteraron de la competencia. Las opciones previas al inicio son varias. Yoga, masajes y jugo gratis. La mayoría hace su calentamiento en silencio y encerrado en sus audífonos. Ritual clásico. Trotan antes de volver a trotar por sus tiempos. Otros se unen a la zumba, que se mezcla con la voz del relator de la carrera, quien ya anuncia que los competidores de los 42 K deben formarse para comenzar. Los primeros en partir.

La caravana avanza y el día sigue. Las distancias más cortas (10 y 21 K) inician su ruta y con ellas todo tipo de consignas. Es un evento transversal y una vitrina de más de 30 mil personas. "Que se vaya Blanco y Negro", se lee en la polera de un hincha de Colo Colo. "¿Dónde están?", versan el casi centenar de personas que, previo acuerdo con la organización, se manifestaron por los detenidos desaparecidos. Banderas familiares y de ciudades también hay.

Desde el ministro de Economía al alcalde de Santiago; los ex futbolistas Cristián Álvarez y Jorge Acuña; la diputada Erika Olivera y el actor Francisco Pérez-Bannen. De todas partes se animaron a correr. 33.000 fueron los inscritos. La organización no sabe si todos terminaron. Y como de costumbre, ni por cálculo aproximado, el número de gente que acompañó la carrera en las veredas. El público. La mañana en la que Santiago entero baja a la calle.

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