Hay una crisis de credibilidad. No sólo en la política, sino que también entre las personas. Puede que haya buenos motivos para desconfiar, pero eso tiene efectos concretos para las instituciones y también en la vida cotidiana de las personas que toman medidas extras, pagan más y se estresan. Aquí algunos casos que lo demuestran.
La Tercera
10 abr 2015 11:00 PM