El plan cemento de Jarry

NicoJarry

Nico trabajó aspectos técnicos y tácticos, pero también físicos, donde la principal consigna apuntó a recuperar la fuerza para dar el salto en una superficie que este año le ha sido poco amigable.



Luego de su gira por la arcilla europea, que culminó con dos semifinales consecutivas y lo dejó como uno de los cinco tenistas con más victorias en esa superficie durante esta temporada, Nicolás Jarry retorna esta semana al cemento en el ATP 250 de Winston-Salem, con la intención de saldar su deuda en este tipo de canchas, donde apenas ha podido ganar dos partidos a nivel ATP y una en challenger.

Más allá de lo tenístico, que afinó con sus entrenador Martín Rodríguez, con quien pulió aspectos técnicos en todos sus golpes y, sobre todo, tácticos, el número uno nacional realizó trabajos muy específicos junto a su PF, Mario Soto, en el centro Sport Mind, con el fin de ser competitivo y evitar cualquier contratiempo que se produzca por el cambio de superficie.

"Trabajamos seis días de preparación física. En esta oportunidad, apuntamos a aumentar los niveles de fuerza que él tiene y también, en otro segmento, a la prevención de lesiones, a través de distintos ejercicios, lo que también está asociado a lo que se va a encontrar ahora en Estados Unidos", explica Soto.

Para el equipo multidisciplinario de Nico, que también conforman el fisioterapeuta brasileño Paulo Carvalho y el kinesiólogo Andrés Vial, la mayor preocupación en esta etapa de la temporada es el fortalecimiento físico que implica este cambio de superficie. "Los requerimientos son distintos que en arcilla. Entonces, nos enfocamos al cuidado de las articulaciones de miembro inferior y la potenciación de ciertas acciones musculares que se van a ver implícitas en cemento. Fue un trabajo muy particular", detalla el PF.

"Hicimos sesiones de no más de 70 u 80 minutos. Además, como estamos bien avanzados en el año, no nos tratamos de extender tanto en el volumen, sino más bien en el trabajo más de calidad, y en este caso potenciamos la fuerza", puntualiza.

Precisamente, el enfoque tiene relación con los principales golpes de Jarry, lo que permite una convergencia con las pautas tenísticas. "Trabajamos aspectos como la desaceleración que tiene que hacer al momento de frenar y salir para ejecutar otro golpe y también la fuerza impulsiva, porque en cemento el saque es un arma importante, sobre todo, para Nico. Entonces, todo lo que tenga que ver con la fuerza de impulsión de piernas es clave. Además, trabajamos la potencia en el tronco y la fuerza de miembros superiores. Fue una preparación física muy particular coordinada con Paulo Carvalho y Andrés Vial. Como venía de varias semanas en arcilla, lo importante era recuperar los niveles de fuerza", añade.

La medición de fuerza responde a un proceso científico, en el que se van tomando variables para establecer los índices ideales del tenista. "Nosotros tenemos ciertos parámetros y tenemos estandarizado cuál es el óptimo suyo en algunos ejercicios. Y con esa medida vamos a ir marcando dónde está fuerte en distintos aspectos. En este caso, Nico está bastante bien, descansó mucho, que eso es clave, y se preparó de buena manera con Martín (Rodríguez)".

En su paso por Santiago pudo compartir algunos de sus entrenamientos con el tenista Nicolás Frisk, de paso por Chile.

Mario Soto cree que los días en Santiago fueron perfectos para encarar de buena manera el reto del cemento estadounidense. "En esta oportunidad llega al 100 por ciento y mentalmente está muy bien. Después del US Open viene de nuevo y ahí vamos a pegar el último empuje para los torneos en Asia y lo que le queda de temporada".

El preparador físico tiene mucha convicción sobre lo que pueda hacer su pupilo. "Lo noto cada día mejor; muy maduro como jugador, muy preocupado. Este chico va para arriba. No tiene techo, eso lo puedo garantizar, porque lo conozco hace muchos años y por mi control han pasado varios tenistas y uno va aprendiendo quién es quién".

En contraste con la naturalidad con la que el preparador físico pormenoriza el plan de Nicolás Jarry para combatir su deuda con el cemento, Martín Rodríguez, el entrenador y tío del tenista, opta por mantener en secreto los aspectos técnicos y tácticos trabajados al respecto. "La verdad es que no me parece que yo ande contando detalles así. Mi trabajo con Nico no es para pasarle en detalle a todo el mundo en qué me enfoco", dice para eludir las preguntas de La Tercera. El ascenso en el escalafón de Jarry (ayer era el 42 del mundo, pero hoy aparecerá ya como el 47 en el ranking) llega acompañado de un plus desconocido de hermetismo. El cemento mide a partir de esta semana los efectos.

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