Perú también goleó a Chile en el duelo de brujos del camarín

El exfutbolista Juan Cominges asoma como el hombre clave en la motivación del equipo peruano. Chile, en cambio, cuenta con Orlando Caicedo, un odontólogo que desempeña las más variadas funciones.


Por un lado, Juanchi, de 35 años, y con apenas un mes en el equipo de Gareca, es sindicado por los medios peruanos como uno de los grandes responsables de la resurrección de la Bicolor en esta Copa América. Según sus propias palabras, su trabajo consiste en "el acompañamiento a una persona en un proceso de aprendizaje, en el que se pueda observar la coherencia de su cuerpo, su emoción y su lenguaje". Así se enfocó en reforzar a varios jugadores, especialmente a Christian Cueva, quien venía siendo cuestionado desde el fatídico penal que perdió ante Dinamarca en el Mundial de Rusia.

El coach ontológico le gana al sanador pránico

Y, luego del 0-5 ante Brasil, de acuerdo a lo señalado por el diario Líbero de Perú, les hizo entender a los futbolistas lo mucho que valían y les señaló que no debían dejar que la gente los destrozara y que no eran simples jugadores, sino que eran los sostenedores de la alegría de los 30 millones de peruanos. Asimismo, les recalcó que pensaran en sus familias, que son pilar de cualquier persona.

Por el otro, Caicedo, de 61 años, acompaña a Rueda hace bastante tiempo. En Brasil, por ejemplo, se ha dedicado a motivar a los jugadores, pero sin gritos. De tono de voz muy bajo, pero muy concreto. Para el DT, la contención emocional del equipo. Pero también tiene otras labores, como detectar y neutralizar las malas energías en los lugares que pise el equipo. El objetivo del ritual de Caicedo es positivizar los sectores de la cancha y de las tribunas que detecta como puntos críticos y negativos, una función similar a la que realiza con los jugadores, luego de observarlos en silencio.

A la vista de los acontecimientos, funcionó mejor el arma peruana. Durante la Copa, Caicedo se dejó ver (y fotografiar) trabajando en dos momentos muy llamativos y concretos. Tras el debut ante Japón, fue inmortalizado dialogando con un emocionado Eduardo Vargas, que había convertido dos goles. Las lágrimas del delantero conmovían. Tras la charla con el sanador pránico no volvió a anotar en todo el torneo. La otra gran imagen protagonizada por el ayudante de Rueda fue en la víspera del duelo ante los del Rímac, cuando se enfocó en charlas con Gabriel Arias, el arquero que había manifestado su pena por los ataques que sufría en redes sociales. Al día siguiente, el meta ofreció el fallo más grosero de todo el campeonato, en el segundo gol de Perú.

A los pacientes de Cominges, les ha ido mucho mejor. Los efectos reanimadores tras el varapalo ante Brasil fueron inmediatos. Perú eliminó a Uruguay en cuartos y pasó por encima de Chile en semifinales. Y Gallese, que pasó el sonrojo de encajar cinco goles, no ha vuelto a recibir un tanto. Fue figura ante los celestes, tanda de penales incluida, y qué decir ante los chilenos. Es ya el mejor cancerbero de la Copa América.

A diferencia de Chile, Perú sí cuenta con un psicólogo en sus filas para ayudar al coach ontológico. Se trata de Giacomo Scerpella, quien reemplazó a Marcelo Márquez, a fines de mayo. Él, junto a Cominges, se dividen las funciones con el equipo, aunque cada uno enfocado en su área. Asimismo, el hecho de que Juanchi haya sido futbolista y contemporáneo de algunos del plantel, como Paolo Guerrero, ha sido otra de las claves que le ha permitido transmitir su mensaje de motivación.

En el aspecto mental y motivacional, en la pelea de brujos, Perú también ganó por goleada.

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